domingo, febrero 03, 2008

Historia de la memoria de Andreu Nin.

Antonio Rubira León

Trabajo presentado en el curso de doctorado “Las izquierdas en España”

INTRODUCCIÓN

La figura política de Andreu Nin es una de las claves para comprender en toda su magnitud, el acontecimiento político y social más importante de la Historia contemporánea de España: la Guerra Civil

Entre los miles y miles de libros escritos sobre la guerra civil española, la figura de Andreu Nin es concebida, generalmente, como secundaria. Con la entrada del nuevo milenio, sin embargo, parece haber alguna apertura de miras, así por ejemplo, un historiador del prestigio como Stanley G. Payne dice: “El caso Nin sigue siendo la principal causa de referencia de la Guerra Civil española” (1)

A pesar de ello, 70 años después de su muerte, la figura de Andreu Nin sigue siendo prácticamente desconocida. El tratamiento historiográfico, académico, periodístico, literario y sobre todo político, lo ha querido así.

Teniendo en cuenta que la Historia la escriben los ganadores, esto no significa ninguna sorpresa. Lo verdaderamente sorprendente en el caso de Nin es su olvido, también por los perdedores. Como ha escrito recientemente un lector en cartas al director de El País: “Andrés Nin, doblemente olvidado, por el bando de los vencedores y de los vencidos (…) los hay que nos seguimos preguntándonos dónde estás” (2)

Manuel Vázquez Montalbán, intelectual de izquierdas, afiliado al PSUC (uno de los verdugos de Nin) escribió al respecto: “los dobles perdedores de la guerra los poumistas (…) El caso Nin aún no es un mero expediente histórico porque viven todavía muchos testigos y protagonistas de lo sucedido, gentes interesadas en no olvidarlo y otras tantas en no menearlo” (3)

La Historia Contemporánea, surgida de la Segunda Guerra Mundial, nos sirvió un mundo bipolar: por un lado el triunfo del capitalismo norteamericano y por otro, la consolidación del estalinismo en la URSS sobre una economía planificada.

Así pues, si la Historia se escribe desde la “certeza” de la “realidad victoriosa”, una figura como la de Andreu Nin; revolucionario, marxista y antiestalinista, no tiene cabida. Como dice Gabriel Jackson: “personalmente, cero que la Guerra Fría ha condicionado prácticamente todos los libros de historia durante el último medio siglo” (4)

Además, Andreu Nin ha cargado con la “culpa” de trotskista, algo que dejó de ser en 1934, pero que sirvió para garantizarle el odio, el rechazo y el desprecio de la burguesía (partidos de derecha liberal o conservadores), de los reformistas (partidos socialistas) y de los estalinistas (partidos comunistas), en todo el mundo. Como la práctica totalidad de los historiadores, editores, periodistas, profesores, escritores y políticos se adscriben a alguna de estas tres categorías, la figura política de Andreu Nin pasa a ser un fantasma político

Todo lo que no sea liberalismo o reformismo socialdemócrata o estalinismo, es decir, todo lo que sea marxismo revolucionario, es rechazado en los análisis históricos. Andreu Nin, como veremos más adelante, es por el contrario, una de las figuras marxistas en España más relevantes del siglo XX en el contexto internacional.

No es este el lugar para ello, pero el daño que a la historiografía, por no decir al movimiento obrero internacional, ha causado la identificación de estalinismo con comunismo, merece tratamiento específico. A ese mundo bipolar, por razones contrapuestas, le ha interesado esa identificación.

En torno a la figura política de Andreu Nin hay una serie de referencias: Revolución en la Guerra Civil, Trotsky, el POUM, las Jornadas de Mayo de 1937 en Barcelona, que nos servirá para analizar el tratamiento sobre la Memoria de Nin.

Estos conceptos han sido marginados de la mayoría de las corrientes historiográficas hasta el derrumbamiento del estalinismo en la URSS en 1991. Sólo desde hace apenas una década se está empezando a hablar un poco más; sobre el proceso revolucionario en la Guerra Civil, sobre el papel del estalinismo respecto a ella, a Nin y al POUM (el caso de Trotsky sigue pendiente).

Para seguir la pista de la Memoria de Nin, habremos de tener en cuenta esta circunstancia; desaparecido el “comunismo”, se puede hablar más claro de la verdad histórica.

Por ejemplo, en el documental de TVE de 1986, sobre la Guerra Civil española, a los que no apoyan el levantamiento fascista en Madrid y Barcelona se les califica de: “personas que permanecen leales a la República, partidarios de la legalidad republicana (…) la derrota del alzamiento es debido al error de los sublevados y a las fuerzas de orden público y civiles leales a la República” (5)

Ésta será la línea argumental de todo el documental de 30 capítulos (31 horas), y eso que hay historiadores no sólo liberales (García de Cortazar) sino de izquierdas (Tuñón de Lara). Así pues, 50 años después de la Guerra Civil, ésta fue una batalla entre la República democrática y el fascismo. No hay lugar al proceso revolucionario.

Sin embargo, un nuevo documental de TVE sobre la Historia de España, realizado en 2004, dice respecto a la Guerra Civil: “España queda rota en dos extremos políticos. En una parte del país estalla la revolución, en la otra la contrarrevolución, no hay terrenos intermedios. (…) En la zona republicana el gobierno pierde toda la autoridad y el poder pasa a manos de las organizaciones obreras a través de los comités populares” (6)

Algunos de los asesores de ambos documentales son los mismos historiadores, caso de García de Cortazar. A nuestro juicio, no es posible entender una aproximación a la verdad histórica sobre la Guerra Civil (así como a todos los grandes temas políticos del siglo XX), sin entender el papel del estalinismo y la reinterpretación desde su colapso.

Para ello han contribuido dos factores: uno, la apertura parcial de los archivos soviéticos, particularmente de la KGB, donde por ejemplo, nos permitirá comprobar documentalmente, que el asesinato de Nin fue cometido por los servicios secretos soviéticos en connivencia con los dirigentes del PCE en España. Y por otro, la aparente seguridad de la burguesía de que el peligro comunista no se encuentra en el horizonte, por lo tanto, podemos presentar a las víctimas del “comunismo”, (estalinismo) que además eran unos idealistas utópicos, (léase Nin).

Si la Historia es enlazar desde el presente, la comprensión del pasado, Andreu Nin es un hilo roto pendiente de recomponer. Nos atrevemos a decir, que sin el análisis de Nin y el POUM, la comprensión sobre la Guerra Civil es imposible. No tanto por el papel jugado por este pequeño partido y uno de sus máximos dirigentes, sino porque es a través de ellos donde se expresará la tragedia política de la izquierda en el bando republicano

Para conocer a Andreu Nin y bucear en el rastro que su memoria política ha dejado en estos 70 años posteriores, se hace necesario introducirse en las entrañas de la Historia. Se precisa ir al fondo de los asuntos determinantes y dejarse de territorios comunes y banalidades superficiales a las que ha estado, y sigue estando, gran parte de la bibliografía sobre la Guerra Civil.

Andreu Nin es uno de esos personajes que hace de la Historia algo necesario para comprender el pasado y por lo tanto el presente de la sociedad. Si la Memoria de un personaje de mide por los esfuerzos de sus seguidores (en este caso políticos) a lo largo de las últimas décadas, no cabe duda que la de Nin tiene poca propaganda.

Del bando de los perdedores de la Guerra Civil, podríamos concentrar dos grandes bloques: Los que defienden la República burguesa y los que la cuestionan. En el primero tenemos: el liberal burgués, hoy descendientes PNV-CIU-ERC, el socialdemócrata de Prieto y Besteiro, hoy PSOE (del de Largo Caballero no queda referencia) y el estalinista, hoy PCE y en parte IU. Este grupo durante la guerra planteó la defensa de la República burguesa, desmantelando los organismos de poder obreros creados el 19 de julio en las grandes ciudades, para enfrentarse a Franco bajo patrones estrictamente militares. Todos estos partidos PNV-CIU-ER-PSOE-PCE-IU, en mayor o menor medida vienen teniendo poder político en las administraciones en los últimos 30 años.

Por el otro bloque, dentro de los perdedores, se encontraban la CNT-FAI y el POUM, organizaciones abiertamente anticapitalistas que planteaban hacer la revolución, para garantizar ganar la guerra. Hoy estas organizaciones o no existen o son irrelevantes políticamente.

La Memoria se nutre de personas que la hagan visible, Nin está entre los perdedores dobles de la Guerra Civil. De los que perdieron la guerra y además ninguna organización con implantación social importante hoy en día, se dice heredera de su teoría política.

No es de extrañar por tanto, que la Memoria de Nin haya que buscarla en otros lugares que no son los políticos, ni los medios de comunicación de masas, apenas algo en la historiografía. Lo fundamental será el análisis paralelo entre la causa de Nin, esto es, la revolución en los años treinta, y los datos y análisis posteriores sobre ello.

BREVE ESBOZO BIOGRÁFICO

Andreu Nin Pérez, nació en El Vendrell (Tarragona) en 1892, murió asesinado entre junio y julio de 1937 en Madrid. Es uno de los pocos españoles con contacto directo con la revolución rusa, participando activamente en la dirección de la Internacional Comunista en la época en que ésta era dirigida por Lenin y Trotsky. Su responsabilidad fue la de secretario de la Internacional Sindical Roja.

Maestro de escuela, daba clases por las noches en el ateneo obrero de Barcelona. En 1911 ingresa en las juventudes socialistas, en 1917 entra en el PSOE, colabora con Fabra y escribe en La Internacional por cuyos artículos será detenido. La posición ambigua del PSOE ante la revolución rusa, le hace dejar este partido por reformista y no revolucionario e ingresa en la CNT para defender en el segundo Congreso de 1919 la entrada en la III Internacional.

En 1921 es elegido Secretario del Comité Nacional de la CNT y enviado especial al III Congreso de la Internacional Comunista en Moscú, donde se reunirá con Lenin, Trotsky, Zinoviev, Radek etc. Su intervención en el Congreso de la Internacional Sindical Roja, también en Moscú, le sirve para que le nombren secretario y resida allí.

En 1921 se le envía a Alemania para ayudar al Partido Comunista alemán en asuntos sindicales. En 1923 viaja a París para ayudar al Partido Comunista español en el exilio, por lo que es arrestado y encarcelado un mes.

En 1924 es enviado a la reunión clandestina del Comité Central del partido Comunista italiano en Roma, como delegado especial de la Internacional Comunista. En plena reunión se entera de la muerte de Lenin.

Durante estos primeros años en la Rusia Soviética, Nin es elegido diputado del Soviet de Moscú y miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética. Forma parte de la dirección de la I.S.R., publica escritos sobre temas sindicales en francés, alemán y ruso, además de castellano y catalán para la lucha social de Lérida y para La Batalla de Barcelona.

En 1924 sirve de intérprete a Bullejos, entonces secretario general del PCE, en un viaje a Moscú, consiguiéndole entrevistas con los dirigentes de la revolución de octubre.

En la lucha de fracciones desatada a la muerte de Lenin, dentro del PCUS Nin toma partido por Trotsky, considerando la Oposición de Izquierdas de éste la correcta posición bolchevique, frente a los partidarios de Stalin que representaban el inicio de degeneración burocrática, tanto en las ideas como en los métodos.

En 1927, en el décimo aniversario de la revolución, Nin participa en la manifestación de la Oposición en Moscú y apoya su plataforma política. A partir de entonces, una vez el propio Trotsky es expulsado del Comité Central, del PCUS y de la URSS, Nin queda en una situación muy debilitada, todos los que se posicionan políticamente con Trotsky van quedando marginados ( más tarde serán asesinados).

Al no doblegarse ante la degeneración burocracia estalinista, que está consolidando su poder tanto en la URSS como en la Internacional Comunista, Nin queda aislado y recluido en el hotel Lux de Moscú, donde es controlado por la policía política.

