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domingo, mayo 24, 2009
Marquetalia, Colombia: 45 años de política fariana
Huila y Tolima son dos departamentos de Colombia, famosos por sus gentes trabajadoras, la belleza de sus paisajes, la música de bambuco y guabina, así como los manjares exquisitos que complementan la riqueza gastronómica del país andino y caribeño. Marquetalia es una zona que se encuentra en los límites de los dos departamentos. En el año 1964 se alojaba allí un grupo de campesinos que trabajaba la tierra y vendía sus productos a precios justos.
Entre ellos se encontraban curtidos insurgentes liberales que habían eludido la tramposa pacificación decretada en 1957 por el general y presidente Gustavo Rojas Pinilla. Centenares de familias campesinas huilenses y tolimenses habían emigrado a capitales de otros departamentos como Bogotá (Cundinamarca), Manizales (Caldas) y Cali (Valle del Cauca). Huían de la violencia entre liberales y conservadores que se había agudizado desde abril de 1948 con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán Ayala, liberal patriota y progresista.
En Marquetalia se hablaba de política, de reforma agraria, de paz y justicia social, aspiraciones de los campesinos pobres. Dos dirigentes políticos se destacaban en aquellas comunidades, en los años sesenta del siglo XX: Jacobo Prías y Manuel Marulanda Vélez ó Pedro Antonio Marín quien cumplía 34 años de edad el 12 de mayo de 1964.
Colombia era gobernada entonces por el presidente Guillermo León Valencia, de filiación conservadora y aliado a la administración estadounidense en los planes por detener “la subversión comunista que amenazaba al continente americano”. Transcurría el quinto mes del año 1964 y Valencia designó al coronel Hernando Correa Cubides para adelantar la “Operación Marquetalia” como parte del Plan Latin American Security Operation (LASO). La oligarquía y el imperialismo aseguraban que en Colombia surgía una nueva Sierra Maestra, en alusión al escenario geográfico donde triunfó la Revolución Cubana.
El gobierno de Valencia movilizó 16 mil soldados para detener a 48 campesinos que se oponían a los proyectos económicos excluyentes de la burguesía liberal-conservadora. Los medios de prensa, al servicio del régimen, mostraban las regiones de Marquetalia, Riochiquito y Guayabero, como zonas donde se refugiaban “antisociales, enemigos del orden y peligrosos para la estabilidad nacional y regional”. Los guerrilleros marquetalianos no fueron intimidados a pesar de la región fue bloqueada y los aviones militares volaban desafiantes sobre Marquetalia.
Resistencia es un concepto clave en la historia insurgente de Colombia. Los marquetalianos constituían un núcleo de combatientes con conciencia política y definición clasista, altiva y beligerante. Cuarenta y ocho seres humanos extraordinarios enfrentaron los acosos y bombardeos ejecutados por 16 mil soldados del gobierno colombiano, apoyados y controlados por la administración estadounidense desde Washington. Así surgieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), convertidas ahora en 2009 en FARC-Ejército del Pueblo con presencia combativa en todas y cada una de las regiones colombianas.
Los departamentos de Huila y Tolima se han convertido en escenarios de combates durante 45 años. Neiva, capital huilense, ha recibido miles de desplazados por la guerra. Ibagué, capital tolimense, ha realizado encuentros académicos y políticos en aras de la paz. Desde la Universidad del Tolima, estudiantes, profesores y trabajadores se unen para apoyar un Acuerdo Humanitario que permita el canje de soldados retenidos por las FARC por insurgentes farianos o simpatizantes del movimiento de liberación nacional que se encuentran como presos políticos en condiciones atroces en las cárceles del régimen.
Once presidentes colombianos desde 1964 han querido acabar con las FARC. Los farianos han resistido y realizan propuestas políticas de diálogo para resolver el conflicto. Guillermo León Valencia (1962-1966); Carlos Lleras Restrepo (1966-1970); Misael Pastrana Borrero (1970-1974); Alfonso López Michelsen (1974-1978); Julio César Turbay Ayala (1978-1982); Belisario Betancourt Cuartas (1982-1986); Virgilio Barco Vargas (1986-1990); César Gaviria Trujillo (1990-1994); Ernesto Samper Pizano (1994-1998); Andrés Pastrana Arango (1998-2002) y Álvaro Uribe Vélez, el paramilitar que quiere reelegirse, después de gobernar durante casi siete años con acciones criminales y mentiras (agosto de 2002-mayo de 2009), han demostrados que su sistema oligárquico y represivo no funciona para la mayoría de los colombianos.
Los dirigentes, militantes y simpatizantes de las FARC han propuesto durante 45 años, políticas culturales, deportivas, económicas y sociales que favorecen a campesinos, familias, estudiantes, intelectuales y trabajadores. Una reforma agraria que le entregue gratuitamente la tierra a los campesinos que no la posean, sobre la base de la confiscación de los grandes latifundios improductivos cualquiera que sea el tipo de propiedad o concesión, sugieren los farianos.
Las familias colombianas deben ser protegidas mediante la implantación de sistemas educativos y de promoción y protección de la salud. Educación y salud de calidad para todos, es otra propuesta fariana. Ofrecer todas las facilidades a los trabajadores de la cultura, habilitando espacios para la creación artística en sus diferentes manifestaciones, así como promover el conocimiento y estudios de la cultura indígena y de todas las poblaciones que habitan en comisarías, intendencias y departamentos alejados de los centros del poder. Todas estas aspiraciones humanas del pueblo colombiano han sido defendidas en la lucha política de las FARC.
Recientemente, en abril de 2009, los farianos han insistido ante la opinión pública colombiana, de los países de nuestra América y de todo el mundo en la necesidad de buscar y conseguir el Acuerdo Humanitario. Esa propuesta ha recibido el apoyo de políticos y personalidades progresistas que reconocen que la lucha fariana está inspirada en ideales y propuestas humanistas. Sin embargo, el régimen de Álvaro Uribe Vélez responde con amenazas e intimidaciones. Siguiendo el ejemplo del coronel Hernando Correa Cubides, en 1964, los militares que comandan la IV Brigada del Ejército y el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía, señalan en mayo de 2009 a las organizaciones políticas Alianza Social Indígena y Polo Democrático Alternativo como los nuevos brazos políticos de la guerrilla. Es decir, en 45 años de historia colombiana, las FARC-EP avanzan, mientras la burguesía y el imperio estadounidense, se estancan y retroceden.
Fernando Acosta Riveros | ABP México
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