Los herederos del holocausto
Ehut Barak es el mismo carnicero sionista que en el 2000 lanzaba sus tropas de élite, armadas con tecnología militar de punta, contra el pueblo palestino. Hoy, vuelve a hacerlo a pretexto de que unas bengalas (los cohetes caseros Kassam) atentaban "gravemente" contra la población civil judía. En menos de una semana de bombardeo inclemente contra la población palestina de la Franja de Gaza, las tropas sionistas habían causado más de 420 bajas, dos mil quinientos heridos y daños materiales incalculables. Pero, la "tierna canciller" judía, Tzipi Livni, explicaba que la operación recién había comenzado, que las tropas judías actuarán hasta terminar con "el terrorismo" de Hamas (movimiento de resistencia islámica) y que aquello, inevitablemente, determinaba "una cuota" de la población civil (mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas) porque "los terroristas se escudan en la población civil para cometer sus fechorías".
Quienes así actúan, no de ahora sino desde que las Naciones Unidas resolvió crear el estado judío JUNTO AL PALESTINO, son los hijos y/o los nietos de los judíos que en toda Europa, especialmente Alemania, Polonia, fueron casi exterminados de la faz de la tierra por el nazi fascismo de Hitler y sus camisas negras. El mundo condenó esa barbarie genocida y, al término de la segunda guerra mundial, algunos de los jefes nazis fueron condenados precisamente por sus crímenes contra los judíos europeos.
Ese antecedente hace más incomprensible la actitud también genocida y criminal que aplican los herederos de esas víctimas del racismo más bestial que haya conocido la humanidad, contra "sus hermanos" palestinos por cuanto han resistido la ocupación de sus tierras ancestrales, en las que han vivido siempre, frente a un huésped invasor que nunca se contentó con los espacios que le dio la arbitraria resolución de las NN.UU. que invadió territorios ajenos y que se ha negado, hasta el siglo 21, a reconocer que esa resolución también establece que los palestinos tienen pleno derecho a ser Nación, País, Estado, con todos los derechos y obligaciones de cualquier estado del mundo.
Pero el estado sionista masacra y aniquila la población palestina, con cualquier pretexto. Desata, en el mundo entero, una reacción espontánea, contra semejantes crímenes; pero sigue adelante, matando civiles en sus propias casas, que son destruidas sin piedad; ocupando territorios ajenos a título de seguridad, sometiendo una nación entera a genocidas bloqueos de alimentos, medicinas, artículos de primera necesidad. Les importa un carajo la opinión pública mundial ya que los sionistas están donde están porque el imperio les asignó tarea específica (ser los gendarmes armados del medio oriente) y les da su respaldo político y económico para que sigan cometiendo sus fechorías. Ellos aplican esa cínica declaración "ideológica" del imperio: "Nosotros no actuamos para que nos amen o para ser populares; a nosotros nos interesa que nos tengan miedo y nos respeten".
En cuanto a que la opinión pública mundial condena estos actos, pues los sionistas genocidas siguen el ejemplo del gran patrón norteamericano: son 17 años consecutivos que la Asamblea General de las Naciones Unidas condena el criminal bloqueo contra Cuba revolucionaria y le pide que lo levante y respete a esa nación su derecho a darse el gobierno que desee; pero, con "no hacerles caso" el imperio sigue aplicando una política que es contraria a la declaración universal de las Naciones Unidas, cuya sede está precisamente en los Estados Unidos. ¿Y quien puede decir nada o, peor aún, hacer nada?
"Disculpen; pero fue una equivocación"
Alguna vez, el doctor Velasco Ibarra, que era sin duda un libre pensador liberal, a alguien que argumentaba que el Ecuador debe recurrir al derecho internacional para hacer valer sus derechos territoriales frente al Perú, repreguntó: ¿De qué derecho internacional me hablan? En el universo no hay más derecho internacional que el que impone el más fuerte, el mejor armado, el que agrede (no es cita textual).
A pesar de no pocas declaraciones universales (de las mismas Naciones Unidas) muy a pesar de que el concierto de las Naciones del Unidas ha reconocido el derecho de los pueblos a su auto determinación, a su soberanía (la intangibilidad de sus territorios) a la resolución de los problemas y conflictos bilaterales a través de tribunales de arbitraje; a pesar de todas esas conquistas, que fueron adoptadas al culminar la segunda guerra mundial, precisamente para que "nunca más" un estado nazi fascista vuelva a agredir naciones y estados, a pretexto de cualquier pretexto, el imperio norteamericano ha invadido países, ha ocasionado millones de víctimas y se ha quedado tan tranquilo, amenazando a otros que osen poner en duda su hegemonía, su unipolaridad.
