En la sesión del 24 de noviembre en el Congreso hubo un homenaje por el fallecimiento de Hebe de Bonafini. José Luis Espert, diputado por Avanza Libertad, utilizó el momento para desarrollar críticas a planteos, acciones y posiciones de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, todo esto sin reivindicar el papel de Bonafini en la lucha contra la dictadura y la impunidad. Lo cual es un impulso del negacionismo y la defensa del accionar genocida de la última dictadura militar.
La negación o relativización del plan de exterminio ha cobrado fuerza en todo un sector de los políticos capitalistas con la intención de “blanquear” a las fuerzas armadas para su intervención plena en la vida política. Por eso va acompañada a menudo de la “teoría de los dos demonios”, que pretende colocar en un mismo plano el terrorismo de Estado y la acción de los grupos guerrilleros, y que escamotea el verdadero propósito de la dictadura, que era eliminar físicamente una generación de luchadores obreros y juveniles para preservar la dominación del gran capital, los intereses que Espert defiende.
Los planteos de Espert hay que verlos en contexto: vienen de la mano de quien reclama enfrentar la lucha popular mediante represión e incluso meter presos a los activistas y los luchadoreses, en el marco de una persecución al activismo bajo los distintos gobiernos democráticos
El discurso negacionista encuentra su fuerza en la impunidad. Es el resultado de un aparato que se recicló bajo la democracia y se benefició con las leyes de Obediencia Debida, Punto Final y el indulto. La enorme lucha de familiares y organizaciones de Derechos Humanos ha logrado llevar al banquillo a algunos represores, pero muchos de ellos han muerto en la impunidad y el 65% de los condenados está bajo prisión domiciliaria. La clase social que impulsó el golpe, la burguesía, nunca fue juzgada.
En su intervención, la diputada Romina Del Plá dijo: “Hebe fue en la década del 70 un emblema de la lucha contra la dictadura, cuando muy pocas organizaciones se levantaban para luchar por ello, en las rondas y lo que luego sería la Marcha de la Resistencia (como sí estuvo el Partido Obrero). Mientras unos apoyábamos la lucha contra la dictadura, por la aparición con vida, las organizaciones que se iban formando, otros se dedicaban a hacer negocios y amasar fortunas en plena dictadura, aportarle intendentes para darle cuerpo a la dictadura”.
Sobre los liberfachos: “Este recinto está lleno de negacionistas: que niegan no solo la represión ocurrida durante la dictadura, los 30.000 detenidos desaparecidos, los asesinatos de la triple A. Ha sido clave la movilización popular y el acompañamiento que hemos realizado todos los que no dudamos desde el primer momento”.
Es claro que se busca instalar una agenda represiva contra los luchadores en tiempos donde el pacto con el FMI traerá profundos choques entre el Estado y las masas que no están dispuestas a cargar nuevamente el peso de la crisis capitalista en sus espaldas. Años atrás rechazamos el 2×1 macrista, que favorecía la libertad de los genocidas enjuiciados. Antes, bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, repudiamos la designación del exgenocida César Milani al frente del ejército. La careta de “liberal” y “rebelde” de Espert se cae constantemente. En esta ocasión eligió de enemigo al movimiento de derechos humanos y a la población democrática en general que desde hace años condena el terrorismo de Estado, y lucha contra la impunidad de ayer y hoy, mal que le pese al facho de Espert.
Camila Michel
No hay comentarios.:
Publicar un comentario