Desde el 7 de octubre, el número de palestinos encarcelados casi se ha duplicado, de 5.192 antes de la guerra a 9.623 a principios de julio, exacerbando el hacinamiento. Más de 4.000 palestinos detenidos están bajo detención administrativa, o sea retenidos indefinidamente sin ser acusados. Muchos son liberados después de semanas de detención sin ningún cargo.
Desde el primer mes de la invasión sionista a Gaza, Sde Teiman, una prisión militar israelí secreta en el desierto del Néguev, ha sido objeto de crecientes denuncias que incluyen el asesinato de un prisionero.
Desde entonces, los informes sobre las torturas en Sde Teiman han aumentado, provenientes de palestinos liberados y de denunciantes israelíes, entre ellos médicos y soldados. Una investigación de CNN en mayo reveló que los detenidos eran inmovilizados y vendados, obligados a sentarse y, a veces, a permanecer de pie toda la noche bajo luces de alta intensidad. Los palestinos heridos son atados a camas, obligados a usar pañales y expuestos al hambre. Los soldados golpean sistemáticamente a los detenidos y un médico denunció que eran obligados a amputar las extremidades de los prisioneros debido a heridas no tratadas por las restricciones establecidas en el penal. Las operaciones son realizadas sin anestesia.
En abril, B'Tselem había presentado una petición para que el Servicio Penitenciario de Israel pusiera fin a "una política de hambre hacia los prisioneros y detenidos palestinos", una forma de tortura que viola el derecho internacional. La petición señala que desde el 7 de octubre, los prisioneros sufren de hambre constante y extrema, y de alimentos de mala calidad.
En mayo, una investigación del portal Intercept descubrió que habían desaparecido cientos de médicos palestinos secuestrados en los hospitales de Gaza que atacó el Ejército de Israel. La investigación incluyó el testimonio de un cirujano que fue golpeado y violado en Sde Teiman.
En junio, un informe del periódico Haaretz, de Tel Aviv, reveló que las Fuerzas de Defensa de Israel estaban investigando la muerte de 48 palestinos detenidos en Gaza; de ellos, 36 había sido derivados a Sde Teiman. Los medios comenzaron a referirse a la prisión como "la Bahía de Guantánamo de Israel". A la Cruz Roja se le ha negado el acceso a todas las cárceles desde el comienzo de la guerra.
Impulsada por el informe de CNN, la Asociación por los Derechos Civiles en Israel presentó una petición ante la Corte Suprema de Israel, en nombre de cinco organizaciones de derechos humanos, solicitando la clausura de Sde Teiman.
Ese mismo mes, el New York Times publicó una investigación sobre Sde Teiman. Varios prisioneros afirmaron que los israelíes los habían torturado con violación anal utilizando una varilla metálica, entre otros abusos.
A fines de julio, se filtró un video de vigilancia desde Sde Teiman. Muestra a soldados israelíes violando en grupo a un palestino maniatado. Lo transmitió la red de noticias israelí Channel 12.
Diez soldados israelíes fueron arrestados por la presunta violación en grupo que terminó con la muerte de su víctima. Otro soldado fue arrestado al día siguiente bajo sospecha de golpear a palestinos detenidos vendados y esposados. El soldado presuntamente se grabó a sí mismo durante el incidente.
Sin embargo, el informe de B’Tselem subraya que Sde Teiman no es la única prisión israelí donde los palestinos son torturados, basándose en años de testimonios anteriores.
Las prisiones militares como Sde Teiman son construidas dentro de bases militares israelíes. Existen separadas de las instalaciones del Servicio Penitenciario de Israel, que son operadas por guardias y funcionarios civiles. Mucho antes del 7 de octubre, se sabía que los guardias penitenciarios en ambos tipos de instalaciones abusaban de los palestinos presos.
El Estado sionista tiene dos estándares legales, uno para los israelíes y otros para los palestinos, que están sujetos a tribunales militares. Las leyes no establecen un plazo para los interrogatorios ni la detención. Una de las formas del apartheid sionista.
El informe de BTselem pide a la Corte Penal Internacional que “investigue y promueva procesos penales contra individuos sospechosos de planear, dirigir y cometer estos crímenes”. Argumentó que “no se puede esperar que los órganos de investigación israelíes” responsabilicen a su gobierno por posibles abusos, ya que “todos los sistemas estatales, incluido el judicial, han sido movilizados en apoyo de estos campos de tortura.”
B'Tselem sostiene que los abusos son parte de una política sistemática destinada a torturar a los palestinos, implementada por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, quien supervisa el Servicio Penitenciario de Israel, y con el apoyo del primer ministro Benjamin Netanyahu y el gobierno israelí.
El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Matt Miller, respondió a la requisitoria periodística con evasivas, reafirmando que “el ejército israelí necesita investigarse a sí mismo”. Estados Unidos ha enviado más de 15 mil millones de dólares a Israel desde el 7 de octubre para financiar la invasión a Gaza.
El Estado de Israel, un enclave imperialista impuesto a partir de la Nakba, la quema de aldeas, cientos de fosas comunes y la expulsión de más de 800.000 palestinos, solo puede sostener a través de la represión y la masacre, del genocidio y la limpieza étnica.
Olga Cristóbal
12/08/2024
Fuentes: The New York Times, Deusche Welle e The Intercept
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