miércoles, mayo 06, 2009

Los guerrilleros antifranquistas García Velasco y Montorio Gonzalvo han muerto


El viernes, 17 de abril de 2009, sólo tres días después del aniversario de la constitución de la República, ha fallecido Florián García, quien desde 1946 hasta 1952 fuera el Jefe del 11 Sector de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA).
Florián nació en Aldealcorbo, provincia de Segovia el 17 de diciembre de 1916. Sus paisanos le hicieron un emotivo homenaje hace unos años que tanto le reconfortó. Toda su vida fue una dura, tenaz y consistente lucha por la libertad.
Comenzó su andadura laboral en el gremio de hostelería desde 1931 hasta el comienzo de la guerra civil. En 1933 se afilió a las Juventudes Comunistas y en 1936 hizo su entrada en el PCE. Durante la Guerra Civil perteneció a la 50 Brigada Mixta y más tarde a la 5 Brigada de Carabineros, alcanzando el grado de Capitán. Al finalizar la guerra le detuvieron en el Puerto de Alicante y fue internado en un campo de concentración en el que permaneció 22 meses.
En 1942, en tiempos de la feroz represión de la segunda Guerra Mundial, salió en libertad y se incorporó a la lucha clandestina en Madrid durante tres años, siendo responsable de la organización de los oficiales del Ejército Republicano que habían quedado en el interior y que formarían la resistencia a la dictadura. En 1944 el PCE le recomendó su paso a Valencia ya que la policía seguía sus pasos. Allí desempeñó el cargo de secretario de propaganda del Comité Provincial del PCE. Poco tiempo después, en 1946, se incorporó a la guerrilla de Levante y Aragón. Fue Florián quien en 1952 consiguió, sin una sola pérdida, evacuar a todo su contingente hacia Francia. La AGLA había finalizado su cometido.
Franco reclamó su extradición en 1953 pero el gobierno francés rechazó la petición, aunque procedió a expulsarlo del país.
Checoslovaquia le ofreció asilo en 1954 y se instaló en Praga, trabajando como tornero en la fábrica Severoceska Armaturks hasta 1961 y como colaborador de la Delegación del CC del PCE en Praga hasta 1970, siendo ya miembro de la Federación Internacional de Resistentes.
Hasta 1977 trabajó en el boletín semanal Informaciones y Documentación sobre España, editado por Ediciones Paz y Socialismo.
En 1978, tres años después de la muerte de Franco, regresó a España, cuando le concedieron el pasaporte. Los guerrilleros, aún considerados bandoleros, malhechores, bandidos y terroristas según la ley franquista de 1947 contra bandidaje y terrorismo, fueron los últimos en conseguirlo
Su compañera Remedios Montero “Celia”, compañera en la AGLA del 5 Sector, recuperó el contacto con Florián en Praga, después de ocho años de cárcel. Decidieron unir sus vidas para siempre el 7 de noviembre de 1966. Ahora ella le ha acompañado hasta la despedida final.
Fue el Presidente de la Asociación AGLA, en recuerdo de la Agrupación en la que habían combatido al franquismo, hasta que por decisión propia le encomendó a Esperanza Martínez “Sole”, compañera de Reme en la guerrilla, que ella asumiera el cargo de Presidenta. Florián decía que él ya no se encontraba en condiciones.
Con Florián se va el guerrillero antifranquista que todos los gobiernos desde la muerte del dictador han pretendido ignorar. Florían no necesitaba reconocimiento moral, ese ya le tenía, no necesitaba que el sistema democrático le otorgara un grado, ya era capitán con la República, no necesitaba una pensión de caridad por toda su larga lucha, ya tenía la de capitán. No necesitaba homenajes parlamentarios testimoniales, ya tenía los que los ciudadanos le hacían sinceramente. Lo que Florián necesitaba ya no lo tendrá, se habrá ido de este mundo sin poder verlo. La equiparación del Ejército Guerrillero Antifranquista con el Ejército Republicano sigue siendo la gran deuda pendiente del sistema democrático con los últimos defensores de la República.
Los guerrilleros que aún sobreviven te saludan en tu último viaje, en nombre de todos ellos ¡Salud compañero!

