martes, febrero 25, 2020

Alberto Fernández quiere el “olvido” y el “perdón”



Alberto Fernández aprovechó un acto en Campo de Mayo para definir con claridad cuál es su política respecto a las fuerzas armadas y la dictadura militar.
Calificó al genocidio de la dictadura como “inconducta de algunos”, es decir, de un plumazo dejó de ser terrorismo de Estado, de un “plan sistemático”, que puso todo su aparato para ahogar en sangre al pueblo argentino con el resultado de 30 mil desaparecidos, niños apropiados, miles de muertos, torturados, presos y exiliados.
Además, “inconducta” no es sinónimo de crimen de lesa humanidad por lo que se juzga a los pocos militares que han terminado en los estrados judiciales. ¿AF pretende cambios de carátula en las causas en curso?
Cuando llamó a “dar vuelta la página” pasó a pedir el “olvido”, es decir, el gobierno y el Estado no piensan entonces acelerar los juicios a los represores, que además se desarrollan a cuentagotas, sino todo lo contrario.
El olvido no es posible porque el aparato del Estado sigue ejerciendo su rol represor contra los reclamos y luchas populares (que fue lo que la dictadura quiso terminar con sangre) y sigue produciendo nuevas y fatales víctimas: los asesinatos en los cortes de ruta de los 90 (Verón, Rodríguez, solo para nombrar algunos) o en el puente Pueyrredón (Darío Santillán y Maximiliano Kostecki), Julio López, Carlos Fuentealba, Luciano Arruga, Mariano Ferreyra, Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, los desaparecidos y asesinados de La Tablada, las mujeres desaparecidas y asesinadas por las redes de trata, las víctimas del “gatillo fácil”, los torturados en las comisarías, etc. Todo ellos víctimas de las fuerzas de seguridad “democráticas”, incluidas las que se formaron en los últimos 30 años, o de grupos tercerizados.
No debemos dejar escapar un detalle. Las declaraciones se hicieron en un acto de despedida a efectivos militares que van a participar en una misión de la ONU (a Chipre); estas “misiones de paz” han revelado ser la garantía de la intromisión del imperialismo en otros países, como es el caso de Haití. Además son parte de un paquete, como es la plena integración de Argentina al Grupo Lima, el alineamiento junto al criminal sionista Netanhayu, la participación en las III Conferencia de lucha contra el terrorismo organizada por el gobierno de Trump.
La intención de “amigar” al pueblo argentino con las fuerzas armadas y cerrar el capítulo de la dictadura genocida ha sido un propósito de todos los gobiernos desde el 1983 y todos han fracasado en ello.
Los 24 de marzo, las multitudinarias movilizaciones por Santiago Maldonado o contra el 2x1, solo para ejemplificar, revelan que esta es una tarea harto difícil.
Alberto Fernández le propone al pueblo argentino retroceder en las pocas conquistas que logró en el terreno de acabar con la impunidad.
El próximo 24 de marzo estaremos en todas las calles y plazas del país cientos de miles reclamando “ni olvido, ni perdón”, “memoria, verdad y justicia” contra los crímenes y la represión de ayer y de hoy. Será la mejor respuesta.

Eduardo Salas

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