El relevamiento periódico realizado por la Defensoría de la Tercera Edad arrojó que los jubilados requieren de al menos $685.041 para cubrir una Canasta Básica de los Jubilados para el mes de marzo. Con la jubilación mínima en $134.445 y los intentos del gobierno por cristalizar esta situación con una reforma previsional por decreto, los jubilados se llevan la peor parte del ajuste y el plan motosierra.
La medición de la Defensoría tiene en cuenta la evolución de los gastos en rubros como alimentos ($197.610), vivienda ($117.000), medicamentos ($108.717), limpieza ($93.190), transporte ($46.000), insumos de farmacia ($45.220), servicios ($26.394), recreación ($26.000) y vestimenta ($25.000), dando cuenta de un salto del 239% interanual en los principales gastos de los adultos mayores.
Las jubilaciones están muy lejos de cubrir estos montos. Para comenzar, alrededor del 60% de los jubilados perciben la mínima de $134.445 más los $70.000 del bono, llegando apenas $204.445 de indigencia. Mientras que el haber medio de los jubilados que no accedieron a la moratoria se ubica en $299.407 y los beneficiarios de la Pensión Universal para Adultos Mayor (Puam) solo cobran $107.557 ($177.557 con el bono).
El gobierno de Javier Milei, y los gobierno precedentes, vienen licuando las jubilaciones redirigiendo esos recursos al pago del FMI y el capital financiero, agudizando la crisis social y económica que viven los adultos mayores, con “jubilaciones de asistencia” y sin posibilidad de reforzar sus ingresos por otra vía.
A esta gravosa situación se suma el riesgo de que el gobierno avance con la motosierra sobre los gastos del Pami, comprometiendo los programas de acceso gratuito y descuentos en medicamentos del cual dependen millones de jubilados.
A fin del mes de marzo vence el convenio del Pami con los laboratorios y farmacias, del cual depende la provisión de más de 5,5 millones de afiliados, con un 75% de los medicamentos totales que se entregan de forma gratuita.
El gobierno nacional se encuentra realizando auditorías internas, mismo procedimiento con el que en otras áreas, como en medicamentos oncológicos y alimentos, interrumpió y cortó las entregas habituales con distintos pretextos. Mientras que desde el Pami argumentan como en Nación que “no hay plata”, en tiempos donde el gobierno insiste con una reforma laboral que, entre otras cosas, propone reducir los aportes patronales, entre ellos los dirigidos al financiamiento del Pami.
Además, los ingresos del Pami se ven ajustados por la caída de las jubilaciones y los salarios -de los cuales dependen-, y por las “compensaciones” en bonos que representan una parte significativa de lo que se cobra pero no aportan.
Desde el gobierno y los prestadores no solo tienen en mira la provisión de medicamentos gratuitos, lo que supone la incorporación de nuevas restricciones para achicar antojadizamente las entregas, sino también el acotamiento del programa de Precio Pami, que implica una reducción de los precios de alrededor del 50% en los medicamentos.
Esto importa debido a que según el Informe sobre los medicamentos más consumidos por las Personas Mayores en Argentina, que realizan tres entidades, diez de los medicamentos de uso frecuente de los jubilados tuvieron un aumento promedio interanual del 474% en el mercado. Muy lejos de las actualizaciones jubilatorias.
La motosierra de Javier Milei implica una poda a fondo sobre los haberes jubilatorios castigados bajo el Frente de Todos y el macrismo, exponiendo a los adultos mayores a situaciones límites, e incluso a riesgo de su salud y de sus vidas, como se está manifestando en otros ámbitos donde impactan los recortes oficiales.
La jubilación no debe ser tratada como una asistencia social, como pretenden los gobierno capitalistas y como augura que hará el gobierno con los aumentos vía decreto por debajo de la inflación. Sino responder a la lógica de salarios diferidos, garantizando el 82% móvil y un piso que parta necesariamente de la cobertura de todos los gastos básicos. Junto a la recomposición general de los salarios y el control del Pami en manos de trabajadores y jubilados.
Por estas razones los jubilados luchan, junto a trabajadores ocupados y desocupados, para derrotar el plan de ajuste de Milei y abrir paso a las reivindicaciones obreras y populares.
Marcelo Mache
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