Con el 14% de los votos, el partido de Alvaro Uribe (Centro Democrático) conquistó diecinueve bancas en el Senado (sobre 102). Se consolida como fuerza opositora y aspira a forzar un ballotage en las presidenciales de mayo. Santos se aseguró 42 bancas, a través de una coalición de tres fuerzas.
El voto en blanco, que llegó a medir 25% en las encuestas, se desinfló hasta 6%. Pero la abstención “arrasó de nuevo en la contienda electoral” (El Espectador, 10/3). Llegó casi al 60%. La izquierda democratizante fracasó: apenas conservó sus posiciones parlamentarias. El régimen político se encuentra deslegitimado por los sobornos, el narcotráfico y la vinculación de buena parte de su personal con los paramilitares.
Prensa Obrera
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