El principal ´testigo´ contra Assange, Sigurdur Ingi Thordarson, un joven islandés de 28 años, admitió públicamente que las acusaciones son falsas.
Según su relato, el FBI lo habían reclutado luego de presentarse como un “íntimo colaborador” de Assange. Lo cierto es que Thordarson se había ofrecido en 2010 como un colaborador voluntario de WikiLeaks. El vínculo terminó cuando se descubrió que había malversado más de 50 mil dólares de la organización.
En sus acusaciones, Thordarson había relatado supuestas instrucciones de Assange para cometer piratería en Islandia. El objetivo, dice Stundin, “fue aparentemente apuntalar y apoyar el cargo de conspiración contra Assange en relación con sus interacciones con Chelsea Manning”. En ese momento, Assange se encontraba residiendo en Islandia y colaborando con algunos parlamentarios de dicho país para adaptar las leyes de libertad de prensa. Ahora Thordarson admite “que Assange nunca le pidió que pirateara o tuviera acceso a grabaciones telefónicas de parlamentarios.”
El propio Thordarson les facilitó a los periodistas de Stundin una recopilación de chats de 2010 y 2011, que muestran su relación con WikiLeaks, así como conversaciones con otros hackers. Nada muestra que recibiera órdenes de WikiLeaks. Por el contrario, se revela que Thordarson, para engañar a hackers y periodistas, ´inflaba´ su rol en la organización.
Thordarson se contactó con el FBI intentando escapar de una investigación interna de WikiLeaks por el robo de 50 mil dólares. La desilusión norteamericana no tardó en llegar, puesto que el islandés ha demostrado pocos conocimientos como hacker. Su prontuario delictivo, sale a la luz ahora, incluye fraude masivo, falsificaciones y robo, e incluso pedofilia. Una evaluación psiquiátrica presentada en los tribunales islandeses señala que Thordarson es un sociópata, “incapaz de arrepentirse” A pesar de haber permanecido un tiempo preso, en 2019 volvió al ruedo criminal de manera intensificada por una inmunidad otorgada por la gestión Trump, siempre bajo el patrón de falsificaciones, fraudes y robos. El descrédito es total.
Estados Unidos pierde así una de sus principales argumentos para continuar insistiendo en la extradición de Assange de Reino Unido a Estados Unidos, donde de ser declarado culpable podría enfrentar sentencias por 175 años de prisión. La jueza del Tribunal de Primera Instancia Vanessa Baraitser, había negado su extradición haciendo alusión a motivos humanitarios, pero no desacreditaba la argumentación estadounidense. Las confesiones de Thordarson son un gran golpe a todo el armado contra el fundador de WikiLeaks.
La lucha por la libertad de Julián Assange cobra nueva fuerza a la luz de este episodio, incluso en el plano judicial. Las acciones políticas para retenerlo en prisión han sido desnudadas como una maniobra política lisa y llana. La defensa de la salud y la vida de Assange debe ser una reivindicación del conjunto de las organizaciones que se reclaman democráticas.
Joaquín Antúnez
01/07/2021
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