miércoles, marzo 19, 2014

MST: tierra y revolución para el siglo XXI

Primera parte de la entrevista realizada a uno de los referentes del MST de Brasil. Los 30 años de la organización, la actualidad del país y la lucha por la reforma agraria son algunos de los temas abordados.

Fabio Tomaz, integrante del Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil, se encuentra de visita en Argentina y fue entrevistado en la FM Che Barracas (99.7). El referente del mayor movimiento social de América Latina, con más de un millón de integrantes, se refirió al Sexto Congreso de la organización efectuado el año pasado, en el cual se decidió impulsar una “reforma agraria popular” para el país.
Con la participación de más de 15 mil delegados sin tierra y 250 dirigentes sociales y políticos de todo el mundo, en el Sexto Congreso se aprobó “reafirmar la lucha por la tierra como un principio, la lucha por la reforma agraria, y también por la transformación social y la revolución”, expresó el miembro del MST.
En esta primera parte de la entrevista, Tomaz habló de las conquistas del MST en las últimas tres décadas y del crecimiento de la extranjerización de la tierra en Brasil. Según los Sin Tierra, en los últimos veinte años las transnacionales del agro compraron 30 millones de hectáreas en el país, aunque en el territorio existe una disminución en la producción de alimentos del 20 al 30 por ciento.
Tomaz explicó también la relación de la organización con el Partido de los Trabajadores (PT), que gobierna hace 11 años al gigante latinoamericano, ubicado entre las diez principales economías del mundo y convertido en fuerte polo de definiciones políticas y económicas a nivel continental.
“Celebramos que en treinta años el MST logró mantener su unidad, su lucha y su contundencia política, en un contexto cambiante, mucho más en la actualidad en que el proyecto neo-desarrollista entra en crisis y sus limitaciones se muestran cada vez más fuertes”, afirmó el representante de la agrupación brasileña.
¿Cómo evalúan las conquistas de la organización en estos treinta años?
Desde el punto de vista cuantitativo, por ejemplo las más de 150 mil familias que lograron sus parcelas de tierra, las miles de escuelas que tenemos en el campo así los niños no tienen que salir hasta la ciudad y en las cuales reciben una pedagogía específica, o la producción de alimentos baratos y sanos para los mercados internos en donde están nuestros asentamientos. Esos son números, algunos buenos y otros no tan buenos, como las más de cien mil personas que acampan en todo el territorio y mantienen la lucha por un pedazo de tierra.
Pero más que los números, lo que podemos tener como balance son los aspectos cualitativos en el esfuerzo de crear y articular una serie de luchas, de disponer de la solidaridad de otras organizaciones, de impulsar, junto a otras agrupaciones y a la sociedad brasileña, el debate de la importancia de la reforma agraria. Además, realizar un proceso continuo y permanente de formación política, no solo para el MST, sino también para organizaciones hermanas. Hoy el MST es un referente importante a nivel internacional, algo que implica una responsabilidad muy grande, que incluye mantener la coherencia de las luchas del próximo período.
¿En qué se diferencia la reforma agraria que impulsaban al comenzar con el MST, con el nuevo concepto de reforma agraria popular?
La perspectiva de la reforma agraria popular viene de un debate interno que todavía estamos haciendo desde hace muchos años. Lo que nombramos como reforma agraria clásica ya se agotó como posibilidad histórica. La reforma agraria clásica constituye la democratización de la propiedad de la tierra. Eso marcó mucho la lucha del MST, desde sus comienzos hasta los veinte años de existencia. Con las transformaciones del capital que llega al campo en su dimensión especulativa, financiera, con tecnología altamente sofisticada más los transgénicos, la lucha por la reforma agraria también tiene que cambiar frente a esa realidad. No se trata solamente de democratización de la tierra. La reforma agraria popular implica cambios estructurales, de la matriz productiva, de la estructura de los fundos.