En 1930 será expulsado del PCUS, y automáticamente del PCE, a continuación abandona la URSS regresando a España. A la llegada a Barcelona crea la Oposición de Izquierdas en España, que al igual que otros grupos seguidores de las ideas de Trotsky en todo el mundo se propone dar la batalla dentro de los PCs para conseguir que vuelvan a la línea bolchevique.

Se gana la vida traduciendo al catalán y al castellano obras literarias de Chejov, Dovstoiesky y Tolstoy , así como traduciendo y prologando, libros de Lenin y Trotsky. Por su parte escribe dos libros de teoría marxista; publica en 1930 Las dictadura de nuestro tiempo y en 1934 Los movimientos de emancipación nacional.

Entre 1931 y 1934 participa junto a Juan Andrade, también de la Oposición Trotskista, en la redacción de Comunismo, considerada como la aportación teórica más importante del marxismo español de la época (7)

En 1934, como dirigente de la Izquierda Comunista (nueva denominación de la Oposición trotskista) crea las Alianzas Obreras, conjuntamente con el Bloque Obrero y Campesino. Es la primera experiencia en el movimiento obrero español de un Frente Único de las organizaciones proletaria contra la CEDA, posteriormente se sumarán el PSOE y el PCE.

Desoyendo a Trotsky, en vez de entrar como fracción organizada en las organizaciones socialistas (una vez desechado el trabajo dentro de los PCs por la subida de Hitler al poder en1933 sin que el PC alemán ni la III Internacional hicieran nada) y sin tener en cuenta el proceso de radicalización del sector de Largo Caballero y las JJSS, Nin decide unirse al BOC de Maurín (muy criticado por Trotsky por su actuación pequeño burguesa) y crea el POUM en 1935.

El objetivo de Nin es que este nuevo partido dirija la revolución socialista en el estado español. Ruptura política con Trotsky, pues éste lo considera un grave error de estrategia revolucionaria.

Una vez iniciado la Guerra Civil, Nin será Consejero de Justicia de la Generalitat de Cataluña hasta que las presiones del PSUC, dejan fuera al POUM en diciembre de 1936.

Los acontecimientos de las Jornadas de Mayo de 1937 en Barcelona, donde se enfrentan las bases del POUM y la CNT-FAI en las barricadas contra las fuerzas del orden de la Generalitat con el apoyo del PSUC, serán el desencadenante de la represión estalinista que llevara a Nin a la muerte.

El 16 de junio de 1937, Nin es arrestado, encarcelado, torturado y asesinado por el servicio secreto soviético en España, que actuando con total impunidad y con la colaboración activad de la dirección del PCE es presentado ante la opinión pública como agente de Franco y de Hitler

EL CASO NIN

Con la trayectoria política de Andreu Nin, dedicando toda su vida a la causa revolucionaria, las acusaciones estalinistas podrían parecer una broma macabra, sin embargo, contaron con la pasividad y el silencio de todas las organizaciones del Frente Popular.

El asesinato de Nin y el Proceso contra el POUM durante 1937 y 1938 es el hecho político más vergonzoso de la Guerra Civil en el bando republicano. Salvo contadas excepciones, y sólo a título individual, nadie levantó un dedo en su defensa.

El 5 de noviembre de 1938 (después de 17 meses encarcelados y con Nin asesinado) en la sentencia sobre el POUM, no se atendió a la solicitud del fiscal (que era del PCE) de acusar a los dirigentes del POUM de espionaje y traición. El escándalo internacional lo evitó, pero si se les condenó por Las Jornadas de Mayo a 15 años de prisión, (8)

Ese mismo día Largo Caballero, Federica Montseny, Juan Peiró, Luís Araquistaín, Luís Companys y otras siete personalidades políticas, pidieron por carta al Consejo de Ministros la revisión del Proceso contra el POUM ante el hecho de que su conciencia no les permitía aprobar la sentencia. No fueron atendidos.

Largo Caballero se negó a disolver el POUM por los “hechos de mayo” y sufrió tal acoso del PCE que tuvo que salir del Gobierno. En sus memorias hablando sobre el tema indica: “Conocí a Nin mientras pertenecía al Partido Socialista en Barcelona. Hicimos juntos campañas de propaganda (…) yo me negué a disolver el POUM (…) Nin nos salvó la vida a todos, porque sin su desaparición no nos habríamos dado cuenta de lo que nos preparaban” (9)

Cuando delegaciones extranjeras venían a España para pedir información sobre Nin y garantías en el Proceso contra el POUM, el Presidente de la República Manuel Azaña escribía en su diario el 6 de agosto de 1937: “Le pedí al presidente (del Gobierno) noticias del asunto Nin. Creen ahora, después de las numerosas pesquisas hechas, que Nin no fue secuestrado, y que se trata de una evasión. Negrín ha recibido la visita de unos delegados de la Segunda Internacional, que venían a hablarle del caso (…) le dije que por grande que sea la capacidad imitativa de los comunistas, aquí no podemos adoptar los métodos moscovitas, que cada tres o cuatro meses descubren un complot y fusilan a unos cuentos enemigos políticos. (10)

El Presidente de la República, que dejaba en manos de la Justicia el tema de Nin y el POUM, no movió tampoco un dedo por ellos, obviamente el tema revolucionario le era ajeno: “El POUM está mechado de extranjeros. Lo mejor es ponerlos en la frontera, sean o no combatientes, y que vayan a ensayar la revolución a su país” (11)

Pero aún así, Azaña a diferencia de Negrín, además de inteligencia tenía un mínimo sentido del decoro. Cuando le informan del espionaje de Nin y del POUM, a diferencia del presidente del Gobierno, que da pábulo a las mentiras estalinistas (de hecho era su rehén político) el presidente de la República sabe que no es cierto, como podemos comprobar en su diario de guerra el 22 de julio de 1937 cuando le llega por primera vez información al respecto:

“Me habló el presidente (del Gobierno) de espionaje. En Madrid han descubierto documentos importantes (…) un plano milimetrado de Madrid (…) cuenta Negrín que se consiguió revelar una líneas escritas con tinta simpática (…) de las indicaciones obtenidas así resultó la detención de Nin y de doscientos o más individuos, casi todos del POUM, que no niegan sus inteligencias con los rebeldes (…) dice el presidente del Gobierno que una noche se presentaron en la cárcel de Alcalá unos individuos con uniforme de las Brigadas internacionales, maniataron a los guardianes y se llevaron al preso. No cree como se ha dicho, que fuese obra de los comunistas (…) Negrín cree que lo han raptado por cuenta del espionaje alemán y de la Gestapo para impedir que Nin hiciese revelaciones. ¿No es demasiado novelesco? le pregunto a Negrín, ¡no señor!, me responde” (12)

La campaña propagandística desatada por los medios de comunicación estalinista en España y a nivel internacional contra Nin y el POUM, durante la Guerra Civil no tiene precedente fuera de las fronteras de la URSS.

Pero a diferencia de los Procesos de Moscú, donde a los revolucionarios les sacaban confesiones falsas a través de la tortura, Andreu Nin resistió hasta quedar su cuerpo deforme, antes de ser asesinado. Sin haber “confesado”, por lo tanto salvó la vida de sus compañeros encarcelados del Comité Ejecutivo del POUM, a costa de la suya propia.

Posiblemente, este hecho, la tragedia de su tortura y asesinato, sin “confesar” que era un agente de Franco, por los que en teoría eran comunistas como él, es lo que hace de Nin la víctima más ilustre del estalinismo en la España del siglo XX y de las más importantes a nivel internacional.

Durante la Guerra Civil, excepto la propaganda estalinista, nadie creía que Nin fuese un espía de Franco, pero la fuerza del PCE (ajena a la capacidad política de sus dirigentes) debida a la ayuda militar de la URSS, (con cuentagotas, muy bien cobrada y temporal) daba la sensación de verdad absoluta.

Sólo los anarquistas y los trotskistas (además de los poumistas) denunciaron que era todo un montaje político. Federica Montseny en su declaración en el juicio oral al POUM, denunció que era una campaña vergonzosa de los “comunistas”.

Trotsky, a pesar de las críticas políticas contra las actuaciones de Nin en los dos años precedentes: Su apoyo electoral al Frente Popular, la participación en el Gobierno de la Generalitat y la supeditación a la dirección de la CNT en las Jornadas de Mayo, escribe el 8 de agosto de 1937: “Cuando el dirigente del POUM, Andreu Nin, fue detenido en Barcelona, no podía existir la menor duda: los agentes de la GPU no lo dejarían vivo. Nin es un viejo revolucionario incorruptible. Defendía los intereses del pueblo español y combatía a la burocracia soviética. Precisamente por esta razón la GPU mediante una calculada operación en la prisión de Barcelona, se ha desecho de él” (13)

La falta de pruebas sobre su tortura y asesinato y la campaña permanente en los órganos del PSUC Treball y del PCE Mundo Obrero, sirvieron al estalinismo durante décadas para seguir difamando a Nin y al POUM, al tiempo que se justificaban políticamente en su defensa de la República burguesa.

Sin embargo, la apertura parcial en 1992 de los archivos de la KGB en Moscú ha permitido conocer la documentación que acredita de manera fehaciente lo que Trotsky señalaba tan categóricamente 55 años antes.

En 1992 la televisión catalana TV3 envía a dos periodistas, Mº Dolores Genovés y Luis Ferri a la URSS para investigar sobre la muerte de Andreu Nin. El resultado es el documental Operación Nikolai o el Asesinato de Nin donde se muestran los documentos secretos que confirman las falsedades del Proceso contra el POUM así como el asesinato de Nin.

Leva Lazarevitx Feldvin, conocido como General Orlov, jefe de los servicios secretos de la URSS en España, envió el 23 de mayo de 1937 una carta a la sede de la NKVD de Moscú sobre la manera de implicar al POUM con el descubrimiento de una célula falangista en Madrid.

Escribía Orlov. “la mayoría de los implicados ha confesado (…) he decidido utilizar la importancia del asunto (…) para implicar a la dirección del POUM. Hemos redactado el documento anexo, que revela la colaboración del POUM con Falange (…) cifraremos el contenido de este documento con el código secreto de Franco que tenemos a nuestra disposición y los escribiremos con tinta simpática detrás del plano” (14)

De esta manera, queda demostrada la falsedad de la acusación de espionaje para Franco tanto de Nin como del POUM. Las mentiras del PCE y de Negrín, las sospechas de Azaña, las certezas de Largo Caballero y Federica Montseny así como el análisis de trotsky, quedan confirmados medio siglo después.

Y sobre la muerte de Nin, podemos seguir la pista a través del siniestro “comunista” Orlov en el mensaje enviado a Moscú el 24 de julio de 1937: “ N de Alcalá de Henares en dirección a Perales de Tajuña, a medio camino a unos cien metros de la carretera, en el campo, Bom, Xvied, juzik, dos españoles. El chofer de Pierre es Víctor” (15) El nombre de los españoles ha sido tachado en negro por el KGB “para evitar perjuicios a sus descendientes” indica el funcionario del archivo.

No existe ningún documento que acredite la detención de Nin, ni un juez instructor, ni que haya permanecido detenido ni en Barcelona ni en Alcalá de Henares. Como dijo el entonces Ministro de Justicia Manuel Irujo: “Nin no había estado nunca en ninguna prisión del estado” (16). Por no constar no consta ni que este muerto.

Lo único que se conserva de Nin, desde su detención el 16 de junio en la sede del POUM en las Ramblas de Barcelona, son sus cuatro declaraciones realizadas entre el 16 y el 21 de junio ante sus torturadores. En ellas explica su trayectoria revolucionaria y denuncia como falsas una y otra vez, las acusaciones de espionaje contra él y el POUM. (17)

Es decir, Nin es detenido el 16 de junio, su última declaración es del 21 de junio y Orlov confirma su asesinato el 24 de julio. Por lo tanto Andreu Nin muere entre el 21 de junio y el 24 de julio de 1937.

No se sabe ni la fecha ni el lugar exacto de su enterramiento, pero una de las primeras consecuencias del Documental Operación Nikolai es la decisión en 1993 de Joaquín Leguina, entonces presidente de la Comunidad de Madrid, de buscar los restos de Nin en la carretera de Alcalá de Henares a Perales de Tajuña. A pesar de las toneladas de tierra removida no se encontró nada.

