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domingo, marzo 16, 2014
Mika, militante antifascista.
Si hubiera que preguntar ¿qué fue Mika en esta vida?, yo contestaría, una militante antifascista. Como todas las personas, mujeres y hombres, con una inteligencia fuera de lo común, Mika evolucionó en su ideas, pero eso sí, sin salirse nunca de la senda de la izquierda, de la consciencia anticapitalista. Si hicieramos varias fotos de su vida, tan escasas para desgracia nuestra, la veríamos como anarquista a los quince años en Buenos Aires, como comunista en Berlín en 1932, como trotskysta en París en 1934, como poumista en España en 1936 y 1937, como anarquista en 1937, 38 y 39 con la organización Mujeres Libres. Después París, de dónde huye de los nazis y se refugia en Buenos Aires para encontrarse con Perón en 1943. De allí, de manera definitiva parte a Paris, conservando sus convicciones trostkystas, siendo traductora en Air France durante 20 años. Sus ideas anticapitalistas y antifascistas no pierden peso y así la encontramos en las barricadas del 68 más revolucionaria que nunca, ya con 66 años. También participará con 76 años en las manifestaciones de París contra la dictadura de Videla, Gaitieri y compañía. Un poco antes, en el 1976, se decide juntar sus recuerdos y escribir sus memorias de la guerra de España, Mi guerra de España, como se titula en nuestro país. En el 1992 muere en París y por expreso deseo se arrojan las cenizas al Sena, la ciudad que más la amparó.
A mí lo que más me sorprende de esta mujer es su calor humano. ¿Quién podría decir que fue la única Capitana que dirigió milicianos en el frente en la Guerra de España?. Hubo otras capitanas, pero en labores de enfermería, mantenimiento, intendencia. Sin embargo, Mika, no renunció a hacer la revolución como un ser humano más, empuñando las armas cuando tuvo que empuñarlas, enseñando a leer a los campesinos analfabetos de su compañía de milicianos del POUM. Militó con su compañero, Hipólito Etchebéhère (argentino también, de padres franceses; el padre, vascofrancés y la madre, de Bourdeaux) en el POUM, porque como nos dejó escrito en sus memorias, era la agrupación que más se parecía al trostkysmo cuya Oposición de Izquierdas, habían vivido en París. Ya sabemos, sobre todo por el propio Trotsky que el POUM no se desarrolló según las directrices trotskystas, lo que motivó la separación ideológica entre el revolucionario ruso y Andreu Nin, dirigente del POUM. Pero esto no les interesaba a sus enemigos stalinistas, que mantenían tanto la acusación de trostkystas (en la persecución Stalin-Trotsky interesaba mantener el nombre), como de colaboradores de los fascistas, patraña inventada con afanes denigratorios.
¿Cómo llega Mika a comandar la columna Motorizada del POUM?. De desgracia en desgracia, Mika pierde a su compañero a los 26 días de estar en el frente. El mandaba la compañía, cae en Atienza (Guadalajara) y se encuentra sola, es decir la única mujer, sin compañero y con la opción revolucionaria bien asimilada. Es tanta su fuerza que no le impide suceder a Hipólito y colocarse al frente de la Columna, que pertenecía a la División de Cipriano Mera. Mika tuvo que luchar contra las balas fascistas, pero día a día y hora a hora, contra los prejuicios de aquellos milicianos, toscos, incultos, analfabetos, pero que supieron reconocer que ella no daba un paso atrás, que se ponía al frente, la primera, y que se prestaba a hacer los mismos trabajos que los demás. Pero además les llevaba comida a los enfermos, bebida a los milicianos que tenían los dedos helados en las guardias nocturnas en las trincheras del invierno en Guadalajara, y lecturas y escrituras a los analfabetos, que aprendían en las mismas trincheras. Era una mujer, pero también disparaba, y también hacía de madre, y también acompañaba a sus hombres y les animaba y concienciaba.
