sábado, septiembre 06, 2008

La crisis obliga a EEUU a nacionalizar a sus dos mayores entidades hipotecarias


La crisis financiera desatada en Estados Unidos hace trece meses alcanzó ayer proporciones históricas con la nacionalización de Fannie Mae y Freddie Mac, los dos gigantes del mercado de los bonos hipotecarios, en lo que se trata acaso de la mayor intervención directa del Estado en la economía de EEUU, al menos, desde la crisis de las cajas de ahorros que sufrió ese país a principios de los años noventa.
En virtud de los planes del Departamento del Tesoro, que aún no han sido hechos públicos esta mañana, el Estado asumirá el control de Fannie y Freddie -como se llama a las dos empresas coloquialmente-, despedirá a sus máximos responsables y las recapitalizará con dinero público, en un proceso que puede durar meses o años.
No está claro qué pasará con ambas compañías una vez que estén saneadas, pero todo hace suponer que serán troceadas y privatizadas.
¿A cuánto puede ascender la factura de la operación para el contribuyente estadounidense? Las primeras estimaciones señalan a una horquilla de entre 50.000 y 10.000 millones de dólares (de 35.000 a 70.000 millones de euros).

Caída en picado en Bolsa
Pero todo hace pensar que eso sólo será el principio. El Tesoro de EEUU planea inyectar dinero progresivamente en Fannie Mae y Freddie Mac para irlas recapitalizando de forma progresiva.
Anoche, tras el cierre de la Bolsa de Nueva York, los títulos de los dos gigantes hipotecarios se desplomaban más de un 25% cada uno. Ambas empresas han perdido alrededor del 85% de su valor en Bolsa en el último año, en el que han registrado unas pérdidas de más de 4.000 millones de dólares (3.000 millones de euros).
Los riesgos que conlleva para la estabilidad del sistema financiero mundial un colapso de Fannie y Freddie marean. Las dos empresas garantizan o poseen títulos hipotecarios por valor de 5,3 billones de dólares, lo que supone aproximadamente la mitad de toda la deuda hipotecaria de EEUU.
No sólo eso. Un enorme número de bancos estadounidenses y extranjeros tienen títulos de estas dos compañías, que funcionan bajo garantía del Estado. Por poner un ejemplo, desde la mayora gestora de fondos de renta fija del mundo, Pimco, hasta el Sovereign Bank -participado por el Santander- se han visto ya afectados por las minusvalías de sus inversiones en Fannie y Freddie.

'Demasiado grandes para caer'
Los problemas de estas dos empresas se deben a su forma de operar. Ambas fueron creadas para inyectar liquidez en el mercado de bonos hipotecarios, de modo que los intereses de las hipotecas fueran menores y fuera más fácil para los estadounidenses adquirir hipotecas.
En otras palabras: eran básicamente aseguradoras de bonos. Sin embargo, en los últimos años Fannie y Freddie han empezado a comprar y vender bonos hipotecarios y han entrado de forma masiva en el mercado de derivados.
¿Por qué los directivos de esas empresas empezaron a correr esos riesgos? ¿Y por qué lo aceptaron los accionistas? En buena medida porque Fannie y Freddie están garantizadas por el Estado y porque consideraban que estos dos monstruos en cuya cartera cabe unas cinco veces el PIB de España eran, como dicen en EEUU, "demasiado grandes para caer".
En otras palabras: que siempre vendría el Estado a rescatarlas, porque en su caída Fannie y Freddie se pueden llevar por delante el sistema financiero mundial y, además, colapsar totalmente el mercado hipotecario estadounidense.
La consecuencia es que, cuando los estadounidenses empezaron a dejar de pagar sus hipotecas y los bonos en los que éstas se basaban dejaron de tener valor, Fannie y Freddie incurrieron en pérdidas. Ahora, todo indica que, una vez más, la Administración Bush va a comerse su retórica en favor del libre mercado y va a nacionalizarlas. Porque, efectivamente, estas dos empresas son demasiado grandes para dejarlas caer.
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