Por otra parte está la pista de Orlov, que a diferencia de la práctica totalidad de funcionarios soviéticos que estuvieron en la Guerra Civil y que a la vuelta en Moscú fueron fusilados, éste, mucho más perspicaz no volvió. Cuando: “ a mediados de 1938, fue obligado por Moscú a volver para lo que probablemente sería su propia ejecución, Orlov recogió a su mujer y a su hija junto con cerca de 60.000 dólares en efectivo de la tesorería de la NKVD en Barcelona y huyó a Estados Unidos” (18)

Este personaje, que vivió tranquilamente en EE.UU de 1938 hasta su muerte en 1973, era tres años más joven que Nin, nunca admitió nada. Fue entrevistado por Stanley G. Payne: “en junio de 1969 en la Universidad de Michigan, donde la CIA había logrado un puesto para él en la Facultad de Derecho como especialista en Derecho Soviético. Hasta el final de sus días negó rotundamente haber tenido un papel en el asesinato de Andreu Nin” (19)

La Historia, que se realiza a partir de documentos para a continuación interpretar los hechos, en el caso Nin se ha hecho al revés, y gracias a una paradoja. El derrumbamiento de sus asesinos, el estalinismo, ha permitido “documentar” la verdad.

No deja de ser relevante que una de las características del estalinismo, que basa su fe en la sumisión total a los que están “por encima” al tiempo que lo aplican inversamente proporcional sobre los que están “por debajo”, nieguen siempre lo evidente.

Al igual que Orlov, que nunca admitió el asesinato de Nin, veremos al estalinista español Ramón Mercader, que aún siendo visto, nunca admitió haber matado a Trotsky.

A partir de 1992, gracias a los documentos, la Historia ya “sabe” que Nin fue una víctima del estalinismo, inocente de los cargos de espionaje al servicio del fascismo. Lo que la Historia tiene aún pendiente es la acusación al estalinismo de traición a la revolución rusa y española y del asesinato masivo de revolucionarios en España y en la URSS.

Así pues, la Memoria de una figura de tanta trascendencia histórica, como la que lleva consigo Andreu Nin, no puede ser sólo el reconocimiento de víctima, que es el único que parece haber sido valorado hoy en día.

La Memoria de Nin se hace necesario buscarla en la interpretación en estos 70 años de su legado político, del reconocimiento o no por parte del estalinismo de su crimen y de la caracterización revolucionaria de la Guerra Civil española, que lo motivó.

LA TRANSICIÓN: UNA OPORTUNIDAD PERDIDA

Después de 40 años de dictadura, la transición española la protagonizan, por razones en las que no podemos entrar en este trabajo, las organizaciones socialdemócratas y estalinistas (las bases de estos partidos y sindicatos eran honradas, de izquierdas y muchas incluso revolucionarias).

Ninguna de ellas recupera en sentido alguno la figura de Nin, es un fantasma de la Historia. Las direcciones del PCE y del PSOE aceptan “pasar página” de la Guerra Civil, y no mirar al pasado para no “abrir las heridas”. El pacto de silencio con la burguesía “democrática” lo precisa.

“Con el Pacto de Transición, los herederos de la dictadura franquista y la oposición política decidieron ”silenciar” el pasado y así es como, consecuentemente, transcurridas más de dos décadas, se procede a la reconstrucción del pasado republicano, convenientemente depurado de connotaciones revolucionarias” (20)

Además, aquellas pequeñas organizaciones antiestalinistas, nutridas sobre todo del descontento originado por la política del PCE (de nuevo pro-burguesa, como en los años treinta), como la LCR, la ORT, el PST etc que se dicen del trotskismo, la figura de Nin es valorada sólo como revolucionario honrado, pues se le imputan errores graves.

En los años setenta, las libertades democráticas traen consigo la publicación de cientos de libros de todas las tendencias de la izquierda. Apenas se puede encontrar alguno sobre Nin. Una de las excepciones es la publicación de La revolución española, editado por Fontamara en 1978, que consiste en una recopilación de artículos de Nin entre 1930 y 1937.

Como novedad bibliográfica y caso excepcional, se publica en 1975 la Tesis Doctoral de Pelai Pagés, Andreu Nin: su evolución política, editado por Biblioteca Promoción del Pueblo que consiste en una gran biografía política de la vida y las ideas de Nin.

También de ese mismo año, Víctor Alba, militante del POUM y colaborador de La Batalla en 1937 publica, Dos revolucionarios: Andreu Nin y Joaquín Maurín en Seminarios y ediciones 1975. Es una biografía genérica sin la profundidad política del trabajo de Pelai Pages.

Poco antes, el que fuera una de los máximos dirigentes del POUM, y compañero de Nin, Julián Gorkin había publicado: El Proceso de Moscú en Barcelona, Ayma 1973, donde hace una descripción del papel del POUM, el asesinato de Nin y la contrarrevolución estalinista muy ajustado a la verdad, posteriormente documentada.

Poco más se puede encontrar en los años setenta en España relativo a Andreu Nin en cuanto a bibliografía. De reconocimiento público nada y de búsqueda de responsabilidades menos.

LA RECUPERACIÓN DEL PERSONAJE ANDREU NIN

Será necesario esperar más de una década de democracia y cinco años de gobierno del PSOE, para sin otro fundamento que la voluntad de un grupo de personas, de manera altruista, crearse una Fundación que recupere la memoria de Nin, al margen de los grandes partidos de la izquierda.

La Fundación Andreu Nin

En 1987, es decir, antes del colapso del estalinismo, se crea en Barcelona la Fundación Andreu Nin (FAN) para salvaguardar tanto su memoria como la de todo movimiento revolucionario antiestalinista.

En la FAN colabora Wilebaldo Solano, último secretario general del POUM, que con 20 años era el dirigente de sus juventudes en 1937, (Juventud Comunista Ibérica). Solano conoció a Nin y estuvo con él antes de su detención y desaparición, la FAN cuenta así con parte de la memoria viva de la Barcelona revolucionaria de la Guerra Civil

A lo largo de sus 20 años de existencia la FAN, viene realizando una labor divulgativa de la vida y obra de Andreu Nin y del POUM a través, fundamentalmente, de Internet, pero también con actos, charlas, debates y propuestas a los organismos públicos para restablecer la memoria de Nin.

Uno de éstos últimos fue conseguir presentar en Moscú ante Gorbachov en 1988, un escrito firmado por 300 intelectuales españoles y catalanes para facilitar la investigación en los archivos de la URSS y saber la verdad sobre la muerte de Nin.

Otra colaboración importante de la FAN en esta línea, fue su asesoramiento histórico para la película de Ken Loach Tierra y libertad. La realización de esta película en 1994 volvía a poner en al POUM en la historia.

La FAN ha participado en debates sobre dicha película en casi todas las televisiones europeas en los últimos 10 años, excepto en España. Incluso en Japón, donde sindicalistas nipones entrevistaron a W. Solano en Barcelona.

En los últimos diez años la FAN no ha dejado de realizar actos, sobre todo en Barcelona y en Madrid para reivindicar la figura de Nin y el papel del POUM.

Otro aspecto a destacar de la FAN es su página Web, donde tiene un boletín electrónico con información mensual de actividades, pero que también cuenta con la publicación de textos de Andreu Nin, difíciles de encontrar en castellano o catalán.

La declaración de Treball

En respuesta a la FAN sobre la campaña para la apertura de los archivos soviéticos a la investigación del asesinato de Nin, el órgano de expresión del PSUC del número de diciembre de 1989 Treball dice: “Hace muchos años que el PSUC revisó críticamente los graves errores cometidos en el periodo estalinista (…) Andreu Nin forma parte del cuadro de honor de los dirigentes de la izquierda catalana de este siglo (…) El PSUC y Treball rectifican una vez más, formal y definitivamente, cualquier calumnia contra Andreu Nin” (21)

Las disculpas del PSUC en un órgano como Treball, tienen una connotación histórica, es la primera vez, después de 62 años. Pero además tiene un valor añadido, todavía no se conocían los documentos de Orlov.

Estos dos hechos dejan más en evidencia al PCE, que ni antes ni después de conocerse los “papeles” de Moscú, ha sido capaz no sólo de pedir perdón sino de hacer la más mínima autocrítica.

Ya Vázquez Montalbán en el artículo arriba citado planteaba el tema de la siguiente manera diez meses antes de la declaración de Treball: “Hace tiempo que a título individual, dirigentes o destacados militantes de ayer y de hoy del PSUC han reconocido públicamente la brutalidad cometida contra Nin y la injusticia generalizada contra los poumistas acusados de ser agentes franquistas (…) Pero no ha habido una reflexión del colectivo, del intelectual orgánico llamado partido y mientras no lo haya la sombra de Nin seguirá siendo (…) una zona oscura de la propia conciencia” (22)

Reconocimientos públicos

Aunque pocos, en comparación con los que se harán después de la caída del muro de Berlín, es interesante resaltar los actos que se hacen como síntoma de cambio.

El 1 de mayo de 1987, se coloca una placa conmemorativa en la Plaza del Teatro-Las Ramblas de Barcelona con la siguiente inscripción: “Andreu Nin (1892-1937) Revolucionario marxista, catalán e internacionalista, en conmemoración del 50 aniversario de su asesinato”. En el acto homenaje participan más de mil personas.

En mayo de 1987 también, acto conmemorativo en el Ateneo de Madrid en el 50 aniversario de las Jornadas de Mayo de 1937 en Barcelona

El 19 de agosto de 1988 aparece en El País un artículo de Wilebaldo Solano explicando la presentación y objetivos de la FAN titulado “En el nombre de Andreu Nin”

Nin desde la caída del estalinismo

Los años noventa del siglo pasado, la caída del estalinismo y la actividad de la FAN, significan un cambio en la percepción pública de Nin en Cataluña. Dos acontecimientos cinematográficos impulsan a ello.

La película Tierra y Libertad, de 1995 con la denuncia por primera vez en el cine del papel contrarrevolucionario del estalinismo en la Guerra Civil española. Gran éxito internacional. Y por otro el documental Operación Nikolai o el asesinato de Nin de TV3 de 1992 que ha recibido varios pases en la televisión pública catalana desde entonces.

Lo que resulta lamentable es que éste documental, que se ha distribuido internacionalmente en varios idiomas, nunca ha sido emitido en España y hasta hace sólo un año, en verano de 2006, ni siquiera traducido en DVD al castellano.

La película, el documental, y la labor de la FAN ha provocado desde entonces un reconocimiento público mucho mayor a la figura de Nin y al papel del POUM.

El 14 de febrero de 1992, en El Vendrell, localidad natal de Nin, el ayuntamiento, gobernado por el PSOE, realiza un homenaje a Andreu Nin en el centenario de su nacimiento.

También con motivo del centenario se hace un homenaje en el Ateneo de Madrid a Nin con una mesa-debate titulada “La izquierda ayer y hoy” en la que participan entre otros, el Coordinador General de I.U. Julio Anguita, Pablo Castellanos y García Santesmases.

El 20 y 21 de marzo de 1993 de dedica una placa a Nin en los Archivos del Movimiento Obrero en Alcalá de Henares. El acto es presidido por el Alcalde de la localidad, y el Rector de la Universidad de Alcalá. También se desarrolla una Mesa Redonda con la participación de Joaquín Leguina, que como presidente de la CAM informa sobre la búsqueda de los restos de Nin, Javier Riaño, autor del documentar Asaltar los cielos sobre el asesinato de Trotsky, y Wilebaldo Solano, por la FAN.

El 25 de marzo de 1993 se realiza un homenaje a Nin en el Parlamento de Cataluña, donde Pascual Maragall lee una declaración pidiendo a la Generalitat hacer todo lo necesario para localizar los restos de Andreu Nin

Placa conmemorativa a Nin en el Hotel Falcón, sede del POUM en 1937, ahora convertida en la Universidad Pompeu Fabra, donde se resalta su posición en la entrada.

