La nueva fórmula sigue perjudicando a los jubilados.
Que la motosierra del gobierno esté siendo financiada principalmente por los jubilados, ilustra cuánto estafó Javier Milei a sus votantes prometiéndoles que el ajuste lo iba a pagar la casta política. Resulta que esta última integra el gabinete gubernamental, mientras los adultos mayores se hunden en la indigencia.
Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el recorte al gasto público en los primeros siete meses del año alcanzó los $22 billones, en comparación con 2023 a precios constantes. El 27% del mismo fue a costa de licuar las jubilaciones y pensiones; el 15% lo aportó el ajuste en obra pública (en detrimento del derecho de la población a acceder a la vivienda y a los servicios esenciales); el 14% obedece al recorte de las transferencias provinciales (de las cuales depende el sostenimiento de la salud y la educación); el 12% a la poda en subsidios energéticos (con su correlato en tarifazos sobre los usuarios); y el 8% al ajuste en salarios estatales.
Como vemos, el gobierno presume un superávit fiscal que obtiene a expensas las condiciones de vida del pueblo, mientras dilapida fondos para el espionaje y el pago de intereses a la banca. De hecho, el peso de estos últimos se agravará tras el traslado de la deuda del Banco Central al Tesoro. Hasta la fecha, el gasto en servicios de la deuda fue de $7 billones, cifra similar a los $6 billones de recorte en jubilaciones.
A todas luces, Milei le mete la mano en el bolsillo a los jubilados para engrosar las arcas de los bancos. Finalmente, los sucesivos gobiernos impulsan fórmulas de movilidad previsional donde los haberes siempre pierden, mientras les conceden instrumentos financieros a los especuladores para que obtengan beneficios asegurados.
El ajuste del que se jacta el oficialismo contribuye al crecimiento de la pobreza y a la recesión económica que estamos viviendo. Es necesario derrotarlo en las calles y construir una salida política que esté guiada por los intereses de las mayorías populares.
Sofía Hart
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