Los resultados son los siguientes:
-a la pregunta respecto de “si habría que esperar a que todos los docentes (o al menos la mayoría) esté vacunado antes de empezar las clases”, o si, por el contrario, “habría que empezar lo antes posible aunque no estén vacunados”, el 73% de los entrevistados eligió la primera opción, es decir que se pronunció contra el inicio sin vacunas. Cabe señalar que el porcentaje de rechazo se eleva al 77% cuando el entrevistado es el padre o madre del estudiante.
-respecto de si el regreso a clases debería ser optativo u obligatorio, el 74% se pronunció por la optatividad.
-En relación al nivel de contagios y la vuelta a clases, el 49% opinó que sería mejor que no se vuelva hasta que se alcance una menor propagación; sólo un 36% se inclinó por “volver a clases y mantenerlas”. El 15% restante se inclina por “volver, pero cerrar las escuelas si el nivel de contagios es muy elevado”. En el caso de padres y madres, los partidarios de que no se vuelva por esta razón se elevan al 54%.
A pesar de la feroz campaña mediática y oficial sobre las familias en favor de la presencialidad, el rechazo al operativo emprendido por Fernández-Larreta-Kicillof tiene fuertes raíces, no sólo en la docencia, sino en el conjunto de la población trabajadora.
En vez de escudarse en la “opinión pública” para renunciar a una lucha por la vida y la salud de docentes, estudiantes y padres, hay que poner en pie la fuerza colectiva de la docencia para rechazar la “presencialidad” letal del gobierno y los capitalistas. Esa esa firmeza la que puede galvanizar a la opinión popular junto a los docentes.
Marcelo Ramal
14/02/2021
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