Pero también en este intento por confundir al pueblo venezolano y engañar a la opinión pública mundial han tenido relevancia otras telefonías móviles, en la que ha jugado un papel desestabilizador la figura de Elon Musk, quien lo mismo se disfraza de altruista, que se convierte en vocero de Donald Trump, Javier Milei y otros entes deleznables de la ultraderecha.
Todo se desenvuelve en un contexto desinformativo que trasciende los más altos niveles, embarrando a tirios y troyanos, a los dos bandos que se disputan regularmente el poder en Estados Unidos, y que tiene su antecedente notorio en la política imperialista para defenestrar a la Revolución Cubana.
No hay nada inventado, todo está en el sitio web de la ultraconservadora Heritage Foundation acerca de la reunión de hace once años en Washington a la que asistieron Jared Cohen, director de Google Ideas; el senador Marco Rubio, el director del Buró de Transmisiones hacia Cuba, Carlos García, y el ex secretario de Estado Roger Noriega, además de otros muchos personaje directivos y participantes en compartir “sus ideas de como Internet puede contribuir al deseado progreso de Cuba”, descrito en el Plan Bush “para una Cuba libre” y una política aún vigente “para cambiar el régimen”.
Google bueno, Google malo
Google comenzó como parte de la cultura californiana de estudiantes graduados alrededor de la zona de la Bahía de San Francisco. Pero a medida que creció se encontró con grandes obstáculos para su expansión. Así que comenzó a hacer lo que grandes compañías hacen, desde Coca Cola hasta Northtrop Grumman: apoyarse en el Departamento de Estado, con lo cual llegó a gastar más dinero que Lockheed Martin en cabilderos pagados en Washington.
Cohen, el ya mencionado directivo de Google Ideas, trabajó directamente en el Departamento de Estado y fue un asesor cercano de Condolezza Rice y Hillary Clinton.
Documentos publicados en WikiLeaks confirman que Cohen estuvo implicado en misiones secretas en Azerbaiyán. En correos electrónicos internos, Fred Burton, funcionario del Departamento de Estado, describe a Google de la siguiente manera:
“Google está recibiendo de WH (Casa Blanca) y del Departamento de Estado apoyo y cobertura aérea. En realidad, ellos están haciendo las cosas que la CIA No puede hacer… (Cohen) se va a poner a sí mismo secuestrado o asesinado. Podría ser lo mejor que puede pasar para exponer el papel encubierto de Google en los levantamientos espumosos, para ser franco”.
Los cables de WikiLeaks revelan también que Cohen, antes de trabajar para el Departamento de Estado, estaba en Afganistán tratando de convencer a las cuatro empresas de telefonía móvil afganas para desplazar sus antenas a bases militares de Estados Unidos. En El Líbano trabajó secretamente para establecer, en nombre del Departamento de Estado, un “tanque pensante” para combatir al Hizbullah.
Que Google estaba tomando dinero de la Agencia Nacional de Seguridad a cambio de la entrega de datos de las personas no es sorpresa.
Y es que cuando se encontró con el gran mundo malo, Google se hizo grande y malo.
Arnaldo Musa / Cubasí
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