Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
sábado, mayo 09, 2009
El destino de una revolución
Habrá que insistir todas las veces que sean necesarias: el fracaso final del “socialismo real” que determinó el final del siglo corto (1914-1989), tuvo razones muy diversas, una de ellas es que la reacción era mucho más poderosa que lo que llegaron a creer los clásicos socialistas, la otra es complementaria, y se puede decir de esta manera: al desarrollarse en un medio atrasado, destruido por la guerra, y sometido al aislamiento, la revolución rusa tuvo unas consecuencias ambivalente. De una parte abrió camino para su repetición, pero de otro, acabó siendo un obstáculo para dicha repetición…
Esta ambivalencia tuvo un momento crucial en los años veinte cuando el partido de la revolución fue derrotado or el partido el Estado…Una historia que se puede explicar someramente en nueve apartados en los que expongo algunos argumentos sintetizados que fueron, y son, objeto de una apasionante e intensa polémica.
1. Creo que el origen de la Oposición de izquierdas (OI), se encuentra en la propia naturaleza “irregular” de la revolución de Octubre, una revolución en un país atrasado, inculto, con un débil proletariado inmerso en un mar campesino, que se avanza como “prólogo” de una revolución internacional que no llega. Sí llega es una guerra civil que se gana pero a condición de dejar el país en una situación abismal…El partido bolchevique crea un nuevo Estado con los ladrillos del anterior, lo que significa, entre otras cosas, que se convierte en un partido-Estado. En el único lugar socialmente estructurado, la clase obrera se ha desarticulado, su fracción más avanzada ha quedado prácticamente diezmada, los soviets se han quedado “colgados”, sin base social, las diferencias políticas con las otras corrientes socialistas se han envenenados…El Estado emerge por encima de la sociedad, y se convierte en una vía de promoción excepcional para una nueva burocracia compuesta por revolucionarios cansados, por las nuevas promociones más leninistas que Lenin…En este Estado, el aparato represivo ha dio adquiriendo una autonomía cada vez mayor. Kronstandt sería un ejemplo de cómo la dinámica represiva se impone sobre la política…En estas condiciones, las tentativas de nuevas formas de vida abiertas, comunales y solidarias pesan menos que unas tradiciones culturales que se encarnan a la perfección en Stalin.
2. En estas condiciones, la OI se desarrolla a contracorriente de la planta estalinista que fue creciendo “naturalmente” bajo los pies de lo que quedaba del partido de la revolución. Por su propia lógica, la conquista del poder no es más que el inicio de la revolución, luego se trata de aplicar gradualmente el ideario transformador, pero ahí comienzan las dificultades. Gravemente exhausta como lo pudieron estar otras revoluciones que vivieron condiciones más o menos similares –Christian Rakovski ofrece en Los peligros profesionales del poder un certero paralelismo entre una y otra, pero habría que estudiar otros casos más “abismales” como lo podía ser la revolución jacobina de los esclavos negros liderados por Toussaint L´Ouverture en Haití que tan magistralmente ha historiado James-, el sentimiento predominante entre los cuadros del partido fue prioritariamente el conservador. En un principio, la oposición aparece como un rechazo a la “autoridad” del partido. La fracción dominante de éste, cada vez más hegemonizada por lo que representaba Stalin, tiende el considerar la necesidad virtud. En este contexto, la vieja guardia bolchevique más auténtica (Zinóviev, Kámenev) muestra su incapacidad de comprender la situación. Cuando reaccionó ya se habían perdido importantes batallas.
3) Desde 1924, la OI, siguiendo los criterios avanzados por el último Lenin, defiende la necesidad de un “nuevo curso” orientado a reanimar la democracia soviética (todavía sobrevivía el impulso de Octubre como se demuestra en la actividad cultural) y la vida abierta en el partido…Defiende igualmente una política de planificación y de industrialización destinada a reducir las tensiones (las tijeras), entre la agricultura y la industria…Hará una oposición frontal a la teoría del ”socialismo a paso de tortuga” preconizado por Bujarin, y también a su corolario: el socialismo en un solo país”.