En 1995 la FAN lleva a cabo una campaña de recogida de firmas para que TVE emita el documental Operación Nikolai o el asesinato de Nin. Aún sigue sin emitirlo.

Durante el año 1995 se realizan varios debates en las televisiones públicas europeas, con la participación de Wilebaldo Solano sobre la película Tierra y Libertad; Italia, Francia, Bélgica… excepto en España.

En Basilea se proyecta la película ese mismo año junto a un debate con organizaciones de izquierdas, asistiendo trabajadores de Suiza, Alemania, Francia y emigrados españoles. El 22 de octubre en París debate con historiadores franceses y W. Solano.

El 14 de abril de 1995 W. Solano responde en El país a Santiago Carrillo, por su crítica en ese mismo periódico a la película de Ken Loach. Carrillo había dicho, entre otras cosas, que al director de la película “se le había ido la mano”.

En 1997 el ayuntamiento de Sabadell, gobernado por el PSUC, realiza un homenaje a Andreu Nin, conjuntamente con el Museo de Historia y pone su nombre a una avenida en el nuevo parque de la ciudad.

En enero de 2000, W. solano presenta en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el libro. El POUM en la historia. Andreu Nin y la revolución española, donde se lleva a cabo una reafirmación de la actividad del POUM y a la labor de Nin, se reivindica el papel jugado por Nin. Se reafirma en las críticas a Trotsky, que no entendía la situación.

En el año 2000, el Instituto de Enseñanza Secundaria de El Vendrell, pasa a llamarse “IES Andreu Nin”

En 2002, en el décimo aniversario de la emisión de documental Operación Nikolai, la TV3 vuelve a emitirlo, al tiempo que la FAN hace campaña con apoyo de muchos intelectuales, como Vázquez Montalbán para que lo emita TVE

En 2003 aparece un nuevo libro de Javier Marías, uno de los mejores escritores españoles en la actualidad Tu rostro mañana, sobre una trama de espías de fin de siglo, sale a colación la Guerra Civil y el tema de Nin y el POUM, es algo insólito en nuestra literatura.

Más sorprendente aún la forma de contarlo: “Pasionaria, siempre adicta a Stalin y quizá en un estallido de histeria (…) dedicó cuatro furibundas y despiadadas palabras a los depurados de aquellos días. En el acto del Monumental Cinema, dijo “levantamos la bandera del Frente popular. Los enemigos de esta unión son ciertas izquierdas y los trotskistas. Jamás serán excesivas las medidas que se tomen para liquidarlos, (19 de junio de 1937 – ABC)” (23). El autor relata con todo lujo de detalles toda la manipulación estalinista en el asesinato de Nin como el las acusaciones contra el POUM, entre la página 114 y 127.

En abril de 2004 la cadena alemana Arte emite el documental Operación Nikolai para toda Europa, con difusión en las televisiones públicas de Francia, Alemania, Suiza, Italia, Bélgica…, salvo España.

En 2005 aparece, después de varias décadas, un libro sobre la vida de Andreu Nin a cargo del periodista José María Zabala: En busca de Andreu Nin, donde se hace un recorrido biográfico de su vida en paralelo a la actuación estalinista durante su detención, encarcelamiento, tortura y asesinato.

El libro no aporta nada nuevo sobre el Nin, excepto la reproducción de algunos documentos inéditos del AHN, el interesante prologo de Payne y la confirmación fehaciente del asesinato a manos de estalinistas españoles y rusos. Basa mucho en las averiguaciones de los periodistas catalanes en el documental Operación Nikolai.

Aunque este libro no tenga mucho valor político, también ha servido para dar a conocer algo más la figura de Nin. Así por ejemplo el diario El Mundo se hace eco el 26 de junio de 2005, indicando Luís Alemany en las páginas de cultura: “un libro recupera la “maltratada” figura marxista de Andreu Nin”.

También ha servido para que se presentase en la Feria del Libro de Madrid de ese mismo año, realizándose una mesa redonda, con participación del PSC-PSOE, el autor y la FAN.

El año 2007 ha sido declarado en el Vendrell, al Año Andreu Nin, en el 70 aniversario de su muerte. La FAN también le está dedicando homenajes tanto en España como en el extranjero

El 28 de marzo de 2007 se realizó un acto a W. Solano en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con la asistencia de 250 personas, en homenaje al POUM y a Nin.

El 29 de marzo éste homenaje llegó a el Congreso de los Diputados, con un discurso de W. Solano y la intervención de PSC-PSOE con la diputada Teresa Cunillera y el Coordinador General de I.U. Gaspar Llamazares, que dijo le gustaría que estuvieran vivos “el espíritu” y la “lucha” de los militantes del POUM, y elogió la trayectoria de Joaquín Maurín y Andreu Nin, “que supieron resistir al estalinismo” (24)

El País recogía el acto de la siguiente manera: “Nadie en el Congreso de los Diputados recordaba un ¡viva la unidad de los trabajadores” (…) el 29 de marzo W. Solano, de 90 años, último Secretario General del POUM lo gritó con fuerza en la Sala de Columnas” (25). A continuación, el periodista le hace una entrevista.

En junio de 2007 se realizan varios actos con debates sobre Nin en la Universidad de Barcelona, con la participación de la FAN

Del 9 al 11 de julio de 2007 se realiza un curso de verano en la sede central de la UNED en Madrid titulado: “La izquierda revolucionaria y antiestalinista en la Segunda República y la Guerra Civil”. De las ocho ponencias cuatro son sobre el POUM y Nin. Los actos los organiza la UNED con la colaboración de la FAN.

Como se puede apreciar, la totalidad del reconocimiento público a Nin es, o institucional o impulsada por la FAN. Excepto la presencia puntual de algún dirigente del PSOE y de IU, que realizan una valoración más humana que política, las grandes organizaciones obreras españolas han estado al margen de la figura de Andreu Nin en estos 30 años de democracia. De hecho a nivel sindical, de CCOO o la UGT, no nos consta nada.

Si en las enciclopedias bajo la dictadura de Franco se habla de Nin: “Fue asesinado por los estalinistas” (26) en las actuales se dice: “Agudizada la represión antitrotskista, fomentada por el PCE y el PSUC, y tras los sucesos de mayo en Barcelona, fue detenido por la policía soviética que actuaba clandestinamente en la zona republicana (1937) y murió asesinado en circunstancias no esclarecidas (27)

Prácticamente desconocido por la mayoría de los trabajadores españoles, resulta sorprendente el número de entradas que el servidor Google tiene en Internet sobre Nin, más que ningún otro dirigente obrero español del siglo XX:

1 - Andreu Nin 2.610.000 -Como Andrés Nin tiene 2.550.000
2 - Pablo Iglesias 2.420.000
3 - Felipe González 2.140.000
4 - Santiago Carrillo 2.070.000
5 – Largo Caballero 1.060.000
6 - Durruti 373.000
7 - La Pasionaria 316.000 -Como Dolores Ibárruri tiene 204.000
8 - Indalecio Prieto 173.000
9 - Julián Besteiro 134.000
10 - Federica Montseny 89.000
11 – Joaquín Maurín 64.900

Y no deja de llamar la atención, respecto a los partidos políticos, que el PSOE con más de 120 años de historia y en el Gobierno, tenga en Google 1.220.000 entradas, el PCE con más 80 años tenga 1.810.000 entradas, mientras el POUM, con sólo 2 años de vida en activo durante la República y la Guerra Civil en España (de 1935 a 1937) tenga la cantidad de 662.000 entradas. (28)

El número de entradas de Nin en Internet es espectacular, si quitamos a Felipe González y Carrillo, protagonistas de la Transición y hasta hace poco en activo, la comparativa con el resto es abrumadora.

La explicación bien pudiera encontrarse en la necesidad de indagar en el pensamiento político de Nin: el socialista (militó en el PSOE), el anarquista (militó en la CNT), el comunista (militó en el PCE y el PCUS) el trotskista (militó en la IC), el poumista ( en el POUM) además de profundizar en la vida y obra de la figura política más trágica de la Guerra Civil.

Nin en 2007 sigue siendo la herida abierta de la Guerra Civil, todavía sin cerrar

NIN Y EL DEBATE SOBRE SU TROTSKISMO

Como hemos podido comprobar, la figura de Nin ha emergido de las sombras en las dos últimas décadas, en cuanto a reconocimiento popular. Éste se ha manifestado a través de Placas, Calles, Institutos, Documentales y Actos Institucionales, que están siendo orientados, sobre todo, a recuperar del olvido la figura de un revolucionario, víctima de la represión estalinista

Pero con excepción de la FAN, que además de todo lo anterior, realiza una defensa política de Nin, nadie más lo hace. Por otra parte, la valoración de la FAN es una reafirmación acrítica del Nin del POUM, es decir, de sus dos últimos años de vida.

Pero la personalidad política de Nin es mucho más compleja. En la constitución del POUM en 1935, Nin y la Izquierda Comunista (Trotskista), es una minoría respecto a la otra organización, el Bloque Obrero y Campesino de Maurín (ni trotskista ni estalinista), que se declaraba marxista, pero equidistante de ambas corrientes.

Estando en la dirección del POUM, Nin y la mayoría de los miembros de la IC (sólo una minoría siguió la táctica de Trotsky), serán a su vez minoría en el nuevo partido, copado en militancia y dirigentes por el BOC de Maurín

“Su Comité Ejecutivo estaba formado por Joaquín Maurín, Secretario General, Andreu Nin, Bonet, Jordi Arquer, Molins, Rovira y Gironella (…) a Nin le correspondía un papel secundario pues, aunque su aportación teórica fuera superior a la de Maurín y el resto de bloquistas, numéricamente éstos eran mayoritarios” (29). Y sobre las bases “la poca sinceridad con la que la mayoría de los militantes del BOC aceptaron la unificación (…) llegando a afirmar que la unificación fue un error (30)

Así, el líder principal del POUM era Maurín, que en el pasado siempre tuvo discrepancias políticas con Nin y Trotsky (ambos le veían tendencias pequeño burguesas conciliadoras) y al BOC como una organización a medio camino entre el reformismo y el marxismo.

Al encontrarse Maurín en Santiago de Compostela preparando una reunión del POUM el 18 de julio de 1936, es apresado y encarcelado (se creyó entonces que incluso ejecutado), por ello Nin, que era visto con ciertas reticencias por “radical trotskista” en parte de los antiguos “bloquistas” en el POUM, pasó a ser el líder temporal.

La versión de los defensores de la actuación de Nin, la FAN y los libros de Pelai Pages, W. Solano y Víctor Alba, es más acorde con el Nin poumista, más cercano a Maurín, que el Nin con reminiscencias trotskista que era el que “chocaba” en el POUM.

Por el contrario, autores ubicados en la órbita del análisis estalinista, como luego veremos con más detalle, sí hacen esa diferenciación Nin-Maurín.: “Resulta difícil pronosticar qué política hubiera desarrollado el POUM durante la guerra de no haber quedado fuera de juego desde el comienzo su secretario general, Joaquín Maurín. (…) éste coincidía con Nin en la fascinación del modelo de revolución soviética de 1917, pero siempre se había mostrado sensible hacía el problema concreto que planteaba la amenaza fascista y con menor insistencia basó su juego político en el establecimiento de alianzas, tanto con otras fuerzas obreras como con la pequeña burguesía” (31)

De hecho Nin, ahora líder del POUM, lo era debido más a su autoridad política que a sus planteamientos, pues a diferencia del BOC y Maurín, Nin, tenía una trayectoria más cerca al marxismo que al reformismo.

