Uribe, "¡El Genocida Nacional!"

No es casual que el Pentágono eligió a Ecuador como campo de batalla en la mañana del 1° de marzo. Dos días antes, el jueves 28 de febrero, la Comisión 9ª de la Asamblea Constituyente del Ecuador, encabezada por la diputada María Agusta Calle, aprobó un inciso que eleva al rango constitucional la prohibición de tropas extranjeras en el territorio ecuatoriano. Y en el 2009 se vence el contrato de la base militar en Manta, ocupada por tropas estadounidenses; lo cual significa que el Pentágono pierde una posición geográfica en la línea ecuatorial de una importancia estratégica sumamente alta por sus planes imperiales en América Latina.

“AUV es igual de AUC”, canta el joven grupo colombiano y rockero “Furibundo” en la canción “ Mancuso, te Acuso”. Los excelentes músicos-políticos resumen el panorama colombiano y el tema del paramilitarismo así; Uribe es el padrino del genocidio paramilitar y del Terrorismo de Estado en Colombia.
Pero el presidente colombiano está volteando la torta. Hábil, como es, a la hora de echar cortinas de humo con la asesoría de su mano derecha, José Obdulio Gaviria, primo hermano del excapo del Cartel de Medellín, Pablo Escobar. Uribe dice que va a demandar al presidente venezolano ante la Corte Penal Internacional. Uribe acusa Chávez por haber entregado 300 millones de dólares a la guerrilla de las FARC. Y también por haber enviado 50 kilos de uranio a la guerrilla. Cosa extraña por que lo que necesita la guerrilla no es un bulto de un material complicadísimo sino misiles antiaéreos para derribar los aviones de USA. Igual como hicieron los vietnamitas cuando los soviéticos enseñaron y entregaron los excelentes SAM-20 para que el pueblo vietnamita, de una vez por siempre, derrotara a los genocidas yankies y conseguir la anhelada paz. Una tarea que se cumplió el 30 de abril de 1975, cuando los gringos se escaparon con la cola entre las piernas de su embajada. Derrotados, abordaron sus monstruosos buques de hangares después de haber asesinado más de dos millones de vietnamitas.
URIBE está solo, nadie lo quiere en el mundo, pero Bush y el Pentágono pueden usarlo un tiempo más para sus planes estratégicos en América Latina. Es el mismo Uribe que fue colocado por el Departamento de Defensa en la famosa lista de 103 individuos que estaban al servicio del narcotraficante más violento que ha conocido el mundo: Pablo Escobar Gaviria.
Los periodistas que hemos tenido el atrevimiento en Colombia de recordarle al mandatario paisa sobre ese hecho y sus vínculos con el paramilitarismo, nos hemos visto obligados tiempo después a dejar Colombia, ahogados en amenazas de muerte por las “Redes de Informantes y Cooperantes” de Uribe o de su propia Policía Política Secreta, DAS. Pero el “No. 82” de esa lista está para siempre impregnado en el frente de uno de los latifundistas con más tierra en Colombia.
Las “pruebas” de Uribe y del Pentágono son unos “laptops” que supuestamente se salvaron de dos bombardeos en la mañana del 1° de marzo. ¿Quién lo cree? Pero no es necesario que alguien lo crea mientras tenga el apoyo de Bush. Las pruebas ya están y punto, no es necesaria más discusión y mucho menos investigar esos “laptops”. Uribe, como Rice y la oposición venezolana, exigen ahora que el ministro Ramón Rodríguez Chacín, hombre clave en las dos liberaciones unilaterales de rehenes civiles en poder de las FARC, y el presidente Chávez, expliquen y demuestren que son inocentes. Es decir, se invierte la carga de la prueba: A usted no le deben demostrar que es culpable sino que es usted quien debe demostrar que es inocente. Semejante procedimiento judicial, sólo puede existir en cerebros enfermos (bueno, Bush, Rice y Uribe los tienen). Nadie en América Latina lo cree cuando Uribe voltea toda la responsabilidad por su acción de guerra contra Chávez o contra el hermano país del Ecuador.

