Se trata de un intensa campaña del Partido Obrero para fortalecer la lucha de los trabajadores contra la política oficial de ajuste y ataque a las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población. La presencia en los actos de los representantes de las luchas más destacadas del último tiempo, como son las de los obreros del neumático, del movimiento piquetero independiente, de la lucha educativa, etc., le han dado un gran atractivo a los actos del PO y se convierten en un punto de referencia para quienes quieren enfrentar esta grave situación. El compromiso y la acción del Partido Obrero en esas luchas explican también la masividad de los mismos.
El acto se realiza apenas unos días después que en la Cámara de Diputados se aprobó holgadamente el presupuesto 2023. Los 180 votos afirmativos revelan el compromiso del conjunto de los políticos capitalistas con el ajuste dictado por el FMI. El presupuesto fue escrito por Kristalina Georgieva y habilita la reducción de partidas presupuestarias claves como educación, salud y ayuda social. Como desarrolla Néstor Pitrola en el editorial de esta semana esta coincidencia en seguir fielmente las exigencias del Fondo es una de las principales razones de la disgregación del oficialismo y, sobre todo, de la oposición. El tratamiento y aprobación del presupuesto acentuaron la crisis política que envuelve a las dos principales coaliciones.
El presupuesto votado es un compendio de medidas antiobreras y antipopulares. Para las deudas que Edenor, Edesur, y otras distribuidoras de energía eléctrica tienen con Cammesa el presupuesto habilita que se paguen con aumentos de tarifas (por encima de lo planificado y de la inflación). Lo aprobado para niñez y discapacidad presagia una catástrofe, en un país donde el 75% de los chicos de hogares pobres no desayuna. Mientras, votaron para las escuelas privadas exenciones impositivas. A la salud privada (prepagas) el gobierno les habilitó en un año el ¡114! de aumento, lo que está produciendo una crisis en todo el sistema de salud.
El gobierno amenazó con poner límites a algunos privilegios como las gastos financieros (eximiciones de impuestos a capitalistas) pero no pasó nada. Se colocó el artículo para que los jueces pagaran ganancias sin ninguna voluntad de que prosperara, por eso no aceptaron el planteo del Frente de Izquierda de dejar afuera del impuesto solo a los trabajadores judiciales.
Reconociendo la gravedad de la situación social, la ayuda se restringe. El reclamo del bono de $ 45.000 para la indigencia saturó la página y las dependencias de la Anses mostrando el derrumbe social, sin embargo las limitaciones para poder acceder al mismo dejan afuera a la inmensa mayoría de los indigentes. Ferraresi, a cargo del ministerio que se ocupa de la vivienda, renunció en el marco de la estampida de ministros que abandonan el gabinete, y el saldo es que la situación habitacional es más grave que antes que asumiera. Hoy se cumplen dos años del brutal desalojo de Guernica, ejecutado por el trío Berni-Larroque-Kicillof: a pesar de los “compromisos” adoptados en ese momento ni un terreno dieron a los miles que reclamaban un pedazo de tierra para vivir.
La conciencia de que todo va a profundizar los ataques a los trabajadores la dio Macri en la presentación del libro Para qué cuando dijo que estaba preparado para los piedrazos, en alusión a la rebelión popular contra sus proyectos de reforma laboral y previsional en diciembre de 2017.
Seguramente, como la toda clase capitalista y sus políticos, tomó nota de que esto no se aguanta más y que los trabajadores no están “pintados”. Mientras se aprobaba el presupuesto, los médicos residentes y concurrentes de CABA declaraban el paro por tiempo indeterminado y ganaban la calle con multitudinarias marchas. Una aguerrida lucha. Los trabajadores del Hospital Garrahan, dependiente de Nación, después de las jornadas de lucha de la semana anterior anunciaron un paro para el 1 de noviembre.
Mientras Yasky votaba el presupuesto del ajuste, la docencia de Buenos Aires, la provincia que gobierna el ultracristinista Kicillof, convocada por la Lista y los Sutebas Multicolor realizaba un parazo de 48 horas, pasándole por encima a Baradel, el socio del diputado y dirigente nacional de Ctera.
El viernes la Unidad Piquetera salió a la calle en todo el país contra las exclusiones que dejan a los desocupados fuera del bono de $ 45.000.
Los actos del PO están al servicio del impulso y organización de las luchas de los trabajadores contra una situación insostenible y para dar una salida socialista al rechazo masivo a este régimen de hambre, entrega y ajuste. Esta es la estrategia que debe adoptar la izquierda, y en particular el Frente de Izquierda, para que la clase obrera pueda desembarazarse del peronismo e imponga con los métodos de la lucha de clases los reclamos más sentidos de la población y prepare por esa vía las condiciones para un gobierno de los trabajadores. Ese es el Frente de Izquierda que necesitamos.
Buen domingo.
Eduardo Salas
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