Cientos de miles se movilizaron este domingo 13 en Madrid contra un plan del gobierno regional que encabeza Isabel Díaz Ayuso (del Partido Popular) y da una nueva estocada a la salud pública.
650 mil personas ganaron las calles, según los organizadores, en una de las manifestaciones más grandes que se recuerden en los últimos años en el país. Y, a regañadientes, autoridades regionales reconocieron que como mínimo hubo 200 mil almas movilizadas.
La rebelión en salud fue desatada por un plan de reapertura de los centros de urgencia extrahospitalaria en la Comunidad de Madrid, pero con menos personal. Los 37 centros que funcionaban en la capital española y su periferia habían sido cerrados durante la pandemia, lo que recargó la atención en los hospitales.
Los profesionales del sector reclamaban la reapertura, pero Ayuso se vino con un ataque bajo el brazo, porque en muchos de esos centros (en los que habitualmente había como mínimo un galeno, enfermero y celador) no quiso poner médicos, reemplazándolos por consultas virtuales. Inicialmente, inclusive, quería reabrir solo una porción de los centros, medida en la que debió recular.
La telemedicina, no como asistente, sino como sustituto de la atención presencial, explican los trabajadores, implica un retroceso en la atención de los pacientes.
La puesta en marcha del plan, además, fue caótica, porque estuvo acompañada de traslados intempestivos y cambios de horario de los profesionales, lo que llevó a renuncias y bajas masivas de personal. Así, el debut del plan Ayuso fue con numerosos centros directamente cerrados.
Los trabajadores reclaman que se dé marcha atrás con una iniciativa desastrosa que es funcional al desmantelamiento de la salud pública y su privatización. “Por una sanidad 100 por ciento pública, universal y de calidad”, es la consigna.
Desde el lunes 7, el sindicato médico Amyts se encuentra en huelga general y podrían plegarse nuevos sectores. Muchos profesionales denuncian también la sobrecarga laboral, la interminable lista de pacientes y el poco tiempo que le pueden dedicar a cada uno.
Ayuso encabeza un gobierno de ataque generalizado contra los trabajadores. Cuenta con el respaldo de la ultraderechista Vox, la amiga del argentino Javier Milei.
El gobierno central, liderado por Pedro Sanchez (Psoe), e integrado también por Unidas Podemos, criticó a la titular de la Comunidad de Madrid y expresó su apoyo a los trabajadores. Pero la política sanitaria de su administración no pasó la prueba de la pandemia, bajo la cual demoró y regateó las medidas de aislamiento y prevención necesarias, en función de los intereses de los grupos empresarios. Asimismo, para el presupuesto 2023, la sanidad tiene un aumento nominal del 1,4% (Redacción Médica, 4/10), pero la inflación pronosticada es del 4,8%.
La independencia política de todos los gobiernos es el mejor camino para defender la salud pública.
La “marea blanca” española se da en simultáneo con la “marea blanca” de residentes y concurrentes en Buenos Aires por un aumento salarial. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta, es afín a las ideas de Ayuso.
Viva la lucha de los trabajadores de la salud, en Argentina y España. Vamos por su victoria.
Gustavo Montenegro
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