El país guaraní entró en camino hacia las elecciones internas presidenciales y legislativas, que se llevarán a cabo el 18 de diciembre. Los comicios generales están previstos para el 30 de abril del año próximo.
La campaña se caracteriza por un brutal enfrentamiento entre las dos principales fracciones del gobernante Partido Colorado: la del actual presidente Mario Abdo Benítez, que postula como candidato a sucederlo a Arnoldo Wiens, y la del expresidente Horacio Cartes, que tiene como delfín a Santiago Peña.
Para darse una idea del voltaje de la elección, vale decir que los referentes del oficialismo acusan cotidianamente a Cartes de contrabando de cigarrillos (es dueño de la tabacalera Tabesa), mientras los hombres del expresidente tildan abiertamente a Abdo Benítez de traidor y de corrupto.
Es una despiadada lucha de poder que hay que ver hasta dónde escala. De todos modos, se trata de dos sectores que han gobernado juntos en estos años. Lo ha reconocido el candidato a vice de Cartes, Pedro Alliana, quien, a modo de reproche, le recordó al actual presidente que, como titular de la Cámara de Diputados, intervino para salvarlo del juicio político en su contra, en 2021, en medio de una rebelión popular que acorralaba al actual titular del Ejecutivo debido al pésimo manejo de la pandemia y a la corrupción. Alliana también rememoró sus servicios a la hora de habilitar desde el recinto las políticas de endeudamiento que necesitaba el jefe de Estado (La Nación de Paraguay, 17/10).
Otro elemento explosivo de la previa de la campaña fueron las denuncias de Estados Unidos. La Casa Blanca incluyó al vice Hugo Velásquez, hombre del presidente, y al propio Cartes, en un listado de “corrupción significativa”, bajo acusaciones de sobornos y contrabando. Como se ve, golpeó a las dos alas del partido. Velásquez anunció su renuncia a la vicepresidencia, pero después se retractó.
Washington está operando con fuerza para instalar sus reclamos. Según distintas versiones periodísticas (Tiempo Argentino, 16/10; La Política Online, 26/9), aspira a que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército norteamericano participe en la realización de un “plan maestro” de navegabilidad de la hidrovía Paraguay-Paraná, en el tramo guaraní.
Esta arteria, clave para el país, está en el centro de atención, de acuerdo a algunos medios, por otros dos posibles negocios de interés para el Departamento de Estado: la pastera Paracel (una inversión conjunta de 3.200 millones de dólares entre un empresario local y capital foráneo) y un proyecto de hidrógeno verde a cargo de Honeywell UOP, que es una firma estadounidense (LPO, 25/8).
Para completar el panorama, algunos testimonios hablan de un interés norteamericano por establecer una base militar en la Triple Frontera (ídem, 14/8) con Argentina y Brasil. Según estas mismas versiones, Washington vería con preocupación el crecimiento de los vínculos comerciales entre Paraguay y China. Cofco, una compañía del gigante asiático, se ha convertido en uno de los diez principales exportadores de granos del país (ídem).
A todos los efectos, los yanquis no quieren competencia ni intromisiones en lo que consideran parte de su “patio trasero”, y apuntan a mantener disciplinados a los jerarcas colorados. En el mismo sentido, agitan denuncias sobre una supuesta presencia del grupo libanés Hezbollah –considerado terrorista por Estados Unidos- en la Triple Frontera para marcar la cancha y evitar cualquier aproximación.
La “opo”
La oposición guaraní se ha aglutinado mayoritariamente en una Concertación que lidera el Partido Liberal. En la interna de este conglomerado competirán seis precandidatos (el liberal Martín Burt, del Movimiento de la Victoria; el también liberal Efraín Alegre; Sebastián Villarejo -Patria Querida-; Herminio Ruiz Díaz, del Movimiento siglo 21; Hugo Portillo, demócrata cristiano; y Hugo Fleitas, de Nuevo País).
El Frente Guasú, del expresidente Fernando Lugo, cuya candidatura a senador está en duda debido a problemas de salud (se encuentra internado en Buenos Aires), se dividió. Inicialmente, propuso a la senadora Esperanza Martínez como candidata presidencial, pero fue ignorada por los liberales. Peor aún, el Frente no logró tampoco una candidatura a vice. Y aunque, aun así, Martínez decidió mantenerse dentro de la alianza, otros partidos la abandonaron y se sumaron a la candidatura de Euclides Acevedo (Nueva República), un exministro del Interior y de Relaciones Exteriores de Abdo Benítez que compite por fuera de la Concertación. El médico y senador Jorge Querey, del Guasú, es el compañero de fórmula de Acevedo.
Tanto los dirigentes del Guasú que se quedaron dentro de la Concertación como los que rompieron, han terminado a la cola de la política tradicional.
Legado
Abdo Benítez dejará como saldo un aumento de la pobreza, la deuda y el crimen organizado. Según denuncias de la fracción colorada disidente, la pobreza creció y la deuda casi se duplicó (La Nación, 15/10). En cuanto a la criminalidad, una Comisión Bicameral de Investigaciones del Senado sobre lavado de dinero ha concluido que el país es un “corredor logístico de la criminalidad internacional” (ABC Color, 18/10), marcado por el tráfico de armas y drogas. El informe sugiere investigar a las Aduanas, la Armada y la Policía “por formar parte del esquema de protección del contrabando”.
Frente a esta podredumbre, se vuelve fundamental el desarrollo de una alternativa política independiente de los trabajadores y los campesinos.
Gustavo Montenegro
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