El trabajo hace un énfasis especial en el hecho de que los índices de pobreza y de desigualdad actuales son mayores a los del año 2019, cuando todavía no había irrumpido el coronavirus. En 2021, la tasa de pobreza en América Latina fue de un 32,3%, porcentaje que se encuentra medio punto por debajo del índice de 2020; la tasa de pobreza extrema, por su lado, fue de un 12,9%, casi similar a la del año anterior.
A fines de 2022, según la Cepal, la pobreza podría alcanzar a un 32,1% de la población (201 millones de personas), y la pobreza extrema a un 13,1% (82 millones), superando la marca del año anterior. “Estas cifras implican que 15 millones de personas adicionales estarán en la pobreza con respecto a la situación previa a la pandemia y que el número de personas en pobreza extrema será 12 millones más alto que el registrado en 2019”, señala el informe.
Los índices de pobreza e indigencia en cuestión, asimismo, han crecido respecto a los de 2014; en el primer caso, la suba ha sido de 4 puntos; y en el segundo sería de 5 puntos, teniendo en cuenta el pronóstico de indigencia para 2022. Entre el 2010 y el año en curso, la pobreza se ha mantenido -según el informe- más o menos en los mismos niveles, con una tendencia ascendente.
Al interior de este universo de personas, la pobreza afecta a más del 45% de la población infantil y adolescente, y con una particular virulencia a las mujeres, a la juventud, y a los sectores indígenas o afrodescendientes.
A su vez, el informe destaca la crisis educativa que reina en el continente; en 2021, en 8 de 12 países de la región, más de la mitad de los menores de 18 años no tenía conectividad.
Ofensiva capitalista
El parate que trajo consigo la aparición del coronavirus en el mundo agudizó contradicciones sociales y económicas que venían desarrollándose con anterioridad, con la economía capitalista toda dirigiéndose entonces hacia una recesión. En 2022, la guerra en Europa y el aumento de la inflación agravaron la situación económica global. Para América Latina, la Cepal ha revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento del PBI para el 2023 (de un 3,3% a un famélico 1%). Entretanto, el peso de la deuda externa en los países latinoamericanos es bastante considerable.
Los gobiernos capitalistas de América Latina son responsables del crecimiento de la pobreza, del incremento de la desigualdad social, y se han valido del impacto del coronavirus para avanzar en una ofensiva mayor contra los trabajadores (reforma laboral, previsional), que a su turno desató rebeliones y movilizaciones populares.
Argentina
En Argentina, la pobreza envuelve casi a un 37% de la población y la indigencia a casi un 9%, según cálculos oficiales. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que estos datos están distorsionados, toda vez que los informes que estudian el problema no se realizan sobre la totalidad de la población del país. De todos modos, la pobreza en Argentina supera la media que expuso el análisis de la Cepal.
El gobierno del Frente de Todos está desarrollando un fortísimo ajuste contra los trabajadores, al servicio del FMI, con el apoyo de la oposición patronal. El recorte de los presupuestos de salud y educación, la rebaja del salario, la reforma previsional reaccionaria implementada en 2020, y la entrega de los recursos del país al capital financiero son una prueba de esto.
La situación plantea la necesidad de que los trabajadores de América Latina se unan en la lucha contra los gobiernos capitalistas.
Nazareno Kotzev
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