“El malestar entre los mauristas, tapado únicamente por el espíritu de protesta ante la desaparición de Nin, había dado ya lugar, tras los sucesos de mayo a intentos de resucitar el Bloque Obrero y Campesino frente al sectarismo del POUM, según reseña el soviético Stepanov en uno de sus informes” (32)

A juicio de Trotsky, que seguía muy al día la revolución española, la figura de Nin marcaba la tragedia que suponía ver el dirigente obrero español más preparado teóricamente, sucumbir ante el BOC, formando el POUM

En una carta a Daniel Guerin el 10 de marzo de 1939 escribe Trotsky: “Desde el inicio de la revolución española he estado en estrecho contacto con cierto número de militantes, en particular con Andreu Nin. Hemos intercambiado centenares de cartas. Al cabo de una experiencia que duró meses llegué a la conclusión de que Nin, honrado y entregado a la causa, no era un marxista, sino un centrista, un Martov español” (…) El POUM ha buscado siempre la línea de menor resistencia, ha contemporeizado, jugado al escondite con la revolución. Empezó por encerarse en Cataluña, cerrando los ojos ante la relación de fuerzas existente en el conjunto de España (…) el POUM empezó por ignorar el peligro estalinista – a pesar de todas las advertencias- y por doblegarse ante la burocracia anarquista” (33)

A pesar de sufrir ataques políticos muy severos por parte de Trotsky, incluso llegando a no contestar sus cartas y romperse la relación política y personal, a Nin siempre le quedó un enorme respeto por el creador del Ejército Rojo.

Cuando en septiembre de 1934 desde la revista Comunismo, Nin defiende la ruptura con la línea de Trotsky de formar una corriente en el PSOE, lo expone de la siguiente forma: “De ninguna manera, por un utilitarismo circunstancial, podemos fundirnos con un conglomerado amorfo, llamado a romperse al primer contacto con la realidad. Por triste y penoso que nos resulte, estamos dispuestos a mantenernos es estas posiciones de principio que hemos aprendido de nuestro jefe, aún a riesgo de tener que andar parte de nuestro camino hacia el triunfo separados de él” (34)

Es interesante contrastar esta opinión de Nin para no entrar en el PSOE y “bolchevizarlo” como pedían por carta las JJSS a los trotskistas, con la que tenía Largo Caballero sobre el aprovechamiento que el estalinismo hizo de ello. “La Tercera internacional quería hacer en el resto de España lo que había hecho en Cataluña y en la Juventudes Socialistas; unificar a los partidos Socialista y Comunista y meterlos en un saco; pero se encontraban con una gran dificultad, y era que el Partido Comunista no tenía hombres de autoridad y prestigio para labor tan importante, ni para dirigir después el partido Único. Los hombres que valían algo habían pasado al trotskismo” (35)

De sus “reminiscencias trotskistas” podemos apuntar que el 6 se diciembre de 1936, estando en el Gobierno de la Generalitat, y sin consultarlo en el POUM, Nin propuso que Cataluña acogiese a León Trotsky, perseguido internacionalmente por el estalinismo y sin “visado” de país alguno. Posteriormente se le concedió en México

Esta petición de Nin de pedir que Trotsky viniese a Barcelona, además de provocar que el PSUC dijese que si esto ocurría, rompía el Frente Popular, también sirvió como objeto de críticas en el POUM.

No podemos profundizar en las diferencias Nin-Trotsky, Nin-Maurín, por cuestión de espacio, baste señalar que el POUM no era trotskista y que la actuación de Nin desde 1933 tampoco.

LA REVOLUCIÓN ESPAÑOLA

Desde una perspectiva histórica, los acontecimientos en España entre 1934 y 1937: con las Alianzas Obreras, la Insurrección de Asturias, el triunfo del Frente Popular, el levantamiento fascista, la revolución obrera contra el mismo, y las Jornadas de Mayo en Barcelona, son mucho más intensos y de mayor significación cada uno de ellos, que décadas enteras en otros momentos del siglo XX

Simplificar o enumerar los hechos de manera cuantitativa no ayudan a la comprensión de la historia. Es preciso analizarlos en toda su intensidad para valorar su importancia

La Memoria de Andreu Nin, su significación histórica como uno de los protagonistas de esos tres años tan decisivos, viene determinado por al análisis de esos acontecimientos y el papel que juega en ellos.

El tratamiento historiográfico de Nin, pues, necesariamente tiene que ir acorde a estos hechos. Teniendo en cuenta los límites de espacio del presente trabajo, nos vamos a remitir a lo que consideremos el núcleo central, esto es, la revolución abierta el 19 de julio y su conexión con las Jornadas de Mayo, que a la postre significaran la justificación estalinista de su asesinato y la represión contra el POUM.

La Revolución del 19 de julio de 1936

Ya hemos visto más arriba, como el Documental de TVE de 1986, a lo largo de 31 horas nos relata la Guerra Civil española desde la perspectiva de la lucha entre la República democrática y el fascismo. De hecho es una de las constantes historiográficas en España

De los 1860 minutos de que consta dicho trabajo, no llega a los 30 los que dedica a la reacción contra la sublevación militar en Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Alicante, Castellón… y poniendo el énfasis en el aspecto militar, no en la acción revolucionaria de los trabajadores.

Por ejemplo, comienza de la siguiente manera: “El sábado 18 de julio de 1936 en Barcelona, era un sábado de verano, lo único que preocupa a su población es el fin de semana y las vacaciones” (36) Sobre las Jornadas de Mayo, a pesar de decir: “los hechos de mayo son uno de los momentos culminantes de la evolución político-social de la España republicana (37) sólo le dedica 12 minutos (del 23 al 35 de ese capítulo).

A pesar de ser uno de los “momentos culminantes”, no llega a utilizar ni el 1% del tiempo del documental. El Proceso contra el POUM y la muerte de Nin ocupan 5 minutos en total, todo junto entre el minuto 43 y el 47 de ese mismo capítulo.

Es decir, entre la “Revolución” de julio, las Jornadas de Mayo, el POUM y Nin, se dedican (sin entrar en los contenidos) 47 minutos, el 2´5% de todo el tiempo. Esta “importancia” dedicada a el proceso revolucionario, al POUM y a Nin, quizá tenga algo que ver con la negativa permanente de TVE de emitir el Documental Operación Nikolai, después de 15 de su realización.

Siguiendo la línea española, recientemente Santos Juliá ha coordinado una obra titulada República y Guerra en España 1931-1939 (Espasa Calpe – Madrid 2006) con la colaboración de varios especialistas, en la que ni siquiera son nombrados Nin ni el POUM. De las 445 páginas del libro, sólo una habla de las Jornadas de Mayo (pág. 187) y dentro de las consecuencias de la caída del Gobierno de Largo Caballero.

En el otro documental de TVE de 2004, no se menciona ni a Nin ni al POUM, sin embargo algo se dice sobre la revolución: “El 18 de julio en Madrid los sindicatos obreros exigen al gobierno el reparto de armas, el Gobierno acaba cediendo. Miles de obreros asaltan el Cuartel de la montaña. (…) En Barcelona militantes de la CNT se echan a la calle el 19 de julio y consiguen reducir a los golpistas. (…) El ejército que ha quedado desmantelado tras la sublevación es sustituido por milicias populares de sindicatos y partidos” (38)

Por contra será, sobre todo la historiografía anglosajona la que, sin ser partidista al respecto, admita y relate el papel revolucionario de los trabajadores del campo y la ciudad contra las bases democrático-burguesas.

Hugh Thomás, en su clásico La Guerra Civil española de 1961 “A última hora de la tarde del 18 de julio, Companys se negó a dar “armas al pueblo”. A pesar de todo, la CNT tomó por asalto varios depósitos de armas, incluido el viejo buque prisión Uruguay, fondeado en el puerto, convocó una huelga general para el día siguiente (39). “durante la noche del 19 al 20 de julio, en Madrid fueron incendiadas cincuenta iglesias. Los partidos obreros, dirigidos por unidades de milicianos (…) tenían el control efectivo de la capital” (40)

Respecto al POUM y Nin dice: “Desde la formación del gobierno Negrín los comunistas habían centrado sus esfuerzos en perseguir al POUM (…) persecución, detenciones, interrogatorios y torturas las llevaron a cabo principalmente comunistas extranjeros, los españoles no sabían la verdad, observaba los acontecimientos y aplaudían cobardemente (…) ¿creía el comunista español católico José Bergamin que Nin, Gorkin y Andrade eran espías? El ala prietista del socialismo e incluso los republicanos de izquierda mostraban tales actos de transigencia (…) concedían el beneficio de la duda a los acusadores, pero no a los acusados” (41)

Gabriel Jackson en su República española y Guerrea Civil de 1976 nos dice: “Los restaurantes de lujo y los hoteles de Barcelona fueron, o bien colectivizados o incautados por los empleados. Las espaciosas mansiones particulares de los ricos que habían huido a Francia fueron convertidas en escuelas, orfanatos y hospitales (…) los obreros se hicieron cargo de la mayoría de las fábricas” (42)

“En Madrid los ebanistas, zapateros y barberos sindicados colectivizaron sus talleres y establecimientos. El Hotel Palace fue convertido en orfanato (El Ritz en Hospital). En casi todas partes las rentas fueron abolidas y los registros de la propiedad incendiados” (43)

“Nin que era la personalidad más importante del POUM (…) era una figura muy conocida, tanto en España como en el extranjero. Fue uno de los fundadores de la III Internacional (…) Había sido consejero de Justicia de la Generalitat en 1936 y fue uno de los principales teóricos de la revolución colectivista catalana (…) la prensa socialista y trotskista mundial contó el relato (las torturas e interrogatorio de Orlov). Los comunistas calificaron el relato de calumnia y los dirigentes liberales del Frente Popular mantuvieron un silencio embarazoso” (44)

Pero quizás sea la obra de Stanley G. Payne La Unión Soviética, Comunismo y Revolución en España (1931-1939) de 2003 el que ofrezca datos más concluyentes del proceso revolucionario: “Edgar Malefakis, autor del principal estudio sobre la reforma agraria republicana, concluía que durante la Guerra Civil española se ocuparon (…) entre la mitad y dos tercios de todas las tierras cultivadas en la zona republicana" (45)

Según el estudio de Historia y memoria de la Guerra Civil – 1988 ed. Julio Aróstegui, en 1937 el 39% de toda la tierra de la zona republicana había sido expropiada, aunque sólo se colectivizó oficialmente poco más de la mitad. Así, el porcentaje de tierra que cambió de manos fue considerablemente mayor que en la Rusia de 1917-1918” (46)

“El 24 de octubre, después de que la CNT hubiera entrado en el Gobierno Catalán, el nuevo conseller de economía y miembro de dicha organización J. Fábregas, promulgó un decreto de colectividades. En el se oficializaba la colectivización de todas las plantas industriales con más de 100 trabajadores y disponía de la colectivización de las de 50 a 100 con la aprobación del 75% de los trabajadores de la empresa” (47)

“Apenas cabe duda de que hubo una actividad revolucionaria, mucho más inmediata, directa, espontánea y también organizada por parte de los trabajadores en la sociedad española de 1936, que en la rusa de 1917, mientras que en el campo la diferencia era todavía mucho mayor” (48)

Desde el punto de vista de la burguesía republicana esto era intolerable: “desde un principio la República se debatió entre la urgencia de imponerse militarmente y la necesidad de controlar las aspiraciones revolucionarias de los anarquistas y el POUM (…) El poder del estado sufrió un desplome casi total, Comités, Juntas, Consejos, aparecían por todos los lugares y en algunas regiones llegaron a unificarse para formar Consejos Regionales entre los que destacaron el Consejo Soberano de Asturias, el Consejo de Aragón, el Comité Ejecutivo Popular de Valencia o la Junta de defensa de Madrid” (49)

Se podrían llenar páginas y páginas ofreciendo miles de ejemplos de cómo los trabajadores de la ciudad y el campo, sin que ninguna organización lo dirigiera y organizase a nivel estatal, estaban llevando a cabo por la vía de los hechos la revolución, cuestionando tanto la República burguesa como el sistema capitalista.

La diferencia con la Rusia de 1917 era que en España no hubo un Partido Bolchevique o similar que aglutinara esa enorme honda expansiva. Su ausencia fue ocupada por el estalinismo, que como dice Largo Caballero, aprovecha la radicalización de las organizaciones socialistas, para “engullir” las JJSS y la sección catalana del PSOE el mismo año 36.