¿Recuerdan ustedes el porqué el imperio y los imperitos invadieron Afganistán? El pretexto fue el 11 S (septiembre 11/2001) una de las acciones más temerarias que se han dado contra el corazón financiero del imperio. Los servicios de inteligencia del imperio (que al parecer carecen precisamente de inteligencia, por lo menos objetiva) dijeron que esa acción (evidentemente provocadora) había sido financiada y organizada por unos terroristas terroríficos que se llamaban talibanes y que el principal cabecilla era un tal Osama Bin Laden, un archi enemigo del imperio. Total, ya llevan más de 6 años ocupando este país, con el permiso desde luego del Consejo de Seguridad y la venia de Rusia y China, dos países que bien pudieron vetar semejante resolución. ¿Y el señor don Bin Laden? Bien, muchas gracias, sigue conspirando contra la "democracia y la libertad" en no se sabe dónde; las fuerzas patrióticas afganas siguen dando batalla contra los ocupantes y crece el mercado "negro" de la heroína; una droga que los antiguos señores de la guerra siguen distribuyendo a los mercados europeos, principalmente; y, desde luego, haciendo miles de millones de euros más.
El caso de Irak, no puede ser más patético y criminal. Hace poco, el señor Bush, con un desparpajo digno de una mona lisa enigmática, reconoció que uno de sus errores más notorios, en sus 8 años de administración, había sido la guerra contra Irak, ya que se había basado en información de inteligencia equivocado; que nunca existieron esas temibles armas de destrucción masiva, listas a bombardear no solo Europa sino Estados Unidos. Nada dijo el señor del millón doscientas mil víctimas que hasta diciembre/2008 ha producido esa invasión bestial y genocida; de las más de las 4 mil víctimas que ya ha experimentado el ejército invasor (en su mayoría, negros y latinoamericanos) y del billoncito (un millón de millones de dólares) que ya cuesta esa operación militar que según los decires del invasor, era para sacarse de encima al tiranuelo llamado Sadam Husein y llevarle a esa tierra milenaria, un poco de "democracia y libertad".
Lo que el imperio nunca reconoce es que Osama Bin Ladem fue un gran aliado de USA, cuando los señores de la guerra de Afganistan luchaban contra el gobierno pro Unión Soviética, en los años 80 del siglo 20. Tampoco dicen que Sadam fue el jefe militar que implantaron los agentes yanquis para desatar la guerra contra Iran (que duró 8 años) ya que el blanco principal del imperialismo yanqui, desde el destronamiento del Sha de Irán, siempre fue Irán más que Irak, aunque este país, dueño de enormes reservas petroleras, siempre fue un "bocato di cardinale" para cualquier imperio.
Y ¿qué de la política imperial en América Latina? La historia es larga y nutrida. ¿Acaso el gorila Pinochet implantó una dictadura sangrienta de 17 años en la hermana Chile, sólo por sus propios medios y su voluntad? Pues está más que demostrado que tras el golpe criminal de Pinochet estuvieron la CIA y el propio Henry Kisinger, ese judío americano tenebroso, que las oficiaba de Secretario de Estado de Nixon y Cia.
¿Acaso no está más que comprobado que tras la Junta Militar de Argentina, que casi destruye este siempre progresista país, estuvo la mano negra de la CIA y de los servicios de inteligencia norteamericanos? Y así, por el estilo, la lista de intervenciones, descaradas unas, encubiertas otras, del imperio USA, en nuestros países, es nutrida.
Nuestro país, Ecuador, el 1 de marzo/2008, fue la primera víctima del nuevo gendarme andino (Uribe, de Colombia) cuando aniquiló a un destacamento guerrillero en zona ecuatoriana (Angostura, en la frontera oriental con Colombia) Fue una clara advertencia, especialmente contra Venezuela, de Hugo Chávez, que en la región andina se había establecido un gendarme tipo Israel, dispuesto a agredir a sus vecinos con el menor pretexto. Y a echar a andar todo un operativo mediático contra sus autoridades, empezando por el propio Presidente Rafael Correa.
Solo que Ecuador tenía un gobernante con dignidad, con pundonor; y este logró una muy inusual resolución tanto del grupo de Río como de la conferencia de cancilleres de la OEA, dos instancias que demostraron que podían ser leales y consecuentes con sus hermanas latinoamericanas.
En todos estos casos, la argumentación siempre fue la misma: la guerra preventiva y la legítima defensa. Los invasores colombo-yanquis actuaron contra ese destacamento que descansaba en territorio ecuatoriano, porque tenía que prevenir un ataque contra su "seguridad democrática" y además lo había hecho en "legítima defensa". De paso se incautaron una milagrosas laptos en las cuales, a placer, el muy ingenuo del comandante Raúl Reyes había dejado, con santo seña, las circunstancias y los nombres de todos cuantos estaban en contra del Plan Patriota y el Plan Colombia, del candidato a santo en vida, Álvaro Uribe Vélez y su gran aliado: Estados Unidos de Norteamérica.
Así pues, la invasión militar sionista contra la nación palestina seguirá su curso brutal y genocida, sin que nadie ose siquiera ponerle algún detente, algún obstáculo. Todo porque unos ingenuos (¿ingenuos?) rebeldes de Hamas lanzan unos "voladores" (cohetes caseros) que de vez en cuando alcanza a algún judío parroquiano desprevenido. Entonces, el Estado sionista y sus clonados mediáticos, claman porque se detenga semejante agresión y santifican la descomunal agresión contra todo un pueblo, el pueblo palestino que siempre ha estado en sus tierras ancestrales.
Texto: Alberto Maldonado S.
Periodista – Ecuador
Quito, enero 3/2009
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