miércoles, diciembre 14, 2016

Una crisis que no tiene fin: 5 claves para entender la crisis política



Es fácil perderse en la crisis política nacional. Se profundiza la crisis institucional. Denuncias, escándalos. Ataques a los derechos sociales y manifestaciones en las calles. ¿Caerá Temer?

Es fácil perderse en medio de una secuencia interminable de eventos de la crisis política nacional en curso que interactúa con la crisis económica que a diario gana crecientes contornos sociales. ¿Caerá Temer? Se profundiza la crisis institucional del parlamento con el poder judicial. Crisis al interior del Supremo Tribunal Federal, denuncias, escándalos, grabaciones, ataques al sistema de seguridad social y a las jubilaciones, a la salud, la educación y manifestaciones en las calles.
En este breve artículo, corriendo el riesgo de simplificación, señalaremos brevemente algunos elementos para ver el bosque detrás de la arboleda de esta crisis llamada Brasil. La compleja crisis brasilera es también parte de todo un escenario internacional que podría agravarla aún más o bien atenuar su desarrollo. Lo más probable es que a partir de la elección de Trump y otras inestabilidades internacionales, el escenario mundial siga actuando como desestabilizador. No abordaremos esta interacción en este artículo, centrado en los contornos principales de la crisis, sus actores y cómo es posible (y necesaria) una política independiente.

1. La Operación Lava Jato avanza rumbo a un “Mani Pulite”

Antes del golpe institucional la Operación Lava Jato actuó en una particular combinación de selección de objetivos, arbitrariedad y avance en los métodos represivos pero como parte de un "frente" que involucraba a las principales alas del PMDB, el PSDB, los medios de comunicación, a la Federación de Industriales de San Pablo (FIESP) y, como puede deducirse de las informaciones del Departamento de Estado Americano, intereses imperialistas. Dentro del poder judicial, con algunas voces disonantes de tanto en tanto, hubo un relativo consenso sobre la actuación del juez Sérgio Moro (al frente de la Operación) y su compañía.
Consumado el impeachment (juicio político contra Dilma) este frente se deshizo. Si desde antes había elementos que indicaban la posibilidad de avanzar hacia un proceso al estilo del “Mani Pulite” italiano, es decir, volverse contra nuevos y más partidos del régimen para alentar una "renovación" que sea funcional a promover los ajustes y ataques que los empresarios y el imperialismo deseaban, esto implicaba, en mayor o menor grado, un largo período de lucha entre el poder judicial y la "casta política" y un mayor o menor grado de combinación de miles de condenas y casi ninguna detención, similar a los eventos que tuvieron lugar en Italia bajo el proceso conocido con el nombre "Mani Pulite", hasta que se logró la estabilización bajo el mando del mafioso Berlusconi en un escenario de alineamiento neoliberal y pro-Unión Europea.
Para un avance de ese tipo la Operación Lava Jato necesita tener su propia política. Señales que pudimos ver en el “activismo” puesto en funcionamiento a partir de su propuesta de “diez medidas contra la corrupción” (que planteaban alteraciones en el funcionamiento del poder judicial, en el Código Penal y del Proceso Penal, creando penas y métodos de investigación más duros) que le otorgaban super poderes arbitrarios y represivos y poder avanzar en la ofensiva sobre más partidos del régimen. El acuerdo logrado con los ejecutivos de la empresa Odebrecht a partir de sus declaraciones como arrepentidos, le permite contar sin duda con municiones para lograrlo; los avances sobre el PMDB también son indicios de ello, así como su apelación a la opinión pública contra los políticos. ¿Avanzará la Operación Lava Jato también contra Temer, que aparece mencionado en diferentes testimonios investigados? Si el presidente no fuera el mejor para conducir los ajustes, ¿también entraría en la línea de fuego? Esta acción independiente hizo temblar aún más al régimen político, abriendo fisuras en el Supremo Tribunal Federal (entre los ministros Gilmar Mendes y Marco Aurélio de Mello). ¿Se mantendrá la suspensión de la presidencia del Senado a cargo de Renan Calheiros (PMDB)?¿Se mantendrá la mayoría favorable al accionar de la Operación Lava Jato?
Este cambio de política por parte de Sergio Moro, de los fiscales y un ala del Supremo Tribunal Federal plantea nuevos desafíos a la denuncia de su papel arbitrario y proimperialista, pues ahora la Operación es más amplia y con objetivos aún mayores contra el régimen político. La Operación Lava Jato y sus aliados institucionales (sectores del PSDB, del DEM) y organizaciones de la calle como el Movimiento Brasil Libre (MBL) o "Vem Pra Rua" (Vamos a la Calle), etc. son ahora un claro partido político, que para simplificarlo llamaremos el "partido de la toga".

