Esta misma semana, un tribunal rechazó el pedido de excarcelación anticipada del cura Grassi, otro violador de menores en su época amigo de Menem y protegido hasta el escándalo por la Iglesia y la Justicia durante dos décadas. Los nenes y las nenas son las víctimas sexuales de la misma clase social que los someten al desamparo y a la extrema pobreza. La descomposición de un régimen social afecta a toda la sociedad pero se expresa fuertemente en los círculos del poder, que se sienten impunes.
Pedófilos libertarios
Un juez de Misiones ordenó el miércoles la inmediata detención del diputado provincial libertario Germán Kiczka, acusado de pertenecer a una red de pornografía de menores. La Legislatura lo había desaforado ese mismo día. Sin embargo, la policía misionera no ha podido dar con su paradero y él se dio el lujo de mandar una carta de renuncia al cargo donde, además, anunciaba un viaje a España.
Kizcka está acusado también de publicar y distribuir material de niños de muy corta edad -ninguno aparenta más de 13- en actividades sexuales explícitas. En sus celulares y computadoras se encontraron videos e imágenes que exhibe actividad sexual, incestuosa y zoofilia con niños. Los archivos están clasificados con nombres como “hermana, hermano, sister, brother, madre, padre, familia, niñera, soo/dog”.
El prófugo es dirigente del partido libertario Activar, un sello de La Libertad Avanza en la provincia, y mano derecha de Pedro, el hijo del dirigente peronista y efímero presidente Ramón Puerta.
Kiczka, conocido también como youtuber, producía junto a su hermano Sebastián y su padre videos en un canal llamado "La magia del tío Germán", en los que realizaban trucos y juegos para niños.
En los chats del celular de Sebastián se hallaron conversaciones en las que describía violaciones a niñas y niños muy pequeños y la operatoria sobre cómo los conseguía, incluso entre sus vecinos.
Por el volumen del material y el soporte informático, queda claro que no se trata de una perversión personal ni familiar sino de una red de pedófilos, un negocio de magnitud.
El juez ordenó la detención de ambos hermanos, acusados la distribución de 603 archivos multimedia con contenido de explotación sexual a menores.
En febrero, la Policía Federal allanó el domicilio del padre y el hermano de Kiczka en la ciudad de Apóstoles, sospechosos de integrar una red de pedofilia internacional. En virtud de la operación denominada “Guardianes digitales por la niñez” hay un decena de detenidos en la Ciudad de Buenos Aires y las provincia de Buenos Aires, Misiones y Tucumán.
El revuelo político que se armó en torno a Kiczka también impactó en la figura de Puerta. En varios lugares de Misiones aparecieron volantes con una foto de ambos juntos con la leyenda “Kiczka es Puerta”.
Pedófilos de uniforme
Mientras tanto, esta semana, en Gualeguaychú, procesaron a un exjefe en el Ejército por pedofilia. El mayor Juan Candiotti, ex jefe del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 2, ya se encontraba en prisión preventiva en Paraná por encubrir las violaciones de sus subordinados contra tres mujeres que cumplían el servicio voluntario en el Escuadrón.
En el marco de la investigación por encubrimiento, la Justicia revisó el celular de Candiotti y se encontró con 69 fotos y 249 videos con contenido sexual de niñas y niños menores de 13 años.
Pedófilos con sotana
Otro pedófilo que irrumpió este semana fue el cura Julio Grassi (vale el título porque a pesar de la condena por violar por lo menos a tres niños y adolescentes que estaban a su cargo en la Fundación Felices los Niños, la Iglesia nunca le quitó la condición sacerdotal, si bien le prohibió dar misa).
En su época de esplendor, Grassi se convirtió en un personaje mediático, amigo de la farándula y cura modelo del menemismo. Menem y Cavallo en 1992 le cedieron en comodato un predio de 67 hectáreas que pertenecía al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y le dieron una generosa donación de 5 millones de dólares en 1993. La fundación llegó a tener 52 sedes, alrededor de 400 empleados y asistió a 6.300 chicos en todo el país.
Grassi fue protegido por el poder político, la justicia y el clero. Una primera denuncia en 1991 fue archivada y, aunque se sucedieron varias -de nuevos chicos abusados-, recién en 2009 fue condenado. A pesar de la condena, no fue a la cárcel hasta 2013, cuando la Suprema Corte bonaerense ratificó la pena. En 2014, Grassi volvió a ser noticia esta vez no por abusar de menores de edad, sino por desviar donaciones a la fundación hacia el penal N° 41 de Campana, donde está preso” (Clarín 22/8) .
Grassi, que se recibió de abogado en la cárcel, ejerció su propia defensa vestido de sacerdote. Reclamó la excarcelación anticipada debido a su buena conducta, negó que hubiera cometido algún delito, dijo que no tenía nada de lo que arrepentirse e hizo un encendido elogio de sí mismo: “Yo he militado como sacerdote y con acciones en barrios populares contra todo tipo de maltrato frente a los niños y adolescentes”.
El Tribunal N°1 de Morón, por unanimidad, denegó el pedido y continuará preso hasta mayo de 2028, cuando se cumplan los 15 años de condena.
“Hoy vimos en vivo a un monstruo. Ya lo dijeron los peritajes. Se comprobó que es la misma persona que dice ser la agraviada, la que su palabra es la única que vale. En 2028 la Argentina va a tener que debatir si hay lugar para liberar a un monstruo y bajo qué condiciones, aun cuando cumpla la pena”, sostuvo Juan Pablo Gallego, abogado de una de las víctimas.
Olga Cristóbal
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