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miércoles, marzo 09, 2016
El día que Pancho Villa invadió a Estados Unidos
El 9 de marzo de 1916, 600 milicianos pertenecientes a la División del Norte encabezados por el General Francisco Villa cruzaron la frontera mexicana hacia los Estados Unidos y atacaron a la población fronteriza de Columbus. Fue la única vez en la historia norteamericana que un ejército latinoamericano ataco su territorio.
Las aguerridas tropas villistas se lanzaron contra un destacamento militar y luego de 6 horas de combate fueron rechazadas hacia México, en lo que se conoció como la Batalla de Columbus. Los seguidores de Villa capturaron 80 caballos, 30 mulas y 300 fusiles; incendiaron un hotel y mataron a ocho militares estadounidenses y diez civiles.
En respuesta el gobierno de los EE.UU. envió el 14 de marzo de 1916 la Expedición Punitiva encabezada por el General John J. Pershing compuesta en un principio por casi cinco mil soldados que fueron aumentados hasta completar la cifra de diez mil. El ex presidente norteamericano Dwight D. Eisenhower, y el general George Patton, líderes militares de EE.UU en la Segunda Guerra Mundial fueron parte de la expedición que tenía por objetivo capturar a Villa para ser juzgado en territorio norteamericano como un bandido. La expedición culminara desastrosamente en febrero de 1917, sin haber logrado el objetivo de capturar al líder de los campesinos revolucionarios en el estado de Chihuahua y habiendo resentido las relaciones políticas con el entonces presidente Venustiano Carranza.
La invasión de las fuerzas villistas a Columbus fueron la respuesta de Pancho Villa al apoyo norteamericano a Carranza en la guerra civil y tuvo un componente de venganza particular que era capturar y fusilar a Sam Ravel, un traficante de armas norteamericano que había estafado a Villa vendiéndole munición inservible a pedido expreso del gobierno de Woodrow Wilson.
Francisco Villa y Emiliano Zapata fueron los líderes revolucionarios del campesinado mexicano que luego de terminar con la dictadura de Porfirio Díaz se enfrentaron a Victoriano Huerta y a las pretensiones de la naciente burguesía mexicana de poner fin a la Revolución Constitucionalista sin tocar la propiedad de la tierra a favor del campesinado. Villa en Chihuaha y Zapata en Morelos pusieron fin al latifundio y repartieron la tierra entre los campesinos.
El punto más alto de la revolución campesina será el 4 de diciembre de 1914, cuando los dos líderes revolucionarios sellen su alianza en la Ciudad de México ocupada por las fuerzas campesinas que habían derrotado a las tropas de Carranza obligándolo a refugiarse en Veracruz. Y si en aquel encuentro Zapata y Villa sellaron la unidad de la División del Norte y las fuerzas zapatistas bajo el programa esbozado en el Plan de Ayala y la Convención Constituyente revolucionaria de Aguas Calientes, también allí mostraron la impotencia política de la dirección campesina al negarse a tomar el poder en sus propias manos.
Luego de la derrota campesina en la Revolución Mexicana, Washington, que en un principio apoyaba a Villa, se pasara decididamente a sostener el bando constitucionalista encabezado por Carranza. En este sentido la invasión al territorio norteamericano por Pancho Villa buscaba relanzar la ofensiva de su ejército revolucionario luego de las derrotas sufridas durante 1915 en manos del líder militar de los constitucionalistas Álvaro Obregon, que marcaron el ocaso de las fuerzas revolucionarias campesinas y la consolidación de la dirección burguesa de la Revolución mexicana.
La invasión a Columbus y la persecución por las tropas estadounidenses acrecentaron el mito de Villa quien había encabezado las grandes victorias militares del campesinado contra los constitucionalistas al mando de su temible División del Norte, verdadero brazo armado de la revolución campesina.
Una consecuencia de la Expedición Punitiva y su fracaso va a ser la imposición como credo oficial de la política exterior mexicana de la Doctrina Carranza, que reafirmaba la soberanía económica y territorial mexicana frente a las amenazas estadounidenses.
Queda para el general Villa y los milicianos de la División del Norte el honor de haber vengar los oprobios del imperialismo norteamericano invadiendo con una fuerza revolucionario su territorio.
La Izquierda Diario
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