Amazon tiene más de 1,2 millones de empleados en todo el mundo.
Amazon implementó una táctica dilatoria, incluida una moción para que los votos se realicen en persona - un riesgo para la salud, en tiempos de COVID. Los trabajadores denuncian que la patronal envía mensajes de texto cinco veces al día. Según los documentos internos obtenidos por Motherboard, la empresa ha contratado los servicios de la agencia Pinkerton para que sus agentes actúen como espías laborales.
De aprobarse la sindicalización, los 6.000 trabajadores se unirían al RWDSU (Sindicato de minoristas, mayoristas y grandes almacenes), afiliado de AFL-CIO.
De acuerdo al New York Times, “los organizadores sindicales también están construyendo su campaña en torno a los temas del movimiento Black Lives Matter. Muchos de los empleados del almacén de Amazon son negros, un hecho que el sindicato minorista ha utilizado para centrarse en cuestiones de igualdad racial y empoderamiento. Y liderando el esfuerzo de organización están unas dos docenas de trabajadores sindicalizados de almacenes y plantas avícolas cercanas, la mayoría de los cuales también son negros”.
La necesidad de la unión de clase contra la patronal, está presente con fuerza. “Si bien (si) las ganancias de Amazon se han disparado, los trabajadores de los almacenes en el Reino Unido se han visto obligados a sufrir condiciones de trabajo inhumanas: romperse huesos, quedar inconscientes y ser llevados en ambulancias en la implacable búsqueda de efectivo de la empresa” (gmb, 3/2). La ganancia capitalista está fuertemente asociada a la tasa de explotación.
Más de 60 millones de personas han expresado, en sondeos realizados en EEUU, que se sindicalizarían de poder hacerlo. Ejemplos recientes incluyen un grupo de trabajadores de Google en Pittsburgh, seguido de la creación de Alphabet Workers Union, que incluye a más de 800 empleados. En febrero pasado, Kickstarter votó para sindicalizar a su fuerza laboral, seguido por la plataforma de desarrollo Glitch el mes siguiente (ídem).
La burocracia de los sindicatos, como es el caso del Sindicato de Minoristas, Mayoristas y Grandes Tiendas, busca capitalizar esta tendencia para aumentar sus privilegios y servir mejor de elemento de contención, en especial para el nuevo gobierno Biden. Hace tres décadas que firma contratos a la baja, tolera la ofensiva anti-organización de la patronal contra los activistas y acepta la llamada desregulación laboral, precisamente en uno de los trabajos más precarios de la sociedad. La tendencia a la sindicalización forma parte de la rebelión popular que atraviesa a Estados Unidos – la burocracia busca encuadrarla. La tutela sindical y política de la burocracia no justifica, sin embargo, como no lo justificó en el pasado, arrogarse un cretinismo anti-sindical y convocar al boicot de la sindicalización legal. Para quebrar los límites históricos del sindicalismo, o sea su falta de independencia de clase, la aceptación de la tutela estatal y la separación de la lucha reivindicativa de la lucha política socialista, es necesario disputar el liderazgo del reclamo por una sindicalización masiva.
Stuart Appelbaum, en un comunicado sobre la decisión de la NLRB dijo que “El descarado desprecio de Amazon por la salud y la seguridad de su propia fuerza laboral quedó demostrado una vez más por su insistencia en una elección presencial en medio de la pandemia. La decisión de hoy demuestra que ya es hora de que Amazon comience a respetar a sus propios empleados; y permitirles que emitan sus votos sin intimidación e interferencia”. Los trabajadores explicaron que “Nuestro sindicato no dará marcha atrás hasta que Amazon sea responsable de estas y muchas otras prácticas laborales peligrosas”.
Emiliano Monge
09/02/2021
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