“La revolución en Cataluña no fue obra de ningún partido político ni de ninguna organización sindical (…) ¿cual ha sido la actitud del POUM en estos primeros momentos? Evidentemente, este partido tampoco estuvo a la altura de los acontecimientos” (50)

El potencial de Andreu Nin quedó orillado y circunscrito, como dijo Trotsky, a Cataluña y sin un plan de actuación independiente de la fuerza que tenía allí el anarquismo. A pesar de la caracterización que hace Nin de la situación, su actuación política no estuvo a la altura.

Para ello nos remitiremos a las propias palabras de Nin, valorando la situación política en el mitin del Gran Price en Barcelona el 6 se septiembre de 1936:

“La lucha no está entablada entre la democracia burguesa y el fascismo, sino entre el fascismo y el socialismo, entre la clase obrera y la burguesía. La clase trabajadora, con las armas en la mano, cerró el paso al fascismo en Cataluña el 19 de julio y ha planteado crudamente el problema del poder” (51) Además entra en terrenos teóricos del marxismo sobre la caracterización de la revolución: ¿Es que la clase trabajadora de Cataluña y España está realizando enormes sacrificios, está derramando su sangre para volver a la República del señor Azaña? (…) la revolución democrática ha sido realizada no por la burguesía liberal, que no lo había podido hacer en cinco años (1931-1936), sino por la clase trabajadora, que los ha resuelto en pocos días con las armas en la mano” (52)

Este planteamiento político de Nin, caracterizando la revolución democrático-burguesa como superada por la acción de las masas en la calle, está en la línea de las Tesis de Abril de Lenin en 1917 y en la Teoría de la Revolución Permanente de Trotsky, pero como veremos se queda a medio camino en la práctica hacia la revolución socialista.

Lenin escribe: “La peculiaridad del momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía (…) a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado” (…) “El paso del poder del estado a manos de una clase a las de otra clase es el primer síntoma, el síntoma principal, el síntoma más importante de la revolución, tanto en el sentido estrictamente científico, como en el sentido político, práctico (53).

Trotsky dice: “ El hecho de que una revolución sea antifascista o proletaria, burguesa o socialista, viene determinado no por etiquetas políticas, sino por la estructura de clase de una nación dada (…) El poder está en manos de la burguesía o el proletariado (…) el poder obrero no puede ser más que el poder socialista” (54)

Sin embargo las conclusiones prácticas de Nin no van en la misma línea, a diferencia de Lenin y Trotsky en Rusia en 1917, Nin no es capaz de desmarcarse del anarquismo y ganarse directamente a los trabajadores: “Yo afirmo, compañeros, que en las cuestiones fundamentales, en aquellas sobre las cuales existían discrepancias irreductibles con los compañeros de la CNT, sobre estas cuestiones, hoy puede haber un acuerdo perfecto” (55)

Las Jornadas de Mayo

En las Jornadas de Mayo, las bases de la CNT-FAI y el POUM salen a luchar a las barricadas, para defender las conquistas revolucionarias de julio. Cuando la Generalitat y el PSUC intentar tomar la telefónica (en manos de la CNT desde l 19 de julio), la respuesta de la dirección de la CNT y el POUM será no caer en las provocaciones. La represión estalinista no tuvo piedad.

Entre el 3 y el 8 de mayo de 1937 el enfrentamiento entre las bases de la CNT-FAI y el POUM, por un lado y las fuerzas de seguridad de la Generalitat con el PSUC de apoyo por el otro, se enfrentan en las calles de Barcelona Los obreros revolucionarios sin que lo convoquen los dirigentes de la CNT ni del POUM paraliza de forma absoluta la actividad en la industria, comercio y transportes. La situación de doble poder ha llegado a su fin.

O gana la revolución (control obrero de la producción, milicias armadas, gobierno obrero) o gana la contrarrevolución (control gubernamental de la economía sin nacionalización, ejército regular y gobierno burgués). A pesar de ser diez veces más fuertes las bases cenetistas y poumistas que las estalinistas y burguesas, éstas estaban respaldadas por su dirección, aquellas no.

La burguesía precisó de los dirigentes anarquistas para aplacar a los revolucionarios, mientras el POUM mantenía una posición supeditada a lo que hiciese la CNT.

Al día siguiente el 4 de mayo de 1937, la dirección de la CNT y su órgano de prensa Solidaridad Obrera llaman a la vuelta al trabajo a sus bases, Azaña agradecido, lo relata así: “El Gobierno envió una delegación de la CNT y la UGT, con García Oliver, para aconsejar a los revoltosos que volvieran al trabajo (…) Federica Montseny se arrancó diciendo que llevaba la representación del Gobierno y de la CNT y rogaba que depusiesen su actitud los rebeldes” (56)

Es decir, la burguesía obtuvo la colaboración de los dirigentes de las organizaciones revolucionarias para aplacar la revolución, pero además, el Presidente de la República, se permite llamar “revoltosos” y “rebeldes” a los mismos obreros que impidieron al General Godet el triunfo fascista en Barcelona el 18 de julio.

Aún así no era suficiente, será necesario que el Gobierno central envíe desde Valencia 5.000 Guardas de asalto con varias compañías motorizadas por carretera al tiempo que llegan al puerto de Barcelona dos destructores británicos que se ponen al servicio de la Generalitat.

¿Que hizo Nin y el POUM en estos acontecimientos?, a diferencia de los dirigentes anarquistas, la misma noche del 3 de mayo Nin con W. Solano se dirigieron a la sede de la CNT en Barcelona para plantearles la oportunidad de ir más allá con la revolución. Ante la negativa de los libertarios, que se contentan con pedir la dimisión del comisario que realizó el ataque a la telefónica, Nin y el POUM quedan paralizados.

El 6 de mayo La Batalla emite un comunicado del Comité Ejecutivo: “El POUM da orden a todos sus militantes armados para que se retiren de las barricadas y de las calles, reintegrándose al trabajo”

A pesar de los llamamientos de los dirigentes de la CNT-FAI y el POUM a la vuelta al trabajo, el instinto de clase revolucionario de sus bases les mantiene en las barricadas sin dirección alguna, hasta el 8 de mayo, que aislados y sin referencia las van abandonando poco a poco.

A pesar que los “hechos de mayo” no son ni promovidos ni dirigidos ni aprovechados por la CNT-FAI ni por el POUM, al revés, en sus propios medios de expresión indican lo contrario, la represión será contundente.

Para el estalinismo, el montaje estaba en marcha. José Díaz, Secretario General del PCE dice el 9 de mayo en un mitin en Valencia: “Quién sino los trotskistas han sido los inspiradores del golpe criminal de Cataluña” y el día 10 en Mundo Obrero: “los facciosos que se levantaron en barricadas contra el Gobierno legítimo deben ser castigados implacablemente, muerte e los traidores”

Miles de guardias de asalto y carabineros patrullan la ciudad desarmando a las bases de la CNT-FAI y el POUM y rompiéndoles sus carnets a la cara. Cientos de trabajadores de éstas organizaciones fueron encarcelados, las torturas y asesinatos en las “checas” se sucedieron hasta el punto de decir el Ministro de Justicia Manuel Irujo. “Los revolucionarios amanecían asesinados en las cunetas de las carreteras, en mayor cantidad que en la zona franquista” (Ver la obra Homenaje a Cataluña de George Orwell – Ariel – 1983)

Nin escribe el 12 de mayo: “La actitud provocativa de la contrarrevolución determinó el estallido. Pero ya los obreros en la calle, el partido tenía que adoptar una actitud. ¿cuál? ¿inhibirse del movimiento, condenarlo o solidarizarse con él? Nuestra opción no era difícil. Ni la primera, ni la segunda actitud cuadraban con nuestra cualidad de partido obrero y revolucionario y, sin vacilar un momento, optamos por la tercera: prestar nuestra solidaridad activa al movimiento, aún sabiendo de antemano que no podía triunfar. Si el desencadenamiento hubiera dependido de nosotros, no habríamos dado la orden de la insurrección” (57)

Es decir Nin y el POUM, en el momento en que se dilucida el “doble poder”, permanece más como observador que como protagonista. En ningún momento se plantean sumarse e intentar dirigirlo. Pocas semanas después y fruto de la derrota del “poder obrero” descabezado, la represión estalinista le asesinara a él y encarcelará y procesará al resto de la dirección del POUM.

El proceso revolucionario durante la Guerra Civil española llega a su fin en mayo de 1937.: “Los sangrientos sucesos concluyeron con la derrota anarquista y se saldaron con la disolución del POUM (…) El mes de mayo de 1937 marcó el momento de una inflexión política irreversible en el bando republicano” (58)

Ni Nin ni los dirigentes del POUM se daban cuenta de la significación de la derrota, ni siquiera la consideraban como tal: “Tenemos el orgullo de proclamar que la actitud de nuestro partido, cuyo prestigio había aumentado considerablemente entre los trabajadores revolucionarios, contribuyó eficazmente a poner término a la sangrienta lucha que se desarrollaba en las calles de Barcelona y a evitar que el movimiento obrero se viera aplastado por una represión feroz” (59)

“Los sucesos de mayo en Barcelona señalaron el fin de la revolución. A partir de entonces se pudo decir que el Estado republicano se hallaba en guerra con el Estado nacionalista y no la revolución en guerra con el fascismo” (60)

Para los seguidores de Trotsky en España, los Bolchevique-Leninista, el error del POUM fue catastrófico, primero para la clase obrera y después para ellos mismos.

Éste pequeño grupo, muy activo en las barricadas sacó una octavilla el 4 de mayo: “Viva la ofensiva revolucionaria: Nada de compromisos. Desarme de la Guardia nacional (…) huelga general de todas las industrias que no trabajen para la guerra. ¡armamento total de la clase obrera! ¡Viva la unidad de acción CNT-FAI-POUM! En los talleres, fábricas, barricadas: Comités de defensa revolucionaria” (61)

Nin y la dirección del POUM rechazaron estos planteamientos trotskistas, a pesar de reconocer que se podía haber ganado: “La lucha armada se desarrolló en tal forma, fueron tales el ímpetu de los obreros revolucionarios y la importancia de las posiciones estratégicas alcanzadas, que se hubiera podido conquistar el poder. Pero nuestro partido, fuerza minoritaria en el movimiento obrero, no podía tomar sobre sí la responsabilidad de lanzar esta consigna, con mayor motivo cuanto que la actitud de los dirigentes de la CNT y de la FAI, que desde las emisoras barcelonesas invitaban de un modo apremiante a los obreros a abandonar la lucha” (62)

Posiblemente éste sea el párrafo más elocuente de las contradicciones de Nin. En él se concentran las principales críticas de Trotsky, recordemos: crear un pequeño partido, pudiendo condicionar y reorientar uno grande (el PSOE), falta de determinación en la lucha independiente (no colaboración con el Frente Popular en las elecciones ni entrada en el Gobierno de la Generalitat) y supeditación a la CNT en las Jornadas de Mayo.

LA SOMBRA DEL ESTALINISMO ES ALARGADA

El que en España hubo una revolución es un hecho objetivo avalado por la mayoría de los historiadores. El que no hubiese una partido revolucionario de masas con implantación estatal que lo encauzase para conseguir la victoria, no significa que no se diese la revolución.

Al margen de la controversia entre Nin y el POUM por un lado y Trotsky y los B.L. por otra dentro del campo del marxismo, ambos grupos estaban en el bando de la clase obrera. El PCE por el contrario, estuvo toda la Guerra Civil en el campo de la burguesía republicana.

Sin entender este aspecto, se hace imposible comprender la brutal represión de los revolucionarios y el asesinato de Nin a manos estalinistas.

Analizaremos lo que nos dice la historiografía, pero la mejor manera de explicarlo es escuchando a los propios estalinistas.

La versión liberal-burguesa de la Guerra Civil española parte de la base, de que en España no se trataba de hacer la revolución socialista, sino la defensa de la República burguesa frente al fascismo.

