La medición de la “pobreza multidimensional” apunta a relevar el acceso a distintos derechos como vivienda, hábitat y servicios básicos (precariedad de los materiales de la vivienda, hacinamiento, tenencia insegura de la vivienda, condiciones sanitarias deficientes o la ubicación de la vivienda en zona vulnerable), educación (inasistencia a un establecimiento educativo en las edades obligatorias, rezago escolar de los asistentes o los logros educativos insuficientes), empleo (dificultades para acceder al empleo remunerado y la precariedad laboral), protección social y salud (déficit de cobertura previsional de los adultos mayores y ausencia de doble cobertura de salud (obra social o prepaga). Es decir que es una evaluación más amplia de las condiciones de vida y necesidades de población, no vinculadas directamente al ingreso monetario. Según el Informe SIEMPRO “para poder dar cuenta de la multidimensionalidad se determinó que, si un hogar presenta privaciones en al menos dos indicadores de distintas dimensiones, será considerado en situación de pobreza”.
La pobreza multidimensional según rango etario arroja datos que dan cuenta de una fuerte “infantilización de la pobreza”: entre los niños de hasta 3 años, el 58,2% no logra cubrir el universo de derechos básicos. Entre 4 y 17 años, el porcentaje alcanza al 54,2% y entre los 18 y los 64 años, baja al 47,7 por ciento. El rango más bajo de pobreza multidimensional se encuentra en los mayores de 65 años.
Si se cruza el índice de pobreza según los ingresos con el índice multidimensional, el 30,1% (13,6 millones de personas) es pobre en ambas formas, es decir por falta de ingresos y las causas no monetarias, mientras que el 58,1% de la población (26 millones de personas) es pobre por insuficiencia de ingresos monetarios o por sus condiciones de vida. Para el primer semestre 2020, la medición por ingresos arrojó que un 40,9% de la población era pobre.
En el primer semestre de 2019, el SIEMPRO estimaba que el 28,8% de la población era pobre, según su medición multidimensional. Esto significa un salto de casi de 20 puntos durante el año en que se sucedieron la corrida cambiaria posterior a las PASO y la pandemia, según el índice multidimensional.
La decisión del gobierno del “Frente de Todos” de suspender el pago del IFE se produce en el contexto de pauperización social creciente, para atender acuerdos con bonistas y FMI.
Ana Belinco
23/02/2021
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