4) Su fortaleza se encuentra en el prestigio y la coherencia programática de sus representantes, buena parte de la élite que realizó la revolución; su debilidad radica en una base objetivas de penuria y un atraso cultural que facilitan la burocratización…Por otro lado, se da una carencia de perspectiva histórica y un marco internacional de recuperación capitalista…
5) Cuando Andreu Nin regresa de la URSS y da sus primeras conferencias, surgen voces incluso desde las propias filas de la izquierda comunista para que modele o al menos haga más didáctico su mensaje crítico. Lo mismo le sucede a Víctor Serge. La sistemática propaganda reaccionaria que describía la Rusia soviética como un desastre sin paliativos desde el primer día, tendrá un efecto perverso en el imaginario ya que para los sectores oficialistas resultaba fácil decir: “Mira, dicen lo mismo que la derecha”.
6) El listado es impresionante desde Rakovski a Smilga, sin olvidar cantidad de militantes o simpatizantes como Shalamov, y el lector interesado solamente tiene que darse una vuelta por obras como las de Deustcher o Broué. Yo creo que uno de los problemas del “trotskismo” ha sido una excesiva identificación personalizada en Trotsky…
7) La expulsión de Trotsky coincide con el giro hacia la colectivización forzosa, la industrialización acelerada, y cierta épica de “burocratismo heroico”…Todo ello produce un gran desconcierto en las filas de la OI, que incluso da lugar a una cierta división sobre todo desde el que el sector que encabezan Preobrazhenski y Rádeck, se avienen a la colaboración. Se puede decir que el funcionamiento resulta cada vez más deteriorado por una situación que va a cambiar drásticamente en 1932…
8) Stalin es un personaje menor en la constelación bolchevique que se va agigantando en un cierto medio –el aparato- y en una determinadas condiciones –el vacío social y militante-, y es evidente que la subestima proviene de que se le ve en relación a los grandes tiempos y no en los tiempos que vienen. Tiempos para los que se mostrará como el más adaptado. Supongo que es muy fácil ver la historia “a todo pasado”, con los hechos y la documentación, pero en su momento, Stalin aparecía como el más anodino de los líderes bolcheviques. Sin embargo, era el más representativo de “lo que había” entonces. Cosas no muy diferentes hemos podido ver en otros tiempos, por ejemplo en mi ciudad (L´Hospitalet), el PSC-PSOE comenzó a ganar las elecciones municipales por más que entre sus candidatos no había nadie que hubiera destacado en las lucha contra el franquismo.
9) Era irreversible en las condiciones concretas en se dio, lo habría sido incluso en la mejor de las hipótesis, pro ejemplo con una victoria socialista en Alemania en 1923, con Lenin vivo…Otra cosa es que la lucha contra ella se habría desarrollado en otras condiciones. Personalmente creo que la respuesta de la OI, incluyendo tales o cuales errores de apreciación, representa una de las batallas más hermosa y difícil por cambiar las cosas en unas condiciones terribles, y con lucidez que muchos han necesitado décadas para enterarse un poco.
Mi lectura sobre este capítulo es la un desconcierto, y las explicaciones que el propio Trotsky ha ofrecido me han parecido razonables y verosímiles. Su aceptación a guardar el testamento de Lenin se explica en un contexto enrevesado por arriba, y con la conciencia clara por debajo de la fragilidad de una revolución en la que su base social estaba bajo cero, y con los problemas que podría significa dar un paso en falso que desestabilizara el partido. Se trata de un equilibrio en el que, obviamente, también pesan los aspectos personales, la historia de Trotsky con el bolchevismo, sus propios errores al acabar la guerra, etc. En todo caso, no me considero más que un divulgador, y todo lo que escribo al respecto hay que entenderlo como tal.
Pepe Gutiérrez-Álvarez
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