Estas amenazas ponen de manifiesto que asistimos a una guerra de destrucción recíproca, sin intermedios de ‘paz’.
La OTAN quiere llegar a Moscú, o sea dictar a Rusia una salida política a partir de una redoblada ofensiva militar. El territorio de Rusia se convertirá en el escenario de una guerra mayor, con la participación de un mayor número de protagonistas.
Putin ha decidido anexar una parte de Ucrania, como si esto le pudiera servir de escudo político. La oligarquía restauradora del capitalismo en Rusia es una banda reaccionaria y opresora.
Una victoria militar de la OTAN daría paso también a otra guerra, o sea con China, cuyos preparativos están en marcha.
La guerra ha sido siempre el recurso último del imperialismo frente a su definitivo impasse histórico. Luego de haber celebrado como el final de la historia la restauración del capitalismo y la disolución de la Unión Soviética, el imperialismo se ha enfrentado a crisis económicas internacionales enormes, a pandemias auto-inducidas, a crisis climáticas más y más severas, y a una feroz crisis social en las mismas metrópolis. Hace un año y medio, una tropa fascista conducida por Trump estuvo a punto de consumar el primer golpe de estado en Estados Unidos.
¡A movilizarse contra la guerra imperialista y sus estados y gobiernos!
Política Obrera N°53
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