Al definirla como reforma agraria popular, decimos que es una lucha que no sólo le toca al MST, sino que como organización tenemos el desafío de articular a otros sectores y ampliar la discusión de que la reforma agraria no es una solución sólo para los Sin Tierra, sino para el modelo de sociedad que tenemos en Brasil y en otros países. Porque no queremos solamente tierras, también reclamamos educación, salud, cultura. La reforma agraria popular es la estrategia de los próximos años del MST.
El MST sostiene un Programa Agrario. ¿Cuáles son los puntos principales de esta propuesta?
Nuestro programa agrario trata de democratizar la estructura de fundos de la tierra. Pero vinculado a un cambio de la matriz productiva que, para el MST, esa matriz tiene que ser la agroecología y que, a su vez, no entre en contradicción con la agroindustria. Tenemos que crear cooperativas de producción para agregar valor, disminuir los costos y disponer de alimentos más baratos para las ciudades. En el plan aparece la defensa del medio ambiente, cómo establecer un modelo productivo en el que se respeten los recursos naturales o los bienes comunes.
Esto se tiene que hacer también a través de una política del Estado, porque no sólo le toca al MST. El Estado tiene una función en la reforma agraria y que decimos que es cumplir con la Constitución Federal del país. El Estado tiene el deber de buscar cuáles son las propiedades rurales que no tienen función social para que sean apropiadas, porque eso es lo que dice la ley. Esto no lo queremos solamente los Sin Tierra y gran parte de las fuerzas populares de Brasil, sino que es lo que dice la ley. En la actualidad el Estado no va a hacer eso, a menos que nos organicemos para cambiar la estructura del Estado y de esta manera cumpla con su función.
¿Cómo es la relación que mantiene el MST con el Partido de los Trabajadores?
Es una relación histórica. El MST surge en el contexto del fin de la dictadura (1964-1985), donde también surgen nuevas expresiones políticas como el PT o la Central Única de los Trabajadores (CUT). Es una relación que viene del mismo bloque de izquierda de determinado período de la historia de Brasil, que marcan el fin de la dictadura y la lucha por una nueva Constitución. A partir de los años noventa, con el avance del proyecto neoliberal, hay algunos cambios. Las centrales sindicales empiezan a tener mucha dificultad frente a todas las normativas neoliberales que destruyen las bases de los sindicatos con la precarización tercerización laboral. Los partidos de izquierda también entran en una crisis ideológica y muchos se van acercando a una socialdemocracia, o la denominada Tercera Vía que surge en muchos países. Creemos que eso impacta fuertemente en el PT, pero eso no nos impidió hacer toda la campaña junto al pueblo para elegir a Lula (Da Silva, presidente entre 2003 y 2011).
Una vez en el gobierno, fuimos percibiendo que la administración del PT fue cada vez más hegemonizada por los sectores del capital financiero, que tienen que ver con el agronegocio. Eso nos permitió reflexiones interesantes. Antes no pensábamos cómo diferenciar al Estado del gobierno, y eso es un problema de la izquierda en general. Mezclamos Estado con gobierno, y es necesario saber dónde empieza y termina cada uno. Esta situación nos permitió reafirmar un principio del MST, que es la autonomía ante cualquier gobierno. Si el Ejecutivo quiere instrumentalizar al Estado para avanzar en algunos puntos de la reforma agraria, lo apoyamos. Actualmente, el gobierno del PT no tiene una perspectiva de reforma agraria. Tenemos los peores índices de reforma agraria de la historia de Brasil, justamente en un gobierno “de los trabajadores”. Esto nos coloca en una relación muy crítica con el PT, cada vez más crítica, pero también sabiendo que un partido u otro no hacen la diferencia si no cambiamos la estructura del Estado. En los centros de poder del Estado todavía se encuentran las multinacionales y el capital financiero.

*Entrevista realizada en el programa Estación Latinoamérica, que la radio Che Barracas emite todos los lunes a las 19 horas.

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