2. ¿Cómo estabilizar el régimen?

Frente al accionar independiente de la Operación Lava Jato se pronunció una parte del régimen político en su intento de autopreservación. Renan Calheiros (PMDB) junto a decenas de políticos, del PSDB y la casi la totalidad del PT actuaron a favor de su propia impunidad con discursos contra la arbitrariedad del poder judicial (contra ellos pero no contra los trabajadores, movimientos sociales ni mencionar al 40% de la población carcelaria, en su mayoría negros, que ni siquiera fue juzgada). Gilmar Mendes, y al menos Toffoli en el Supremo Tribunal Federal, actuaron a favor de esta ala, que llamaremos para simplificar "partido de la casta política", un sector del régimen que opera por "la amnistía amplia general e irrestricta por corrupción" y por la estabilidad post-golpe a favor de los ajustes (por su lado, el sector del “partido de la toga” actúa para lavarle la cara al régimen y lograr así avanzar con los ajustes).
En medio de esta crisis política numerosos editorialistas de los grandes medios alertaron sobre cómo el accionar de estas dos alas ponía en riesgo la preocupación principal: los ajustes. Intentaron que Sérgio Moro lograra un acuerdo con Renan Calheiros, pero ni este senador ni Gilmar Mendes aceptaron. Con la tropa en acción es difícil hacer que los soldados dejen de apretar el gatillo. ¿Cómo queda la situación de Temer si los ajustes no avanzan en la intensidad y profundidad deseadas?
Una forma de estabilizar parcialmente el régimen sería promover elecciones. Un plan B, según el expresidente Fernando Henrique Cardoso, en caso de que el “gobierno puente de Temer no resistiera”. Y ese plan B si bien puede otorgarle nueva legitimidad al gobierno que surja de las urnas no garantiza la pacificación del “partido de la toga” o del “partido de la casta”, ni que dejen de actuar para poner fin a la Operación Lava Jato y sus amenazas. Es decir, la crisis política que se convirtió en institucional no es fácil de resolver y promete nuevos capítulos.

3.La economía bajo el gobierno de Temer

Temer fue puesto en el poder para aplicar profundos ataques a la clase trabajadora. A punto implementar la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) 55 que congela gastos sociales por 20 años y cuando la reforma del sistema de seguridad social y jubilatorio ya había sido presentada, estalló la lucha entre el partido de la “toga” y el de la “casta". Ahora no se sabe qué será votado, ni cuándo. Y los empresarios ya venían alertando que estas medidas por si solas eran insuficientes. Por dos motivos: no generan crecimiento económico ni de ganancias en el corto plazo y además, el descontento podría generar algún nivel de explosión social.
La insatisfacción empresarial demanda privatizaciones, medidas de estímulo a las inversiones y avance más rápido en los ajustes contra los trabajadores, para aumentar en esa misma velocidad también la tasa de ganancia, en el contexto de un escenario internacional que tiende a empeorar. Temer está intentando cumplir su parte en la implementación de los ataques con rapidez, para mantenerse útil para gran parte de la élite empresarial. Intenta a toda costa mostrar gestión y tratar que los tucanos (en referencia a los militantes del PSDB), su principal respaldo, no lo abandonen. Por otro lado, de no lograr algún nivel de crecimiento económico, puede llevar a que el país adopte contornos “cariocas” (en alusión a la crisis social, económica y fiscal que atraviesa ese estado). Manifestaciones de policías que se enfrentan con policías, cerrando comedores populares y otros programas sociales y un verdadero drama social que amenaza estallar.

