En entrevista en Canal 13 Bachelet anunció su pedido de renuncia de todos sus ministros. Es que las denuncias llegaron al corazón del Gobierno con Peñailillo involucrado. Con esto, la presión exigiendo cambio de gabinete aumentó, en especial por la derecha. Y se agrega un ánimo de creciente movilización.
Un inesperado anuncio
Son varias semanas exigiendo un cambio de Gabinete. Por parte de la prensa de la derecha, El Mercurio y la Tercera, de la UDI y de RN, y también de dirigentes históricos de la Concertación como el ex ministro del Interior del primer gobierno de Bachelet, Edmundo Pérez Yoma.
El Gobierno resistió la presión en estas semanas. La apuesta fue generar acuerdos para encontrar salidas por arriba. Después de intentos fallidos, como los cambios de fiscales, se buscaron otros caminos como la carta firmada en La Moneda por todos los partidos de la UDI al PC, que pasó sin pena ni gloria, pero busca cerrar filas para darle un cierre por arriba. Después vino la venia a nuevas presentaciones por parte del Servicio de Impuestos Internos (SII) para habilitar la actuación de la Fiscalía, pero se dejaba afuera a personeros de la Nueva Mayoría, y fue cuestionado, hasta el punto de forzar al director del SII Michel Jorrat a inhabilitarse. Más tarde, el informe de la Comisión Engel y los anuncios por cadena nacional de Bachelet.
Nada resultaba. Las denuncias seguían apareciendo. Y se llegó al corazón de La Moneda. No solo eso, en estos días, se realizarán nuevas formalizaciones por el caso Penta en que se verá desfilar a buena parte de la máxima dirigencia de la UDI.
Así, de la Nueva Mayoría a la derecha, toda la Penta-casta aparece involucrada. Había que realizar cirugía mayor.
Se suma la encuesta Adimark conocida el día de hoy, con un rechazo a Bachelet del 70%, lo mismo que el rechazo a Piñera en el punto más alto de las movilizaciones estudiantiles del 2011. Preocupado el director de Adimark, señaló que este rechazo sería peor, pues no hay movilizaciones.
Crisis de representación
No estamos en el 2011, pero las encuestas reflejan un extendido rechazo a toda la Penta-casta. Nadie se salva. Nadie quedó afuera. Todos son cuestionados.
Es pasivo. Pero hay señales de activación. El 21 de abril hubo una jornada nacional de paro y movilización de sectores estratégicos de la economía. El 16 de abril, solo en Santiago 150.000 estudiantes se movilizaron en las calles. En las dos movilizaciones se unieron las demandas propias de trabajadores y estudiantes con la denuncia a los escándalos que sacuden al régimen. En estas semanas, más de 20 funas se realizaron en las sedes de Penta, SQM y de sus partidos. Organizaciones como el Partido de Trabajadores Revolucionarios lanzaron la consigna “que la Penta-casta no decida por nosotros”, planteando la necesidad de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana basada en la movilización. Organismos estudiantiles como la ACES lanzó la consigna “que se vayan todos”.
El actual desplome en las encuestas, no es resultado de movilizaciones como el 2011, pero puede ser un detonante.
Se necesitaba una cirugía mayor.
Medidas para oxigenar el régimen de la Penta-casta
El cambio de ministros buscará oxigenar el régimen, que está ahogado por los escándalos. Lo cierto es que las denuncias abarcan a prácticamente todos los partidos y sus dirigentes y parlamentarios, en verdaderos sistemas de compra-venta de parlamentarios por las empresas, después con sus correos electrónicos como los que conocimos interviniendo en las votaciones de sus parlamentarios sobre las leyes, no por nada siempre favorables a las empresas y sus negocios. Otras caras, una misma casta de los empresarios y sus políticos.
Oxigenándose, buscará el Gobierno reimpulsar una agenda política que perdió de entre sus manos. Las exigencias de cambio de gabinete incluían la necesidad de cambiar de rostros para desahogarse, como un cambio de rumbo en las reformas anunciadas. Dos álgidas discusiones están por delante: las reformas laborales y lo que resta de la educacional. La composición del nuevo gabinete que se anunciaría en 72 horas mostrará hasta dónde llega este inesperado anuncio.
Nicolás Miranda
Santiago de Chile
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