Cuenta Mary Nash que hubo milicianas que se trasladaron a la columna de Mika, no por ideología política, sino por identidad humana. No estaban de acuerdo en que se les asignaran en otros regimientos, las labores "propias" de la "condición femenina habitual": es decir, cocina, lavandería, limpieza, cuidados, etc. Normalmente el combate armado se reservaba a los varones, pero no por cuestiones de fuerza varonil sino de prejuicio machista. Así se dice de esas milicianas que se trasladaron del Quinto Regimiento a la columna del POUM, porque en ésta no estaban obligadas a lavar y cocinar y había igualdad de cometidos con los hombres. Una de ellas decía: "No he venido al frente para morir por la revolución con un trapo de cocina en la mano". A esta miliciana de nombre Manuela, a pesar de ser aplaudida por los milicianos poumistas, no fue fácil integrarla en la columna. Así Mika se las vió y deseó con los mismos milicianos, que pretendían escaparse de lavar la ropa o remendarla o de fregar los enseres de cocina, porque tras el entusiasmo inicial recordaban que en el Quinto, ellas, se encargaban de estas tareas. Mika tuvo que realizar también esta otra lucha, la de la igualdad de sexos, hasta conseguir la igualdad de tareas, el reparto de las mismas igualitariamente.
Mika, años después llegó a decir a un periodista que "las gentes que ella mandaba sentían desprecio por una mujer, pero que ella no sentía desprecio. Ella les amaba". Este amor revolucionario trajo como consecuencia que la columna era una piña tras Mika, porque ella escuchaba a sus hombres y mujeres. Otra lucha narrada por ella misma eran las condiciones en que se encontraron en las trincheras de Sigüenza, sin armas o con armas antiguas y en mal estado, sin cañones, con precariedad total en un ejército que calzaba alpargatas, en lugar de botas, en un invierno durísimo. Participó en alguna acción de guerra que se consideró milagrosa. Estando asediados en la catedral de Sigüenza, por obedecer una orden estúpida, que evidentemente dió lugar a un asedio fortísimo, consiguió salir a la desesperada, romper el cerco con sus hombres y escapar.
Estas acciones, no exentas de lágrimas (Cipriano Mera que la vió llorar, comentó que "a pesar de su valentía era mujer al fin", lo que le valió la contestación: "Es verdad, mujer después de todo. Y tú, con todo tu anarquismo, hombre después de todo, podrido de prejuicios a pesar de tu virilidad".) no la restaron la estimación de los suyos.
El feroz estalinismo, perseguidor del POUM, también le llegó a ella. Fue detenida en el frente de Guadalajara, en Mayo de 1937, cuando se dió la persecución al POUM a instancias de Stalin y de sus agentes en España, y la acusaron de "desafecta" a la República. Si no fuera tan trágico, sería para echarse a reir. Ella que renunció a tener hijos por la Revolución, que perdió al compañero, que se tragó las desdichas en unas trincheras verdaderamente peligrosas, acusada de ¡traición!. Menos mal que fue en Madrid y no en Barcelona. Cipriano Mera era muy fuerte en Madrid, y al frente de sus anarquistas tenía mucho poder ante la persecución stalinista. Mera se acercó personalmente a la Dirección General de Seguridad, habló con el director, Manuel Muñoz, le expone la trayectoria impresionante de Hipólito y Mika en la lucha antifascista y le espeta claramente que la han detenido por ser del POUM, y se quieren deshacer de ella por este motivo. Al día siguiente Mika se presenta, ya libre, ante Mera, pasa unos días y luego se incorpora a la organización Mujeres Libres. No he encontrado documentación, pero imagino que con la organización anarquista estaba más segura frente a sus "compañeros" stalinistas.