4.El papel del PT

Con la peor crisis económica en ocho décadas, con ataques históricos como la brutal reforma del sistema de seguridad social, desempleo creciente. Ante semejante crisis política ¿cómo puede entenderse que el país no estalle?
La respuesta reside en la nueva ubicación del PT y de los movimientos sociales bajo su dirección. De aplicador de los ajustes, pasó a ser víctima del golpe y sujeto de la “resistencia”.
En lugar de asumir la presidencia del Senado y vetar la PEC 55 como prometió en las redes sociales, lo que el PT hizo fue blindar a Renan Calheiros e intentar, junto a él, una forma de cerrar la crisis. La combinación de promesas de resistencia y acuerdo de conciliación es justamente el rol que juega en las manifestaciones contra la PEC y otros ataques. Paros y actos aislados de un “plan de guerra” incapaz de pararle la mano a los ataques. Los días de paros o jornadas convocadas son la continuidad, por vía de las centrales sindicales que influencia como la CUT, CTB y la estudiantil UNE, de esa misma política: resistencia solo en el discurso e intentos de acuerdos y conciliación.
El PT no organiza esa “resistencia” pues trabaja al filo de la navaja entre mostrarse en la resistencia y como opositor a los ajustes y al mismo tiempo, demostrarle a la elite que no son “irresponsables”. Todo gira en torno de los cálculos electorales hacia 2018 o frente a escenarios de nuevas elecciones. El impeachment o la convocatoria a nuevas elecciones son dos caras de la misma moneda: oposición, pero responsable y ayudando a que el régimen político se recomponga, poniendo al frente a un nuevo ajustador evitando que los trabajadores y la juventud en lucha cuestionen este podrido régimen.

5.Es posible y necesaria una salida independiente

Día a día se muestra algún aspecto nuevo de la putrefacción de este régimen. La falta de respuesta independiente por parte de los trabajadores, fortalece a aquellos que trabajan para conciliar con la derecha, como siempre busca el PT o incluso por salidas que se presentan como si estuvieran fuera del sistema político partidario, como “gestores”, aspecto que mostró su efectividad en las recientes elecciones municipales con el triunfo del empresario Doria (PSDB) en San Pablo. No faltan ejemplos internacionales para ilustrar cómo en ausencia de una respuesta radical, anticapitalista y revolucionaria de los trabajadores, el camino a una derecha demagógica, xenofóbica y racista se ve facilitado.
En medio de las disputas de poderes, los trabajadores necesitan levantar una voz propia; no dar apoyo a los sectores que no combaten la corrupción o los abusos del poder judicial; que no defienden un verdadero “plan de guerra” para impedir las enmiendas constitucionales como la PEC 55 o la reforma de las jubilaciones.
Necesitamos imponer con la fuerza de la movilización una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que garantice que todos los cargos políticos desde jueces a senadores sean electos y revocables y ganen como una maestra; confiscar los bienes de los corruptos y su juzgamiento por juzgados populares. Para imponer una Nueva Constituyente es necesario, en primer lugar, que la CUT y la CTB pongan fin a la tregua con Temer, al Supremo Tribunal Federal y al Congreso que siguen aprobando nuevos ataques, día tras día, incluso frente a la profunda crisis política que atraviesas el país. Es necesario un verdadero plan de lucha y no medidas aisladas, es necesario organizar asambleas y movilizaciones en los lugares de trabajo para que los trabajadores tomen en sus manos el combate a la PEC 55, la reforma del sistema jubilatorio y dar una salida propia a esta crisis política.

Leandro Lanfredi
Trabajador petrolero | Rio de Janeiro

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