viernes, febrero 21, 2020

El Fondo es corresponsable del endeudamiento, insostenible es pagar la deuda odiosa



Sin autocrítica el FMI sostuvo que la deuda es insostenible, y propuso que los privados acepten una fuerte quita. Se hace el “amigo” del Gobierno y se pone primero en la fila para cobrar el 100% de la deuda fraudulenta.

Este miércoles finalizó la primera misión del FMI en el país bajo la administración de Alberto Fernández. El equipo técnico que se encargó de revisar las cuentas públicas y reunirse con ministros y organismos públicos (Indec, AFIP y BCRA), estuvo encabezado por Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, Jefe de Misión para Argentina.
Finalizada la misión, el Fondo emitió un rápido comunicado en el que se confirma que la exposición de Guzmán en el Congreso fue una puesta en escena a medida del Fondo: “El personal del FMI tuvo reuniones muy productivas con las autoridades argentinas sobre sus planes y políticas macroeconómicas, cuyos lineamientos han sido reiterados la semana pasada por el ministro de Economía, Martin Guzmán, en su presentación en el Congreso de la Nación. Compartimos el objetivo general de las autoridades de restablecer el crecimiento y reducir la pobreza, y al mismo tiempo fortalecer los equilibrios fiscal y externo.”
Sin autocrítica alguna -los corresponsables del brutal endeudamiento del país- confirman que la capacidad de pago se deterioró y la deuda es insostenible: “A la luz de estos desarrollos, y sobre la base del análisis de la sostenibilidad de la deuda de julio de 2019, el personal del FMI ahora evalúa que la deuda de Argentina no es sostenible. Específicamente, nuestra visión es que el superávit primario que se necesitaría para reducir la deuda pública y las necesidades de financiamiento bruto a niveles consistentes con un riesgo de refinanciamiento manejable y un crecimiento del producto potencial satisfactorio no es económicamente ni políticamente factible.”

El FMI quiere cobrar primero la deuda odiosa

Muchos economistas ya venían señalando que, en el marco del proceso de reestructuración de la deuda existía un triángulo difícil de resolver: la negociación entre el Gobierno, el FMI y los bonistas privados. Ante esta situación el Fondo dio el primer paso y dejó muy en claro que pretende cobrar el 100 % de su deuda -es decir, sin quita alguna- mientras pidió a los privados que realicen una fuerte quita.
En pocas palabras, el objetivo del FMI fue comunicar una interesada “cercanía” al gobierno de Alberto Fernández para asegurarse el primer lugar en la fila de cobro de la deuda odiosa. Desde el oficialismo festejaron rápidamente esta postura, aún cuando carece de acuerdos en concreto: no habla de extensión de plazos y mucho menos de quita. Sólo se da por sentado que el FMI y Guzmán continuarán negociando el pago de toda la deuda fraudulenta contraída bajo el macrismo, sin siquiera investigarla. Vale preguntarse: ¿qué festejan desde el oficialismo?
El plazo del 31 de marzo para llegar a un acuerdo suma mayor presión. Martín Guzmán y la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, se reunirán esta semana en Riad, en cumbre de ministros del G-20 “a efectos de definir los próximos pasos de la relación entre el FMI y la República Argentina".
Ahora la pelota está en la cancha de los acreedores privados, muchos analistas advirtieron que la negociación no será fácil y si no hay acuerdo, podrían extenderse entre 6 meses y un año. En un artículo del portal Letra P se señala que representantes de tres importantes fondos privados -Fidelity, Jeffreys y Liberty- tuvieron reuniones con dirigentes políticos y empresarios, e hicieron trascender que las negociaciones podrían durar mas de 6 meses aún si algún bono entra en default. Restará esperar la respuesta de los “mercados” al anuncio del FMI y la presión que seguramente intentarán ejercer desde los fondos especulativos, un chantaje que sólo perjudica a las amplias mayorías.

Nada que festejar: el ajuste ya llegó

El FMI es corresponsable del endeudamiento por avalar el préstamo Stand by a Macri, utilizar reservas para fuga cuando lo prohíbe su estatuto. Sin embargo, el presidente Alberto Fernández no demoró en festejar el comunicado del Fondo y una vez más confirmó su voluntad de honrar los compromisos, aún cuando estos fueron contraídos de forma ilegal y fraudulenta. Desde los medios afines al oficialismo, colmados de optimismo, deslizaban la idea de que ahora se podría ir hacia una reestructuración sin ajuste.
Es importante tener en cuenta que aunque no esta claro cuales serán los niveles de superavit o reformas (laboral, previsional) exigidas por el FMI, estas son las clásicas recetas para asegurar que los países paguen. A propósito de las declaraciones del ministro Moroni, sobre la suba de la edad jubilatoria, el titular de Anses negó que esten evaluando medida similar, pero coincidió son debates que se tendrán que dar en un futuro (¿no tan lejano?).
La única verdad es la realidad, y en los primeros meses del gobierno de Fernández las medidas tomadas comenzando por la Ley de Solidaridad, estuvieron diseñadas para liberar recursos del gasto público y destinarlos al pago de la deuda fraudulenta. La suspensión de la movilidad jubilatoria y las subas escalonadas del mes de marzo -ajustando a quienes cobran por encima de $16.200- grafican el ajuste a unos de los sectores más vulnerables. Los trabajadores correrían la misma suerte, luego de haber perdido entre un 20 % y 30 % de salario real bajo el macrismo, Fernández pidió que las paritarias no sean “desmedidas” y también desde el gobierno señalaron que se podría poner fin a la clausula gatillo porque genera inflación. Un argumento falso que sólo busca disciplinar los salarios a la baja, abaratando la fuerza de trabajo. Tampoco se evalúa retrotraer los tarifazos que golpearon fuertemente sobre el poder de bolsillo y Kulfas podría aplicar un descongelamiento “solidario” en los próximos meses. Mientras los sectores que más se enriquecieron como los bancos, las petroleras, las mineras contaminantes, continúan beneficiándose.
La deuda es con el pueblo trabajador. Nada bueno puede esperarse de las negociaciones con los fondos buitres y con el FMI para pagar una deuda odiosa. La única salida viable para que el ajuste no siga recayendo sobre los trabajadores, los jubilados y jóvenes es el no al pago de la deuda. Que se apoye en un conjunto de medidas de emergencia como la nacionalización de la banca y el monopolio del comercio exterior. Para romper el ciclo de endeudamiento y default burgués, y sortear las trabas del atraso y dependencia de la economía argentina, es preciso impulsar el desconocimiento soberano de la deuda a los especuladores.

Guadalupe Bravo
Economista | @GuadaaBravo
Jueves 20 de febrero | 08:27

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