El 24 de agosto, fue detenido por las autoridades francesas el magnate galo-ruso, creador y CEO de Telegram, Pavel Durov, al arribar con su jet privado al aeropuerto parisino de Le Bourguet, procedente de Azerbaiyán.
Según los medios galos, “la justicia francesa considera a Durov involucrado en delitos por varias razones, incluida la negativa de Telegram a cooperar con las autoridades del país. El domingo, el fundador del mensajero podría ser acusado de terrorismo, tráfico de drogas, fraude y blanqueo de dinero. Según el periodista francés Cyril Amursky, el empresario se enfrenta a hasta 20 años de prisión” (Ria Novosti, 25/8).
Pero Pavel Durov no solo tuvo choques con los gobiernos de la Otan. De hecho, la idea de lanzar mensajes cifrados se le ocurrió después de sufrir una gran presión por parte de las autoridades rusas mientras trabajaba en VKontakte, la versión rusa de Facebook que él fundó. Luego de esos choques con el Kremlin, el magnate se radicó en Dubai.
Tras la detención,el ex oficial de inteligencia estadounidense Edward Snowden, asilado por el Kremlin tras filtrar a Julian Assange miles de cables secretos de Estados Unidos para su publicación Wikileaks, dijo que el arresto del fundador de Telegram “es un ataque a los derechos humanos fundamentales de la libertad de expresión y de asociación”.
Respecto a la finalidad de la detención, Snowden manifestó que le “sorprende y entristece profundamente que (el presidente francés Emmanuel) Macron se haya rebajado al nivel de tomar rehenes como medio para obtener acceso a comunicaciones privadas”.
Otro que se sumó al pedido de libertad de Durov fue Elon Musk, a través de su cuenta de X (la red social de la que es dueño), donde también conjugó críticas al gobierno francés por lo que caracteriza un accionar autoritario.
Víctima de una guerra de servicios de inteligencia
En una entrevista que Durov le dio al periodista derechista estadounidense Tucker Carlson en el mes de febrero, el CEO de Telegram dijo que agentes del FBI se habían contactado con ingenieros de su plataforma para coordinar un punto de ingreso trasero al cifrado del Messenger de Telegram. Claramente, dicha aproximación de inteligencia del FBI no llegó a buen puerto.
Por su parte, el Kremlim ha pegado el grito en el cielo y ha solicitado a Francia ofrecer servicios consulares a Durov, pero de momento las autoridades rusas afirman que no han logrado establecer contacto al respecto con las autoridades francesas.
Es que, más allá de las desavenencias del pasado reciente, Durov estableció en el mes de julio ciertos acuerdos con el gobierno ruso, así como había otros en danza acerca de la creación de un registro de blogueros que tengan más de mil seguidores (Business Petersburg, 19/7). Asimismo, versiones de medios pro-Otan han informado que se habría producido un encuentro (no confirmado) del gobierno ruso con Durov en Azerbaiyán, en el reciente viaje de Putin a Bakú.
En otro extremo, medios franceses y la DW (agencia de noticias estatal alemana) informaron que los investigadores se vieron sorprendidos por el arribo de Durov a París, dado que tenía en su contra una orden de aprehensión. Por eso, y más allá de que la cadena norteamericana CNN comentó que a pesar de esta orden de arresto Durov visitaba con frecuencia distintos países de Europa, lo cierto es que la situación daría para empezar a barajar distintas hipótesis acerca del viaje.
Así, de momento, caben tres posibilidades: una entrega pactada, una captura cantada por los servicios de inteligencia azerbaiyanos o bien, un viaje descubierto por servicios franceses que operan en Bakú.
Un burgués que vio una veta en el mercado
“La humanidad necesita una plataforma neutral como Telegram que respeta la vida privada y la libertad de las personas (…) En realidad, no importa si Telegram es usada por la oposición o el partido en el poder. Las reglas son iguales para todas las partes. De esa forma, somos imparciales”, aseguró Dúrov en la entrevista con Tucker Carlson (Infobae, 25/8).
Con este negocio del respeto a la “vida privada”, en agosto, Durov “entró por primera vez en la lista de las personas más ricas del mundo: el Índice de multimillonarios de Bloomberg (BBI), donde se le clasifica como ciudadano ruso. En el ranking BBI, Durov ocupó el puesto 279 entre 500 y su fortuna se estimó en 9,15 mil millones de dólares” (Business Petersburg, 25/8).
Ciertamente, en un mundo donde la totalidad de plataformas digitales (Google, Meta, Starlink, etc.) forman parte de la guerra imperialista y están bajo el control de la CIA, FBI y los distintos servicios de inteligencia de la Otan, un servicio de mensajería encriptado que impide el espionaje sistémico de las agencias de inteligencia sobre las comunicaciones de los ciudadanos, genera un atractivo concreto en el mercado.
Así, Telegram, “que fue lanzada oficialmente en 2013, roza ya los 1.000 millones de usuarios mensuales -350.000 nuevos clientes se apuntan diariamente-, lo que la convierte en una herramienta de alcance global” (Infobae, ídem). No hay filantropía alguna en Durov, sino que los mensajes encriptados son la mercancía que Durov ofrece en el mercado y que debe cuidar junto a su reputación.
Si en el pasado Durov fue vitoreado por la prensa de la Otan por la utilización de su plataforma en distintas revoluciones de colores en países bajo la influencia de Rusia o no alineados con Washington, ahora, con el papel desempeñado por Telegram en África para la expulsión de Francia, o haberse convertido en el mayor difusor de los crímenes de guerra y de lesa humanidad del Estado de Israel en la Franja de Gaza, Telegram se convirtió en una piedra en el zapato para la Otan.
Consecuencias bélicas
Yendo un poco más a fondo con el análisis, vemos que el arresto de Durov también tiene serias implicancias en la guerra imperialista en Ucrania. Es que Telegram “es el principal mensajero de la guerra actual. Esta es una alternativa a las comunicaciones militares cerradas. Probablemente, a partir de hoy, la cuestión de la creación de un mensajero militar para nuestro ejército esté adquiriendo una importancia vital” (Rybar, think tank ruso con vinculaciones con FSB, Servicio Federal de Seguridad, los servicios secretos de Moscú).
En la guerra, Rusia todavía tiene enormes problemas con las comunicaciones en el terreno y a nivel operacional. Telegram fue un gran parche. De hecho, en gran medida, las recientes purgas en el Ministerio de Defensa ruso se enfocaron en la corrupción en materia de comunicaciones (también en el área de logística).
Conclusiones
Visto que acceder al cifrado de Telegram representa un botín de importancia, pareciera que Durov enfrenta dos escenarios posibles: llegar a un acuerdo con los servicios franceses y de la Otan a fin de recuperar una libertad tutelada, o bien resistir y pasar una eterna temporada en las mazmorras.
Termine como termine este suceso, la Otan sumó un punto fuerte en su guerra con Rusia. Y, para desgracia de Durov, tras el importante intercambio de detenidos reciente entre Estados Unidos y Rusia, el Kremlin no tiene a alguien del perfil del CEO de Telegram para negociar un nuevo intercambio.
A la luz de todo este episodio, queda claro que, en la época del imperialismo, signada por las guerras y la degradación social, la libertad de expresión y el derecho a la privacidad solo son viables mediante la revolución social que lleve a la clase obrera al poder.
Facundo Miño
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