Conocí Barcelona, en abril de 1964, a donde desembarqué despues de un largo viaje trasatlantico en el pequeño vapor Virginia de Churruca tomado en Cartagena y cuyo tiquete, que aún conservo, le costó a mi madre la importante suma de 110 dólares de aquel entonces . Había ido en plena adolescencia a la España Franquista (y olé), a estudiar medicina, despues de que el politico Lauranista (falangista) Sorzano Gonzalez , embajador colombiano en Madrid y amigo de mi padre, convenciera a mi madre de todos los beneficios que ello implicaba.
Barcelona era un puerto activo, pero melancólico y a pesar de ser la región mas desarrolada de aquella España, se veía la miseria del franquismo y se sentía el peso agobiador de la represión y de la vigilancia policíaca de la ”gris-tapo” ejercida a traves de porteros, vendedoras de claveles, serenos y millones de empleados. Acorralado, pronto tomé el tren hacia el pomposo Instituto de Cultura Hispanica de Madrid, instancia coorparitiva del nacuional catolicismo, encargada de impulsar su idea pseudocolonial de ”una comunidad Ibero- americana”. Aún no éramos ”sudacas”. Tríamos dólares, eramos bien venidos, y felices nos llamában ibero-americanos. Algo así como la idea que hoy promueve el escritor Saramago, a nombre del grupo Trasnacional de telecomunicaciones español que financia a su esposa.
Tuve la inmensa fortuna de volver 40 años despues, invitado por el dierctor de la Escuela de Paz de Barcelona, Vicenç Fisas, a varios eventos que esa institución ha desarrollado en sus claustros en favor de la paz para Colombia, y constatar los cambios tan radicales que ha tenido en este lapso, Barcelona la bona. Hoy probablemente la mas abigarrada, cosmopolita y ”multiKulti” de toda Europa. Caminar por cualquiera de sus ramblas, paseos, bulevares o sus playas, es como estar en un gigantesco teatro vivo al aire libre, por donde desfilan cada segundo millares de actores y actrices de todos los ropajes, hablando todos los idiomas.
La ultima vez que estuve, fue la semana del 3 al 5de Mayo del 2007, invitado por la Taula Catalana per la Pau a participar en las quintas jornadas sobre Colombia titulada: Condicions per a un procés de pau, cuando tuve la oportunidad de presentar, el ultimo dia (05. 05.07), la pequeña reflexión personal elaborada para esta ocación titulada : “Esquema para encontrar una Salida Política al actual conflicto colombiano”.
Al día siguiente domingo, orientado por algunos compañeros de infortunio, con quienes comparto exilio y la pasión por los libros, fuimos al mercado más grande de libros viejos que yo haya visto, en la casa de mercado de San Antón. Allí me reencontré con Vargas Vila. Un viejo vendedor republicano, tenía una colección de la obra completa en 55 pequeños libros, de este maestro de las letras colombianas, revisada personalmente por él y editada por Ramón Sopena en 1922. ¡Vaya encuentro¡
Aquel maestro de la rebeldía colombiana en la teoría y en la práctica. Aquel formidable antiimperialista con conocimiento de causa, que nunca se abrazaría por ejemplo con un Clinton. Quien nunca se sentó a manteles con un Rey, mucho menos el de España. Aquel radical a quien “el sátiro del cabrero” como apodó a Rafael Núñez, puso precio a su cabeza y la iglesia mandó quemar sus libros catalogados en el index. Aquel anti-oligarca que nuca hubiera osado besarse en foto pública con un Belisario Betancur. Aquel maestro de escuela y combatiente en las guerrillas radicales de los llanos, quien nunca traicionó sus ideales ni sirvió a dos gobiernos a la vez; estaba ante mi con su “verbo de admonición y de combate” como él mismo lo denominó, para decirme algo que yo había olvidado: Que no hay lucha antiimperialista ni antioligarca en Colombia, que no abreve en sus panfletos. ¡Que es necesario leerlo hoy más que nunca. Con el tamaño que le ha dado el cumplimiento de sus profecías todas cumplidas.
Estamos de acuerdo con Marcelo Colussi (Vigencia del Marxismo Argenpress.info 08.08.07) cuando plantea que no son solo las frías leyes de la plusvalía y la lucha de clases, o la lucha sin cuartel por el Poder a secas. Que también hay en el Marxismo una dimensión ética, moral, e incluso artística que se debe recuperar y asimilar en su corpus revolucionario como lo enseñó el amauta Mariátegui. Y por esa razón trascribo unos párrafos finales del Libro de Vargas Vila; palabras de admonición y de combate escritos en 1921, que muestran como si fuera hoy la gangrena moral que corroe a Colombia:
….”Porque de agotamiento en agotamiento, de falta en falta fueron ciegos al abismo. Porque mandamiento tras mandamiento, gloria tras gloria, heroísmo tras heroísmo, todo lo violaron y lo olvidaron todo. Porque sometidos fueron, y dóciles se prestaron a la sumisión y al yugo del amo mercenario que encadenó su cobardía. Porque vencidos fueron hasta en el corazón protervo y de su vencimiento hicieron gala, y de sus coyundas fingiéronse diademas, y rieron y gozaron de la servidumbre, como esclavos ebrios, que huelgan en jocundia, para diversión del amo.
Porque deshonraron la esclavitud amándola y fueron voluptuosos al azote y pobladores del espanto, hicieron concierto con la cadena, y acuerdo con la muerte, para esperarla en jolgorio y alegría, felices de ser hollados. Porque con labios tartamudos, elogiaron la iniquidad y en lengua extraña insultaron la virtud y verbo de servidumbre fue su verbo……Porque en sus manos florecieron las rosas monstruosas de la adulación cuando los amos vinieron. Porque como hembras de serrallo, se afanaron en tejerles coronas y se tendieron ante ellos para ser violados…... Porque hicieron ídolos de los hombres, y adoraron la esclavitud. Por eso heridos han sido los pueblos de la América:
¡Heridos de gangrena moral ¡ ¡ Y mueren de ella!”
Alberto Pinzón Sánchez/ANNCOL
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