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domingo, julio 25, 2010
Del Moncada nació la Revolución cubana
"¿Cuándo decidimos atacar el Moncada? Cuando nos convencimos de que nadie haría nada, de que no habría lucha contra Batista, y de que un montón de grupos existentes —en los que había mucha gente que militaba en varios a la vez— no estaban preparados ni organizados para llevar a cabo la lucha armada que esperábamos”, así resumía el líder cubano Fidel Castro el inicio de la gesta del 26 de julio de 1953, durante una conversación con el intelectual español Ignacio Ramonet, que dio luz al libro “Cien horas con Fidel”.
Asalto al Cuartel
Hace 57 años Cuba entera fue conmovida por una noticia que la prensa censurada y vendida publicó tan solo a medias y tergiversada: la noticia del asalto al cuartel Moncada, fortaleza militar ubicada en Santiago de Cuba, en el Oriente cubano.
El 26 de julio de 1953 abrió una nueva fase en la historia del país: la etapa de la acción armada como método principal de lucha contra la tiranía batistiana y contra el dominio semicolonial extranjero sobre la Isla caribeña.
Fidel Castro, que en el juicio fue su propio defensor y acusador implacable de la tiranía y del régimen económico-social existente en Cuba, expuso en su discurso ante el tribunal las razones que movieron aquel asalto heroico y los fines políticos que se proponían desarrollar.
En su histórico alegato conocido como “La Historia me Absolverá”, el líder revolucionario declaraba abiertamente que “aquel no era el ataque a una fortaleza para alcanzar el poder con la acción de un centenar de hombres: era el primer paso de un grupo decidido para armar al pueblo de Cuba e iniciar la Revolución”.
Los asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en la también oriental Bayamo, no constituían operaciones para eliminar simplemente del poder al tirano Fulgencio Batista y sus cómplices; era el inicio de una acción para transformar todo el régimen político y económico-social de la nación y acabar con la opresión extranjera, la miseria, el desempleo, la insalubridad y la incultura que pesaban sobre la Patria y el pueblo.
Por aquellos tiempos Fidel decía: “Hace falta echar a andar un motor pequeño que ayude a arrancar el motor grande”.
Ya lo tenía decidido: el motor pequeño sería la toma de la fortaleza del Moncada, la más alejada de la capital, y el motor grande lo definía como el pueblo combatiendo.
Lecciones del Moncada
En aquel momento la acción fracasó, pero inició un período de lucha armada que no terminó hasta la derrota de la tiranía.
La gesta del Moncada destacó a Fidel Castro como el dirigente y organizador de la lucha armada y de la acción política radical del pueblo de Cuba, al tiempo que sirvió de antecedente y experiencia para la organización de la expedición del yate Granma desde México y la lucha guerrillera en la Sierra Maestra.
Fidel y sus compañeros, integrantes de la Generación del Centenario (se cumplían 100 años del natalicio del Héroe Nacional cubano), bebieron en la fuente del pensamiento de José Martí, conocían sus textos y se afiliaron a las concepciones de su apostolado independentista. Ellos pudieron ver más lejos que los demás de su época, y no solo ver, sino actuar en forma consecuente, frente a la situación provocada por el golpe militar del 10 de marzo de 1952.
El sacrificio de intereses personales propios de la juventud, la entrega de las vidas de los heroicos combatientes del Moncada y Bayamo; y la postura enhiesta de los sobrevivientes que supieron defender las ideas por las cuales lucharon, tienen respuesta en el pensamiento martiano de: "...el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber, y ese es el mismo hombre práctico cuyo sueño de hoy será la ley de mañana".
La Revolución cubana se convertiría años después en guía y esperanza para otros procesos emancipadores. La fecha del 26 de Julio es celebrada en otras tierras del mundo, donde se reconoce el Asalto al Moncada como gesta libertaria y de compromiso por la solidaridad, la justicia y la independencia. Ante los peligros que acechan a la humanidad, Moncada es más que nunca sinónimo de rebeldía.
Angélica Paredes López
La Habana, Cuba. -
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