Este argumento de la burguesía tipo Azaña no debe llevarnos a ninguna sorpresa. Lo llamativo es que el partido que en teoría representaba a la única revolución socialista victoriosa en el mundo, dijese lo mismo.

Así el PCE, con todos sus dirigentes a coro, no se cansaron de repetir durante los tres años de guerra la misma melodía. Acaba de realizarse un nuevo documental sobre imágenes de la Guerra Civil de Elias Querejeta, dando voz a los protagonistas.

En todas las intervenciones de dirigentes del PCE, tres de Dolores Ibárruri y una de José Díaz, repiten la misma idea-base: “Estamos luchando por la libertad, por la democracia y por la República” (63)

En ningún momento hablan ni de socialismo ni de tomar el poder, ni argumentos de clase, nada. Toda su argumentación es la misma que la de Azaña.

La Historiografía y el papel del PCE en la Guerra Civil

Hugh Thomas nos dice en 1961: “El partido Comunista, apoyado por la ayuda diplomática y militar de Rusia (…) es apoyado por muchos miembros de la clase media (…) en la práctica su acción se amoldaba y reflejaba los deseos de los pequeños comerciantes y granjeros, taxistas, pequeños funcionarios y oficiales jóvenes que se afiliaron al partido entre julio de 1936 y finales de año, sin haber leído a Marx ni saber gran cosa acerca de Rusia” (64)

Anthony Beevor señala en 2005: “los mayores campeones del derecho a la propiedad no eran los republicanos liberales, como hubiera sido lógico, sino el Partido Comunista y su rama catalana, el PSUC. Ambos seguían la estrategia de la III Internacional de camuflar la revolución. Dolores Ibárruri y otros miembros de su Comité Central negaban enfáticamente que en España se estuviera produciendo una revolución y defendían vigorosamente a empresarios y pequeños propietarios rurales” (65)

Gabriel Jackson escribe en 1976: “Los comunistas, en nombre de los principios marxistas (sic), defendían los derechos de la pequeña clase media (…) en su mayoría los nuevos afiliados no eran de origen proletario (…) se convirtieron en un partido de funcionarios y pequeño burgueses” (66)

Stanley G. Payne indica en 2003: “En la industria y la agricultura, la revolución adoptó la forma inicialmente de control obrero, y más tarde de colectivización. En un informe al Comité Central del Partido Comunista francés, redactado el 16 de octubre de 1936, André Martý afirmaba que en la zona republicana se habían “hecho cargo” de unas 18.000 empresas: “el grueso de la industria española está ahora controlada por los trabajadores” (67)

“El 18 de agosto de 1936 Mundo Obrero declaraba que “la lucha entre la democracia y el fascismo” se había “transformado en una guerra santa nacional, en una guerra defensiva del pueblo” Está línea argumental se mantendría durante todo el conflicto” (68)

No es de extrañar, como dijo Largo Caballero que los mejores comunistas se pasaran al trotskismo. Así, las bases sin ningún nivel político y la dirección, una mera burocracia disciplinada al servicio de Moscú, dependían de la URSS, de donde venían los “teóricos”.

Veinte años después de la Guerra Civil, Dolores Ibárruri en su exilio estalinista, escribe un libro de memorias, El único camino, donde hace un ejercicio de autobombo personal permanente y se muestra muy satisfecha de sí misma, de su labor agitadora.

Como dice Payne de “apología personal”, Ibárruri en sus 626 páginas del libro no nombra a Andréu Nin en ningún momento. Pero no deja pasar la ocasión para seguir llamando fascista al POUM. No es de extrañar, ella estaba en las reuniones con Orlov cuando el asesinato de Nin.

Dolores Ibárruri, es verdad que tuvo un protagonismo en la Guerra Civil, pero no más allá de la labor de agitación, escasa de ideas. De hecho apenas entra en temas teóricos en su autobiografía, y cuando lo es hace es para decir: “Con la guerra provocada por la sublevación militar fascista, se aceleró el desarrollo y la transformación de la revolución democrático burguesa” (69)

Sobre las Jornadas de Mayo, a las que sólo dedica 7 páginas (509-516), la valoración veinte años después es la misma que en 1937: “Donde el PSUC mostró su capacidad política, su fuerza y su espíritu revolucionario, fue en el aplastamiento del putsch contrarrevolucionario de mayo de 1937 en Barcelona (…) que tan grave peligro representaba para la continuación de la resistencia” (70)

Haciendo una reflexión tantos años después de los hechos hay una pregunta permanente: “En el transcurso de estos largos años de exilio, ha habido camaradas que muchas veces nos han preguntado ¿pudo el PCE haber tomado el poder en España? A esto sólo cabe una respuesta: El Partido Comunista en ningún momento se propuso tomar el poder en España en el transcurso de la guerra. Y quienes han pretendido comparar la situación de Rusia en octubre de 1917 con la de España (…) cometen un grave error. España libraba una guerra revolucionaria contra el fascismo, en la que participaban, no sólo la clase obrera, sino, fundamentalmente,, los campesinos, la pequeña y mediana burguesía” (71)

No es de extrañar, por tanto, que la “educación política” en el PCE durante la Guerra Civil hiciese que explicasen a sus bases que lo que éstas veían en la calle, no existía.

Así, un dirigente del PCE de Valencia explicaba: “En los primeros momentos del movimiento insurreccional muchos trabajadores cayeron en la manía de la socialización y las incautaciones, creyendo que estábamos en presencia de una revolución social (…) ¿por qué han caído los trabajadores en estos errores? En primer lugar, por desconocimiento del momento político en que vivimos, que les lleva a creer que estamos viviendo en plena revolución social” (72)

En el estalinismo, una constante es la falta de análisis crítico, la dirección y el partido tienen siempre razón. Pero tan penoso nivel elemental de marxismo debía tener alguna razón más importante.

Joan Estruch, como muchos otros autores, señala la dependencia absoluta de la política del PCE durante la guerra a las directrices de Moscú: “En el periodo estalinista, la Unión Soviética pasará de impulsora de la revolución más allá de sus fronteras a utilizadora de los partidos comunistas como instrumentos de su reforzamiento en el terreno internacional” (73)

Pero entonces ¿Cuál era el auténtico motivo de Moscú para hacer fracasar la revolución española y asesinar a Nin? La respuesta la encontramos en la profunda degeneración burocrática en la URSS, fruto del aislamiento de la revolución en un país atrasado, cuya burocracia necesita ahogar en sangre, tanto a la vieja guardia bolchevique (Procesos de Moscú), como asesinar a Nin, estrangular la revolución española y posteriormente matar a Trotsky.

Es la única manera de garantizar el dominio de casta burocrática, asentada sobre las espaldas de los trabajadores rusos sobre una economía planificada a la que habían privado de los elementos de control; los soviets (locales, provinciales y regionales)

La burocracia estalinista no necesitaba una revolución triunfante en España ni en ningún otro sitio, (ver su papel en la revolución china de 1925 apoyando a la burguesía que a su vez masacrará a la clase obrera). Stalin lo que tenía era un acuerdo con las burguesías francesa e inglesa. Daba igual, sin atender a ningún carácter de clase, en 1939 lo hará con la Alemania nazi (Pacto Germano-soviético)

Lenin decía que la política exterior es la continuación de la política interior. El ejemplo más dramático de ello lo encontramos en una de las cartas más trágicas de la historia del movimiento obrero internacional.

Carta de Stalin, Molotov y Vorochilov el 21 de diciembre de 1936 al Presidente del Gobierno de la república española, Francisco Largo Caballero: “Convendría atraer al lado del Gobierno a la burguesía urbana (…) protegiéndola de los intentos de confiscaciones y asegurando la libertad de comercio (…) hay que atraer a los dirigentes republicanos, sobre todo a Azaña. Es necesario impedir que los enemigos de España vean en ella una república comunista” (74)

La única personalidad viva del estalinismo de los años treinta en la España de hoy es Santiago Carrillo, que además los vivió en primera línea. En sus Memorias de 1993, con 793 páginas (160 dedicadas a la Guerra civil) sólo habla de Nin dos veces para decir que murió asesinado, sólo habla de las Jornadas de Mayo en una página para decir que fue un Pusch (como Ibárruri 35 años atrás) nada del Proceso contra el POUM

“levantamiento de la CNT y el POUM en Barcelona (…) sumamente negativo para la causa republicana. (…) el golpe de la FAI y el POUM había sido muy grave, ponía en peligro a la República” (75)

Carrillo no admite error alguno del PCE, no pide ninguna disculpa, no valora ni el estalinismo, ni al POUM ni a Nin, sus comentarios al respecto, dejando caer la versión oficial estalinista, lo explica como si no fuera nada con él, ni tuviera nada que decir:

“El putsch de mayo acabó de rellenar el dossier antitrotskista. Parecía la confirmación gráfica de la acusación de connivencia entre trotskismo y fascismo (…) Que en plena guerra contra Franco, una facción de nuestro ejército y retaguardia se levantara en armas e iniciara una guerra dentro del campo republicano era “objetivamente” una ayuda a Franco (…) Si después se ha esclarecido los hechos y se ha concluido que la muerte de Nin era un asesinato, en aquel momento la opinión pública aceptó la tesis de un levantamiento realizado de acuerdo con Franco para romper la resistencia republicana y de una fuga del jefe poumista al campo enemigo” (76)

El comentario es tan bochornoso en todos los aspectos, hasta en el conceptual, que en su siguiente libro lo que hace es obviar el tema. En 1999, Carrillo, escribe: La segunda República: Recuerdos y Reflexiones. No trata ni las Jornadas de Mayo, ni el tema Nin ni el Proceso contra el POUM, sólo nombra a Nin al dedicar un capítulo a Zugazagoitia: “durante su gestión se entera del asesinato de Nin, uno de sus dramas personales, no podía hacer nada”(77)

Hoy prácticamente nadie defiende en la historiografía la versión del estalinismo, de hecho éste está en proceso de descomposición orgánica como fuerza política en todo el mundo. Sin embargo siempre queda alguien que lo justifique.

La mejor manera de comprobar el papel del estalinismo como comportamiento burgués en la Guerra Civil, es ver como para su justificación, algunos historiadores no tienen problemas en defender la versión liberal de la guerra, atacando a los revolucionarios y defendiendo al PCE.

En 1999 Antonio Elorza y Marta Bizcarrondo sacan el libro Queridos Camaradas para dedicarse a criticar a Nin y al POUM por sus planteamientos revolucionarios y ninguna crítica al PCE ni al PSUC ni al PCUS. Lo único que reconoce es la paranoia persecutoria del estalinismo (como si no tuviese nada que ver con su concepción política).

Hay un intento permanente de los autores de ridiculizar a Nin y al POUM respecto a querer la revolución socialista y de tener como modelo la Rusia de 1917, pero en ningún momento nos explican por qué eso era tan incorrecto ¿no lo debería de haber defendido el PCE?

“la etiqueta colocada sobre los hombres y mujeres del POUM como “agentes de la GESTAPO “ sirvió para justificar la persecución, pero al mismo tiempo contaminó todos los argumentos políticos que hubieran podido utilizarse desde el PCE sobre el partido de Andrés Nin para justificar su oposición al mismo” (5) Es decir, el PCE tenía razón políticamente, pero su torpeza persecutoria se la quitaba.

“Desde los primeros actos de propaganda al serenarse la situación, el leiv motiv de los voceros del POUM, fundamentalmente Andrés Nin y Julián Gorkin es la propuesta de acabar con el Frente Popular” (78)

Estos autores haciéndose eco de las argumentaciones burguesas de la acusación del PCE en el Proceso contra el POUM y olvidándose que su objeto era la acusación de espionaje, se vuelcan en “acusarles” de revolucionarios en una situación revolucionaria: “ queda en cambio probado que hasta el 6 de mayo de 1937 el POUM se había sumado al levantamiento anarconsindicalista de Barcelona y sobre todo que los miembros del Comité Ejecutivo (…) habían desarrollado en La Batalla una campaña sistemática contra el Frente Popular y la República democrática” (79)

Por lo tanto, era lógico que la Justicia del Frente Popular (unión de partidos burgueses y de izquierda en defensa de la república democrática (Burguesa), condenasen a los revolucionarios: “Los dirigentes del POUM recibían una valoración ajustada de cuál había sido su actuación política en los primeros meses de guerra” (80)

CONCLUSION

La verdad siempre es concreta, a Andreu Nin le asesinaron porque era un revolucionario. Su figura representaba, aún con contradicciones y errores, la posición política con influencia de masas, más acorde con los postulados revolucionarios que la clase obrera estaba llevando a cabo por la vía de los hechos.