Mica Feldman cambió este nombre de soltera, por el de Mika Etchebéhère al vivir con su compañero Hipólito, y lo mantuvo, en recuerdo, hasta el fin de sus días. Ella provenía de una familia de judíos rusos emigrados a Argentina a finales del siglo XIX, huyendo de los pogroms zaristas. Nos cuentan en su biografía que varios de los emigrantes rusos eran revolucionarios que habían huído de las cárceles del Zar en Siberia. Sus primeros pasos, hasta encontrar a Hipólito los dió en el anarquismo. Al estudiar Odontología en Buenos Aires entra en un grupo editor de la revista Insurrexit, dónde conoce a Hipólito, y a partir de los 19 años viven juntos y ya no se separarían hasta la muerte de éste en Guadalajara (Atienza). Hipólito escogió la rama de Prótesis dentales, mientras Mica era Odontóloga. Intentaron montar en la Patagonia una clínica dental que les ayudara con ingresos para la lucha revolucionaria. Hipólito provenía del marxismo, pero siempre fue un heterodoxo, quizás por eso no estuvieron mucho tiempo en el partido comunista argentino.
No es nuestro propósito hacer una biografía completa de ambos, entre otras cosas porque ya existen otros autores citados en la bibliografía que lo hicieron bastante bien. Sólo hacer constar que fueron consecuentes toda su vida con la opción que eligieron bien jóvenes.
Mika, ya con k, continuó la lucha en Mujeres Libres dónde parece ser que continuó hasta la caída de Madrid, en marzo del 1939. Gracias a poseer pasaporte francés, pudo permanecer refugiada en el Liceo francés, esquivando las detenciones franquistas. Sus amigos franceses consiguen que llegue a París. Pero París no era un fiesta, el 14 de junio las cruces gamadas entran en París. Es la invasión nazi. Vuelve entonces a Argentina. Otra sorpresa es que en 1943 gana Perón. Parece que a nuestra heroína la perseguía el fascismo en todos sus colores. Vuelve a París en 1946 y ya permanece en esa ciudad, como antes indicábamos.
Me interesa hacer constar que a su paso por Mujeres Libres, la tenían muy bien considerada, decían de ella que era un "soldado muy majo".
Las opciones que tomaron en la organización Mujeres Libres, consecuencia de la falta de mano de obra masculina por la incorporación a los frentes, fueron las de promover puestos de trabajo, que de otra forma estarían abandonados. La famosa consigna "los hombres al frente, las mujeres al trabajo" que fue utilizada como consigna por la organización, parecía contradictoria con tintes machistas, pero tuvo que ser apoyada ante una realidad que de otra forma hubiera dejado desierta la producción de guerra. Se destacó que era en la retaguardia dónde las mujeres deberían desarrollar la lucha. Muchas veces el pragmatismo puede más que la ideología.
No obstante, Mujeres libres reivindicó la situación social de la mujer: "Por lo demás la familia humana la integran ambos sexos y la mujer es la más importante de los dos, ya que en ella se perpetúa la especie, y cuánto más perfecto su desarrollo moral y físico, más perfecta será la raza humana".
Este ideario, sin dejar la opción revolucionaria jamás, lo siguió Mika hasta el fin de sus días, y deberíamos mirar, al pasar por París, ese río Sena, dónde no sólo se expandieron sus cenizas, sino lo más importante, también su enorme voluntad y sus ideas.
Mariana Violet. Abril 2006. 75 Aniversario.
Bibliografía:
Mi guerra de España. (Testimonio de una miliciana al mando de una columna del POUM). Mika Etchebéhère. Alikornio ediciones. Barcelona 2003.
Los voluntarios latinoamericanos en la guerra civil española. Gerold Gino Baumann. Editorial Guayacán. San José de Costa Rica. 1997.
Mujeres Libres. España 1936-1939. Edición de Mary Nash. Tusquets Editor. Barcelona 1975
Rojas. Las mujeres republicanas en la Guerra Civil. Mary Nash. Taurus. Madrid 1999.
La revolución española. Dos volúmenes. León Trotsky. Edición de Pierre Broué. Editorial Fontanella. 1977.
Mika y sus hombres. Le Nouvel Observateur. 23 febrero 1976.
http://www.fundanin.org/mika.htm
Aquí nos encontramos con varios artículos de Luis Portela, Horacio Tarcus y la misma Mika Etchebéhère extraido de sus memorias.
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