El fallo de la Corte Internacional de La Haya sobre el diferendo limítrofe entre Chile y Perú ha sido calificado unánimente como salomónico. Otorgó una nueva región de mar a Perú, pero sin alterar demasiado los intereses chilenos -lesiona parcialmente los intereses del sector pesquero, que está en franco declive en relación con la minería. La controversia sobre un “triángulo terrestre” de cuatro hectáreas sobre el que La Haya no dictaminó, y que ambos países se atribuyen, ha generado cierta tensión diplomática.
Las fronteras del capital
En Chile, después del fallo se ven dos tendencias muy marcadas. El presidente Piñera ha amenazado con retirar el país del Pacto de Bogotá, que es el que le obliga a acatar los fallos de la CIJ. En esta línea aparecen referentes sueltos de la derecha, y algunos del progresismo. Se trata de un resguardo frente a posibles nuevas demandas de Perú y un eventual fallo adverso por Bolivia. El senador Camilo Escalona (PS) y Ominami (referente centroizquierdista) plantean negociar con Bolivia una salida al mar. “El grueso del puerto de Arica depende de Bolivia, el 70% de la carga del puerto de Arica es boliviano. Hace poco 49% de la exportación de las pymes iquiqueñas dependía de Bolivia. Más aún Chile paga carísima la energía. Importamos el gas en barcos, hemos llegado a traer el gas desde el mundo árabe, desde Africa y hoy día Bolivia tiene sobreproducción de gas y podría exportar gas mañana a Chile” (Ominami, en La Tercera, 8/2). Recuerda que Pinochet había ofrecido al dictador boliviano Banzer un corredor marítimo. El PC chileno adscribe también a la postura de entregar una salida al mar. La que no se ha posicionado sobre el asunto es Bachelet.
La eventualidad de un acuerdo de “gas por mar”, vehiculizaría la salida por el Pacífico de ingentes recursos minerales bolivianos. En esta trama de intereses aparecen involucradas las constructoras brasileñas, que buscan un corredor Norte y una Transoceánica que serviría para la salida de mineral de hierro y soja hacia China, y para el desplazamiento de materias primas chilenas hacia Brasil (ver PO Nº 1.262). Chile y Perú comparten la Alianza del Pacífico.
Bolivia
Del lado boliviano, el fallo se ha vivido con entusiasmo. Evo está negociando con el peruano Humala la construcción de un megapuerto en una localidad del suroeste peruano, en desmedro de los puertos chilenos (El Mercurio, 13/2).
En marzo pasado, señalábamos que “la trama armada en torno de la salida al mar de Bolivia reproduciría el escenario en el cual la necesidad de los grandes pulpos mineros de explotar ambas laderas de la Cordillera canceló todos los conflictos limítrofes entre Argentina y Chile” (PO Nº 1.262).
Gustavo Montenegro
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