Dolores Cabra Secretaria General de AGE

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Ha muerto José Manuel Montorio Gonzalvo “Chaval”, guerrillero antifranquista de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA)
Hoy 27 de abril, mes republicano, nos abandona el guerrillero José Manuel Montorio. Su último viaje ha sido desde Borja, ciudad en la que nació el 23 de diciembre de 1921.
El 14 de abril de 1931 presenció la proclamación de la República desde Barcelona, ciudad en la que se había instalado junto a su familia desde 1930
Durante los años de la guerra, siendo un niño camino de la adolescencia, trabajó y ayudo a la familia con su escasa retribución, trabajaba en un despacho de aceites y lubrificantes. Todo ello sin dejar de acudir a la escuela municipal que la Generalitat había abierto en Barcelona
Sus hermanos Máximo y Miguel estuvieron luchando en el frente, el primero en Madrid y el segundo en el Ebro, mientras que José pasaba a formar parte de la plantilla de un taller de vulcanización, llamado Central Neumático, incautado por la CNT , sindicato al que se afilió en aquel entonces y en el que permaneció hasta que Barcelona cayó en poder de los golpistas de Franco.
La quinta de José fue movilizada, presentándose en el centro de reclutamiento el día 24 de enero de 1939, apenas horas antes de que las tropas franquistas entren en Barcelona, llevándole esta situación a tomar el camino de la frontera junto a los miles y miles de mujeres, hombres y niños que tomaban la senda de un exilio cuyo retorno era casi impensable. José vivió esas largas horas en plena actividad, ayudando a los heridos, a las madres que aterradas intentaban proteger a sus hijos del fuego asesino de los cazas franquistas, a los ancianos que apenas tenían fuerzas, ni físicas ni morales, para seguir caminando en esa senda de locura. Nada podía ser cabal y de ello se dio cuenta José cuando vio sus manos llenas de sangre, de los heridos, muchos de ellos niños, víctimas inocentes en el camino de la nada.
A primeros de febrero atravesó la frontera por Prats de Molló. Su primera cárcel fue un campo de fútbol, en el que permaneció hacinado junto a otros huidos, después fue conducido, con cerca de quince mil republicanos más, al campo de concentración de Saint Cyprien. En este campo encontró a su hermano Miguel, junto a quien fue trasladado al campo de Barcarès, en el que permanecieron cerca de cuatro meses, hasta su retorno nuevamente a Saint Cyprien
Salió del campo en 1940 y se enroló en una compañía de trabajadores extranjeros hasta el comienzo de la segunda guerra mundial, en que las tropas hitlerianas invaden Francia
Junto a su hermano huye a pie hasta Port Vendres, detenidos por la policía sonconducidos al campo de concentración de Argelès-sur-Mer y desde allí de nuevo al ya conocido de Saint Cyprien.
En 1941, en uno de los canjes organizados por el gobierno de Vichy fueron entregados al gobierno de Hitler, al campo de Saint Médard en Jalles, cerca de Burdeos, destino que daban a los republicanos españoles. Allí estuvieron cerca de diez mil trabajando como forzados o esclavos para la organización nazi TODT, desde cuyas bases organizadas como resistencia realizaban labores de sabotaje que ayudaron a los aliados en el desembarco de Normandía
En los días de la liberación de Francia, con bajas y heridos, nuestros republicanos, entre los que se encontraba José Montorio, consiguen tomar el control de la carretera de Bayona a Burdeos. Los republicanos siempre estuvieron en lugares estratégicamente fundamentales. Combatían el fascismo como si del propio franquismo se tratara, aunque después los aliados no les devolvieran jamás su apoyo solidario para quitar a Franco del poder.
Comienzan a organizarse los grupos de guerrilleros con la intención de entrar en España. A primeros de agosto su grupo es conducido a Toulouse,
donde fueron recibidos por Juan Modesto, Enrique Lister y Francisco Antón; éste último, Secretario de Organización del PCE, en estas fechas.
El grupo de José Montorio cruzó el río Ebro el 23 de diciembre de 1945, por la noche, tan sólo a cinco o seis kilómetros de Zaragoza consiguiendo llegar a la fría sierra de Javalambre en enero de 1946. Entraron en contacto con un grupo guerrillero de los Montes Universales. Este encuentro va a ser su contacto con la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón.
En el mes de agosto de 1946 Los míticos y formidables guerrilleros, ya desaparecidos, entre ellos Florián García Velasco “Grande”, fallecido recientemente, crean la fundación de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón.
José Montorio pertenece a la CNT pero eso no le impide ingresar en el PCE. El guerrillero activo y comprometido estaba unido al grupo por su convicción y su lucha, no por su afiliación política, al menos en los primeros tiempos de la resistencia al franquismo.
José Montorio “Chaval”, Florián García “Grande” y Adelino Pérez “Teo”, los tres fallecidos este mes, son fundamentales en la retirada de los guerrilleros hacia Francia a comienzos de 1952, cuando ya la guerrilla ha tocado a su fin
José Montorio permaneció en Francia, sin documentación, hasta abril de 1955, fecha en la que el PCE le envía a Praga. Allí comienza a trabajar en el colectivo Ustí como metalúrgico, y en esta tierra de acogida permanecería hasta la muerte del dictador en 1975.
En Praga conoció a una camarada española, Trinidad Sardina Merino, con quien convivió 42 años, hasta que ella falleció de cáncer de pulmón. Vivieron la invasión de Checoslovaquia, condenada por los comunistas españoles que residían en el país.
José, como otros guerrilleros, consiguió su primer pasaporte español en diciembre de 1977, dos años después de la muerte del dictador.
Su condición, perdurable hasta ahora, de estar sometidos a la ley franquista de 1947, de bandidaje y terrorismo, hizo que estos republicanos que habían luchado con las armas en la mano contra el ejército golpista de Franco por la legalidad republicana, fueran considerados, y así lo siguen siendo, como malhechores, bandidos, bandoleros, terroristas y delincuentes. La democracia española les debe verdad, justicia y reparación. La deuda del sistema democrático hacia ellos se está saldando con la ley natural, la de su muerte, sin ver cumplidas sus justas reivindicaciones. La complicidad con la injusticia es un delito de lesa humanidad. Ellos, José, Florián, Teo, y tantos otros guerrilleros ya no lo verán, pero quizás la conciencia colectiva de quienes pudieron hacerlo posible esté y permanezca herida de muerte hasta el final de sus días.
Los guerrilleros que aún sobreviven te saludan en tu último viaje, en nombre de todos ellos ¡Salud compañero!

20.04.2009

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