COMPUTADOR BLINDADO POR PGP

¿Y las “computadoras guerrilleras”?
En Estados Unidos está prohibido el programa de encriptación PGP del antiguo sistema operativo DOS. Es imposible de desencriptar los archivos si están encriptados con PGP- DOS. En Estados Unidos sólo permiten el PGP basado en el sistema operativo del Bill Gates; Windows, cuyas llaves de la encriptación está guardado en el Pentágono.
Emisarios estadounidenses del Pentágono han hecho varias giras por los países europeos para presionar a los gobiernos de prohibir el PGP-DOS, pero sin resultado. La razón es sencilla. El PGP no solamente tiene una protección para la guerrilla colombiana o cualquier resistencia popular en sus comunicaciones militares, sino también un carácter comercial.
No importa si los industriales europeos entregan las llaves del programa de encriptación de Bill Gates en el Banco Nacional para proteger los secretos de sus empresas si los mismos gringos pueden desencriptar aquellos secretos y favorecer a los capitalistas estadounidenses. Los europeos no son tan “chuecos” para prohibir el PGP-DOS. Para ellos, como para los capitalistas gringos, lo más importante son las ganancias de sus empresas ante la supuesta “lucha contra el terrorismo internacional” que no es una cosa más que un desvío.
RAÚL REYES Y SU antigua radio operadora, Eliana (con más de 30 años en las FARC), me dieron unas clases de cómo se encripta los documentos elaborados durante el día en el campamento. Vi a Raúl Reyes diariamente quemar documentos de papel “por si acaso el enemigo nos sorprende”, me comentó con una sonrisa pícaro un día cuando ya había hecho una pequeña brasa al lado de su “oficina”.
¡Y así es! Y lo sabe cada militar que ha trabajado en comunicaciones. Y en la guerrilla, pues también, como no. Entre el Secretariado y sus Bloques se encriptan las comunicaciones. Lo mismo hacen los Frentes cuando envían sus reportes al Bloque que pertenecen. Llegado el documento es desencriptado por la radio operadora de onda corta que es un duro trabajo que toca repetirse cada vez que la radio no intercepta la comunicación bien. Puede ser por eso que el ejército esta distorsionando las comunicaciones o es que será por otros motivos. Pero sí. En el computador de Raúl Reyes no se archivaban “cartas de amor” o cartas de agradecimiento de Chávez por haber recibido cien millones de pesos colombianos hace 15 años cuando estuvo encarcelado en Venezuela por el levantamiento militar del 4 de febrero del 1992. No puedo descartar nada, pero estoy convencido que todos los documentos delicados estaban encriptados para que no se revelara el contenido.

EL GENOCIDIO POLÍTICO-SINDICAL

El verdadero genocida hay que buscarlo en la hoja de vida del Estado Colombiano. Si un movimiento político como la Unión Patriótica (UP) hubiese existido en Cuba o en Venezuela con el saldo de cinco mil de sus mejores cuadros asesinados por un Estado en un genocidio político, la invasión norteamericana habría sido un hecho de hace años. Pero es Colombia y el Estado colombiano que ha sido condenado y sentenciado varias veces en la Corte Interamericana de Derechos Humanos en San José de Costa Rica por crímenes de lesa humanidad, crímenes ejecutados por las fuerzas militares de Uribe. Ni siquiera ha pasado un mes desde que esa corte de DD.HH. sentenció al Estado colombiano por el asesinato de Pedro Mogollón, congresista de la UP del departamento del Meta, quien fue asesinado como casi todos los congresistas de la UP de ese departamento.
De los 32 alcaldes de la UP que 1988 fueron elegidos en la primera elección libre de alcaldes, fueron asesinados 30. El movimiento sindical de las CUT, que fue fundado en el espacio democrático que se había creado a la luz del Acuerdo de Paz; “Cese al Fuego”, de mayo del 1984, entre las FARC y el gobierno conservador de Belisario Betancourt, han enterrado aproximadamente 3 mil de los más destacados líderes obreros. Pero las FARC no rompieron el acuerdo de paz el 9 de diciembre del 1990. Fue el presidente César Gaviria, cuando ordenó el bombardeo de Casa Verde.
El movimiento popular colombiano ha sido masacrado por un Estado que no tolera la expresión democrática en libertad. Por eso son considerados como “guerrilleros vestidos de civil”, como suele declarar Uribe sobre sus enemigos políticos. Así es el Estado que representa el señor Uribe, que ahora voltea la torta con el respaldo total de Bush para comenzar la guerra contra Venezuela y Ecuador.

¿QUIÉN HABLA Y QUIEN REPRESENTA EL TERRORISMO?

¿Quiénes son los verdaderos terroristas y genocidas en el mundo? ¿Necesitamos realmente más pruebas sobre quiénes arrasan barrios enteros en Palestina o ciudades completas como Fajullah en Irak? ¿O quién puede cuestionar que las miles de fosas comunes en Colombia, donde están enterrados las víctimas a manos del ejército, la policía o “ la Sexta División ”, como bautizó Human Rights Watch en su informe anual de 2002 a los paramilitares colombianos (las FF.MM. tienen cinco divisiones) de no ser GENOCIDIO?
Los responsables intelectuales de las miles de fosas comunes se encuentran, o se encontraban, en el Congreso colombiano. Son ya unos 60 acusados o encarcelados por la Corte Suprema de Justicia de Colombia de ser los que armaron estos escuadrones de la muerte que tanta tragedia y llantos han causado en Colombia pero en e 2009-2010 saldrán a la libertad, no importa si han asesinado mil compatriotas, como es el caso de varios de esos genocidas que han confesado sus crimenes públicamente.

¿Y a quién representan políticamente?

Pues al Patrón mismo: al presidente Álvaro Uribe.
Estos llamados “parapolíticos” del congreso no son nada más que el núcleo y la base parlamentaria del presidente.
Delicada situación para Uribe, ¿no? Pero siempre hay cortinas de humo que se pueden crear para desviar la atención. Y mejor todavía cuando los intereses coinciden con los de la Casa Blanca para aislar internacionalmente a la Revolución Bolivariana y los defensores de la soberanía nacional ecuatoriana.
Por eso “metemos unos archivos en el computador de Raúl Reyes para crear un Nuevo Irak, pero esta vez en Latinoamérica”.
Chávez es el nuevo Saddam Hussein que exporta, no solamente la Revolución , sino también bombas atómicas a los “genocidas de las FARC”.
Y en Caracas hay jubileo de la oposición, esperando que los Boinas Verdes pisen la tierra de Bolívar.

Dick Emanuelsson