El estalinismo, que se convirtió en todas sus actuaciones prácticas, en el estilete que precisaba la burguesía para recomponer el orden “democrático-burgués” en el bando republicano, le asesinó desde postulados burguesas (ver argumentaciones del fiscal en el Proceso contra el POUM (81).

Pero para ello, los estalinistas rusos y españoles no podían decir que era debido a que Nin era un revolucionario. Era preciso difamarlo ante las masas, con las mentiras más burdas y groseras que se podían cometer en guerra: ser espía de Franco. La actuación de la dirección del PCE, estalinista y contrarrevolucionaria, en modo alguno significa que sus bases lo fueran, al revés, éstas dieron la vida en la lucha contra el fascismo.

El proceso revolucionario español, iniciado el 14 de abril de 1931, con altos (La revolución de Asturias 1934) y bajos (represión y bienio negro, 1934-1935), explota el 19 de julio de 1936. Pero dentro del campo republicano, nadie orienta y dirige la toma de tierras, fábricas, transportes, bancos etc con un mando unificado.

Esta situación de “doble poder”; por arriba un gobierno que no manda y por abajo los obreros creando organismos de poder alternativo, no puede durar mucho tiempo, de hecho es una de las características de todo proceso revolucionario. Era necesario para la burguesía republicana recomponer “su” poder.

Pero la burguesía no tenía la fuerza para hacer esto, como admite Luís Companys el 19 de julio a los dirigentes de la CNT: Hoy sois los dueños de la ciudad y de Cataluña, porque sólo vosotros habéis vencido a los militares fascistas y todo está en vuestro poder. Si no me necesitáis o n o me queréis como Presidente de Cataluña decídmelo ahora”, Así pues, la burguesía necesitaba que la dirección de las organizaciones obreras le ayudase. Contó desde el primer momento con parte del PSOE de Prieto y a regañadientes con el de Largo Caballero, pero sobre todo tuvo el apoyo absoluto del PCE: “paradójicamente, los comunistas se habían erigido en defensores de la pequeña propiedad, frente a las tendencias colectivizadoras de la CNT” (82). Tampoco la CNT ni el POUM, a la hora de la verdad fueron mucho más allá contra la Generalitat, que reconocía su impotencia el 19 de julio de 1936.

No hubo que esperar al final de la guerra para ver el final del proceso revolucionario, sino a la represión posterior a las Jornadas de Mayo de 1937 en Barcelona. A partir de entonces, la burguesía y sus “ayudantes” de izquierdas pudieron llevar a cabo una guerra “de verdad” entre dos ejércitos disciplinados desde un punto de vista estrictamente militar. Nada de hacer la revolución para ganar la guerra. Y perdieron.

Sólo los pequeños grupos Bolchevique-Leninista (trotskista) y Los Amigos de Durruti (anarquista) rechazados y despreciados ambos por el POUM y la CNT-FAI respectivamente tenían el programa de actuación revolucionaria más avanzado y acorde con el de los Bolcheviques en Octubre de 1917.

El estalinismo le asesinó, porque Nin representaba la revolución, matándole a él, de alguna manera acabó con la revolución, no sin antes reprimir a miles de poumistas , trostkistas y anarquistas, devolver la tierra en el Frente de Aragón a sus propietarios, y aniquilar las milicias obreras, para tener un ejército regular con el que ganar a Franco

La Historia tiene una cuenta pendiente con el estalinismo, por ahora nos basta con remitirmos a honrar la Memoria de Andreu Nin, revolucionario integro hasta el final. Su ejemplo sigue siendo una de las grandes referencias para el movimiento obrero.

Cuando en 1954, en uno de los muchos homenajes internacionales que Nin recibió en la posguerra europea, se reunieron en París dirigentes del POUM y organizaciones de izquierdas internacionales así como intelectuales, Albert Camus envió un mensaje, al no poder asistir: La muerte de Nin constituyó un viraje en la tragedia del siglo XX, que es el siglo de la revolución traicionada.

Agosto 2007



NOTAS

(1) – Prologo al libro de José María Zabala – En busca de Andreu Nin – De bolsillo – 2005 – pág 13
(2) - El País – 21 de enero de 2007 - Emilio García García
(3) – La sombra de Nin es alargada - El País (edición catalana) 7 de enero de 1989
(4) – Memoria de la Segunda República – A. Egido (Coor) – Biblioteca Nueva. Madrid 2006 – pág 57
(5) – España en Guerra 1936-1939 – TVE –SAV- 1986 - Cap. 5 - La Tormenta de julio
(6) – Memoria de España – TVE 2004 – Cap. Guerra Civil – 13 minutos
(7) – Pedro Ribas – Aproximación a la Historia del marxismo español 1869-1939 – Endymión – 1990 – pag 132
(8) - Archivo Histórico Nacional – Causa general – Fondos contemporáneos – Legajo 661 Tomo 1 Exp 1 (Sentencia
(9) - Citado en José María Zavala – En Busca se Andreu Nin – Op. Cit., pág 23
(10) – Manuel Azaña – Diarios de Guerra – Planeta D´agostini 2005 –pág 249-250
(11) – Ibib - Pág 304-305
(12) – Ibib – pág 219-220
(13) – León Trotsky – España 1936-1939 – Akal – 1978 – Pág 69-70
(14) – Archivo del KGB – Moscú – SRES 32476 Vol 1 – Legajo 222 - - Página Internet Fundación Andreu Nin
(15) - Ibib
(16) - Julián Gorkin – El Proceso de Moscú en Barcelona - Ayma – 1973 – Pág 159
(17) – AHN – Legajo 663 – T 1
(18) – Prologo de Payne - libro de Zabala – Op. Cit., Pág 19
(19) – Ibib – Pág 20
(20)– C García, H. Piotrowski, S Rosés, ed. – Barcelona, mayo 1937 – Alikornio ediciones – Barcelona 2006 – Pág 11
(21) – FAN – Boletín electrónico
(22)– Art. Vázquez Montalbán - Ibib
(23)– Javier Marías – Tu rostro mañana – Círculo de lectores – 2003 -pág 125
(24) - FAN – Boletín electrónico nº 60 – abril 2007
(25) - El País – 1 de abril de 2007
(26) – Diccionario enciclopédico Salvat – 4 volúmenes – Barcelona 1967
(27) - La Enciclopedia – El PAIS – Salvat – 20 tomos – Madrid 2003
(28) – Google en Internet julio 2007
(29) – Pelai Pagés – Andreu Nin: su evolución política 1911-1937 - Promoción del Pueblo – 1975 – Pág 193
(30) – Ibib – Pág 186
(31) – Antonio Elorza-Marta Bizcarondo – Queridos camaradas – Planeta – Barcelona Pág. 347
(32) – Ibib – Pág 361
(33) – León Trotsky – op. Cit., pág 177 y 179
(34) – Pelai Pagés – Op. Cit., Pág 182
(35)– Largo Caballero – Mis recuerdos 1946 - Ediciones Unidos – México 1976 – Páa 209 -210
(36) – España en Guerra 1936-1939 – Op. Cit.,
(37) – Ibib – Cap 17 –Los Hechos de Mayo
(38) – Memoria de España – Op. Cit.,
(39) - Hugh Thomas – La Guerra Civil española – Grijalbo – Barcelona – 1981 – Pág 258
(40) – Ibib – pág 270
(41) – Ibib – pág 756
(42) – Gabriel Jackson – la República española y la Guerra Civil – Crítica – 1976 Barcelona – pág 250
(43) – Ibib – Pág 251
(44) – Ibib – Pág 351
(45) - Santley G. Payne – La Unión Soviética, Comunismo y Revolución en España –Plaza y Janet – Barcelona 2003– Pág 153
(46) – Ibib - pág 418
(47) – Ibib – Pág 151
(48) – Ibib – pág 154
(49) – Mº Soledad Gómez de las Heras –España desde 1936 V 1 – UNED – Madrid – 2004 – Pág 37
(50) – Pelai Pagés – Op. Cit., pág 209
(51) – Andreu Nin – las revolución española – Fontamara - - 1978 – Pág 211
(52) – Ibib – pág 212
(53)- Lenin – las tesis de Abril – Progreso – 1981 pág 4
(54)- Trotsky – Op. Cit pág 166
(55) – Andreu Nin . Op. Cit, Pág 217
(56) – Manuel Azaña – Op. Cit., Pág 39-40
(57) – Andreu Nin – Op. Cit.,Pág 286
(58) – Mº Soledad Gómez de las Heras – Op. Cit.,pág 40
(59) – Andreu Nin – Op. Cit.,pág 287
(60) – Hugh Thomas – Op. Cit., pág 714
(61) – G. Munis – Jalones de derrota promesas de victoria – Muñoz Moya editores – 2003 – pág 317
(62) – Andreu Nin – Op. Cit.,Pág 286-287
(63) – Elias Querejeta – Imágenes de Guerra – Canal + - 22 de agosto de 2007
(64) – Hugh Thomas – Op. Cit.,pçag 698
(65) – Anthony Beevor – La Guerra Civil española – Crítica – Barcelona - 2005 – pág 165
(66) – Gabriel Jackson – Op. Cit., pág 317
(67) – Stanley Payne – Op. Cit.,Pág 151
(68) – Ibib pág 159
(69) – Dolores Ibárruri – El único camino – Castalia – Madrid – 1992 – pág 597
(70) – Ibib – Pág 577
(71) – Ibib – Pág 596
(72)– Joan Estruch – Historia del PCE 1920-1939 – El Viejo Topo – Barcelona 1978 – Pág 97
(73) – Ibib – Pág 13(1) – Guerra y Revolución en España 1936-1939 Tomo II pág 101-102 – Editorial progreso- Moscú
(74) – Santiago Carrillo – Memorias – Planeta – Barcelona – 1993 – Pág 242
(75) – Ibib – pág 224
(76) – Santiago Carrillo – La Segunda república: recuerdos y reflexiones –Plaza y Janet – Barcelona – 1999 – Pág 221
(77) – Antonio Elorza – Op. Cit Pág 454
(78) – Ibib – Pág 353
(79) – Ibib – Pág 381
(80) – Ibib – pág 383
(81) – AHN – legajo 1365 – T 1 – Exp 3
(82) – Juan Avilés Farré – Historia política 1875-1939 –Istmo 2002 – pág 415

BIBLIOGRAFIA

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- Avilés Farré J. – Historia Política de España 1985-1939 – Istmo - 2002
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- Zabala J. Mª – En busca de Andreu Nin – Ed De Bolsillo – Barcelona – 2005

OTRAS FUENTES

- Archivo Histórico Nacional – Fondos Documnetales – Causa General – Madrid
- El Mundo (diario)
- El País (diario)
- Documental Elias Querejeta – Imágenes de guerra – (Canal + - 22-08-07)
- Documental España en Guerra – 1936-1939 – TVE-SAV – 1986
- Documental Memoria de España – TVE – 2004
- Documental Operación Nicokai o el asesinato de Nin – TV3 – 1992
- Enciclopedia Salvat – 4 T. – Barcelona – 1967
- Enciclopedia El País –Salvat – Barcelona – 2003
- Fundación Andreu Nin – Internet
- Google – Internet
- Novela – Tu rostro mañana – Javier Marías – Círculo de Lectores - 2003
- Película – Tierra y Libertad - 2004




Edición digital de la Fundación Andreu Nin, diciembre 2007

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