miércoles, marzo 02, 2016

Los Cinco de Askapena: Victoria en términos políticos

Han pasado tres semanas desde que conocimos la sentencia que nos absolvía del delito de «colaboración con organización terrorista» al mismo tiempo que liberaba del peso de una posible ilegalización a la organización internacionalista Askapena. Tres semanas marcadas por la celebración de una absolución que nos sabe a victoria.
En términos personales hemos logrado no volver a vivir la realidad a la que cientos de militantes presos, sus familiares y amistades deben hacer frente todos y cada uno de los días de su condena.
Desde el punto de vista jurídico, el equilibrio que junto con nuestras abogadas supimos mantener durante el juicio, ha sido una de las claves para explicar nuestra absolución. Un equilibrio imprescindible para que la defensa fuese por una parte ajustada a los escasos márgenes que imponen las leyes españolas, pero por otra parte los desbordase y convirtiera la sala en altavoz de las reivindicaciones que más hondamente sentimos.
Y, por último, desde el punto de vista político valoramos como una gran victoria la absolución obtenida. Pasado ya un tiempo prudencial, hemos valorado el trabajo realizado, y creemos necesario explicar la lógica con la que hemos actuado. Precisamente ahora que nuevas formas de encarar los juicios políticos aparecen encima del tablero, creemos importante poner en valor el recorrido que hemos hecho y dar a conocer las razones que han motivado nuestras actuaciones.
Desde que en febrero de 2015 conocimos las acusaciones y peticiones de fiscalía, hemos trabajado por hacer compatible las dos líneas centrales de actuación que han dado y continúan dando sentido a la lucha de liberación nacional y social de nuestro pueblo: la acumulación de fuerzas por una parte, pero por otra parte una clave de trabajo que multiplica su valor si además sirve para confrontar con todas y cada una de las formas de injusticia que nos imponen los Estados español y francés.
Desde la apertura de este sumario hasta su culminación con nuestras absoluciones hemos apostado por sumar. Sumar muchos y muy diferentes niveles de solidaridad dentro y fuera de Euskal Herria. Solidaridad en la que hemos logrado implicar a sectores desde lo institucional hasta el más radical de los movimientos populares. A personas de prestigio a nivel nacional e internacional pero, sobre todo, a centenares de militantes que en Madrid, en Italia, en los Països Catalans y en Euskal Herria han adquirido niveles de implicación que tal vez nunca podamos terminar de desvelar.
Pero si importante ha sido este proceso de llenar mochilas de solidaridad y de distintos niveles de compromiso, tanta o mayor importancia tiene el haber sido claros desde el principio en la idea de que esa suma de fuerzas era una herramienta para confrontar con el Estado, para estar en condiciones de poder decir que independientemente de cuál fuese la sentencia la victoria era nuestra. El Estado es Madrid, pero en Euskal Herria el Estado son partidos, organizaciones, personas, medios de comunicación y un amplio número de sectores que se han quedado solos frente a una gran mayoría social, política e institucional que ha trabajado codo a codo con nosotros en pos de esta absolución. Hay instituciones, partidos, colectivos y personas que se han sentido por primera vez interpelados. Sectores que habrían vivido, algunos de ellos por primera vez, como propia la injusticia de una sentencia que nos condenase. Por eso hablamos de triunfo en términos políticos y de que independientemente del sentido de la sentencia, la victoria era nuestra, de nuestro pueblo.
Nos hemos mostrado como somos, mediante dinámicas como Herriak Libre, pasando a la ofensiva y convirtiendo a los acusadores en acusados, por crímenes contra la humanidad, contra los pueblos y las culturas. Por eso la manifestación con Libre Madrid y los EHL en pleno corazón del imperio tiene un valor incalculable no solo en nuestras cabezas, sino en los corazones de todas quienes tomamos parte en ella.
Después llegó el informe de todo el proceso que elaboraron juristas y personas solidarias con el que volamos a media Europa para seguir haciendo amigos y denunciando al Estado, para que, en lugar de como un Estado fuerte apareciese como un Estado débil y obligado a violar derechos y libertades para hacer frente a las ansias de libertad de tantos pueblos y personas.
Y aterrizamos en babesgunea. Una dinámica que definimos como un instrumento para construir un muro político e ideológico que impidiese nuestro encarcelamiento «preventivo». Solo pudimos completar cuatro días de una andadura que preveíamos larga, pero fueron suficientes para saber que estábamos acertando con el planteamiento. Gente, organizaciones, cargos institucionales, Lasterbidea, insumisos, expresos, tabernaris, tartalaris, Kalekalde, europarlamentarios, Iruñeko Herri Harresia, comidas, cenas… babesgunea no sería el final de nada, nunca lo fue. Nuestra determinación por ser libres iba mucho más allá de los límites de ese espacio. Algún día tal vez sea posible poner nombre a las cosas y nombraros a todas las personas que estabais haciendo posible que nuestro sueño pudiese llevarse a la práctica.
El desarrollo de toda esta dinámica no parte de cero: recogemos el testigo que ya antes ha pasado por manos de tantas personas imputadas en los llamados juicios políticos. El potencial que se esconde detrás de muchos de los pasos que hemos ido dando es increíble e inagotable. En un momento en el que parece se empezaba a dar por agotado un esquema de oposición a los juicios con el elemento de la desobediencia como una de sus mayores referencias, a nosotros el camino realizado nos ha descrito justamente lo contrario. Que detrás de cada puerta en lugar de un nuevo obstáculo hay una nueva oportunidad. Que frente a las cautelas y reservas con que actuamos a la hora de generar niveles de confrontación, hay recursos y gente motivada para ello.
Por tanto y ahora que el debate en Abian se presenta como abierto, plural y consecuente con lo decidido en el proceso Zutik Euskal Herria, es hora de que hagamos una reflexión en profundidad sobre los instrumentos de los que nos dotamos para relanzar el proceso de liberación nacional y social de nuestro pueblo.
Asumiendo como perfectamente legítima la resolución que han tenido juicios políticos como el del Sumario 04/08 y dejando claro nuestro respeto y cariño por las personas procesadas en el mismo, entendemos de igual manera que la izquierda abertzale no puede continuar manteniendo un discurso interno que legitima y permite la convivencia de dos formas diferentes de encarar los juicios políticos, mientras política e ideológicamente solo alimenta una de ellas.
En lo referente a los juicios políticos debe existir el convencimiento por parte de las personas imputadas no solo de que vías como la desobediencia o acuerdos como los alcanzados en el Sumario 04/08 son parte de la apuesta política de la izquierda abertzale, sino además la seguridad de que en ambos casos el respaldo público y privado que van a recibir, opten por la vía que opten, va a ser igual de real y contundente. Si además somos capaces de hacer extensible ese convencimiento y esa seguridad a esas otras consecuencias del conflicto, a esa otra militancia a quien podría hacerse extensible un planteamiento como el del Sumario 04/08, sin duda habremos dado un gran paso adelante.
No podemos acabar este escrito que entendemos debe servir para cerrar una etapa sin destacar que todo esto, sin duda, ha sido posible gracias a vosotras, a quienes siempre, fuera y dentro de Euskal Herria, habéis sabido llenar las mochilas de este largo viaje de solidaridad, cariño y un compromiso sin límites. Vosotras sois las imprescindibles.

Gabi Basañez, Unai Vázquez, David Soto, Walter Wendelin y Aritz Ganboa
Gara

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