lunes, marzo 14, 2016

Brasil: los grandes medios, entre el ataque y la espera en un día de medición de fuerzas



Después de varios días de editoriales agresivas, de artículos claramente seleccionados para atacar al gobierno de Dilma, Lula y el PT, lo esperable para el día de hoy era un salto "convocante" de las manifestaciones por parte de los grandes medios de Brasil. Sin embargo, no es ese el tono que domina los dos mayores diarios del país.

O Globo apenas habla de impeachment, mientras que la Folha de S. Paulo resucita un tono "ajuste más Dilma". Por su parte, O Estado de S. Paulo pareció convocar a su editor de 1964 [año en que el golpe militar derribó a João Goulart] y destila rabia y fraseología sobre el bien y el mal y sobre la tradicional familia brasilera. Vamos a las editoriales y lo que muestran de los cálculos de ese sector de la burguesía brasilera.
O Estado de S. Paulo editó un artículo lleno de rabia y "moral y buenas costumbre". Intentando mostrarse como una "nueva derecha" en entrevistas o artículos de columnistas, la editorial es puro 1964. En "Llegó la hora de decir ¡basta!", convoca a que "los brasileros de bien, exhaustos ante una presidenta que no honra el cargo que ocupa y que es hoy la principal traba para la recuperación nacional, digan en una sola voz, fuerte y claro: ¡basta!". Luego siguen en la evocación de la Marcha de la Familia con Dios y la Propiedad versión 2016, "que las familias indignadas con la crisis moral...". Faltó solo Dios y la propiedad. Propiedad, dicho sea de paso, sería una exageración editorial sin proporción, ya que el PT nunca las afectó; al contrario, facilitó miles de millones a empresarios amigos y a otros también, todos ganaron "como nunca antes en la historia" en sus gobiernos.
Apuntando la flecha hacia el lado completamente distinto, Folha de S. Paulo en su editorial "Liderazgo degradado" conduce sus opiniones en un tono "Dilma última oportunidad". En palabras de la familia Farias: "Quizás haya todavía tiempo de que la presidenta lidere la única reacción capaz de salvar al mismo tiempo su gobierno y su biografía. Ella pasa por la adhesión inmediata y definitiva a la agenda de reformas, entre ellas la previsional, que pueden poner de vuelta en los rieles un país que descarrila". Folha parece resucitar su línea de hace un año atrás de presión por reformas. Una presión más dura y más extrema, pero tendiendo un puente al petismo. Salve nuestros bolsillos empresarios atacando los derechos de los trabajadores y talvez nosotros los toleremos.
O Globo, en sus violentas oscilaciones editoriales, hoy le hizo un guiño a lo de tender puentes. Sus editoriales ni hablan de impeachment. Uno de ellos aborda la renegociación de las deudas de los estados y el otro es sobre gastos con el dengue y el Aedes aegipti. El día anterior, su editorial "Implicancias del frágil pedido de prisión de Lula" se contrapuso a la acción de la fiscalía paulista y mostraba cómo ahora la responsabilidad del juez Sérgio Moro y de la investigación de los esquemas de corrupción en Petrobras aumentaron. Una ubicación defensiva.
El cuidado de Folha y Globo muestran cómo estos diarios están midiendo la correlación de fuerzas según como sean las manifestaciones de hoy y las que ocurrirán el 18 de marzo en apoyo a Dilma, entre otros factores. La misma "prudencia" se vió ayer en la Convención del PMDB, dividido entre la alianza y la oposición al gobierno, que prohibió el aumento de su participación en los ministerios pero tampoco se bajó del gobierno, postergando para de aquí a 30 días la decisión sobre una eventual ruptura con el gobierno. Un "aviso previo" que aguarda los resultados de los actos de la derecha, cuidadosamente anunciado para no "escupir para arriba" antes de tiempo, como dicen el vicepresidente Michel Temer y el presidente del Senado Renan Calheiros al reforzar la idea de "no encender los ánimos". En otras palabras, el PMDB decidió que seguirá siendo oficialista con o sin Dilma, quedándose al lado de quien sea el claro victorioso.
Despuués de la escalada de acciones por parte del juez Moro con el traslado por la fuerza de Lula a declarar dos semanas atrás y luego con el pedido de prisión preventiva por parte de la fiscalía de San Pablo, subieron las apuestas. O Estado de S. Paulo decidió quemar todos los puentes, un camino sin vuelta. Lo mismo puede verse con respecto a la Operación Lava Jato que investiga los esquemas de corrupción en Petrobras, entrega las fichas o sale al ataque total.
El PMDB, Folha y Globo no. El momento de todo o nada parece no haber llegado aun. Todavía quedan puentes, dice Folha, desde que Dilma ataque más a los trabajadores y la juventud. Los tiempos para estos grandes actores son de "barbas en remojo", medir si retroceden o salen al ataque decidido.
Junto a las rabiosas voces como la editorial de Estado de S. Paulo y de los que se pusieron del lado de la principal cámara empresaria del país, la Fiesp, o del ultraconservador parlamentario Jair Bolsonaro y su manifestación de derecha en la Avenida Paulista, no puede venir ninguna solución progresista para los trabajadores. Tampoco va a venir de la defensa de una "gobernabilidad" petista marcada por un viraje cada vez más a derecha, entregando el petroleo del Pre-Sal y nuestros derechos.
El PSTU y sectores del PSOL y de la izquierda intentan buscar un "Que se vaya Dilma" o "Que se vayan todos" por izquierda en la realidad para justificar su política de "investigación hasta el final", que alimenta ilusiones en Moro y el poder judicial, pero las editoriales y las manifestaciones de hoy muestran que eso no existe más allá del diario O Estado de S. Paulo y cia., que se suman al joven Kim Kataguiri del Movimiento Brasil Libre, además de otros reaccionarios que salen hoy a las calles.
Por su parte, el gobierno del PT alimentó esa derecha y ataca con la ayuda de la burocracia sindical. Todos quieren ajustes contra los trabajadores, como vociferaba la Folha de S. Paulo de hoy.
Con la asimilación petista de los métodos corruptos que caracterizan a los gobiernos de los capitalistas, el giro cada vez más a la derecha de Dilma y la parálisis impuesta por Lula a las organizaciones de masas de los trabajadores contra los ataques del gobierno, el PT abre camino al fortalecimiento de la derecha y al recurso de los actos de hoy. Al mismo tiempo que rechazamos el impeachment de la derecha, luchamos para que los sindicatos rompan su colaboración con el gobierno e impulsen una gran movilización nacional contra los ajustes y por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, para terminar con la impunidad, hacer que los capitalistas paguen por la crisis y enfrentar los problemas estructurales del país.

Leandro Lanfredi
Trabajador petrolero | Rio de Janeiro
Traducción: Isabel Infanta

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