En medio de la asunción del gobierno Tabaré Vázquez, la agudización de la crisis en Venezuela ha obligado a tomar posición a los partidos y organizaciones populares en Uruguay.
Derrumbe económico
Es que en los últimos meses, la caída del petróleo (que supone el 96% de los ingresos venezolanos) agravó todos los desequilibrios del régimen chavista. La inflación cerró el año 2014 con un aumento del 64%. Venezuela tiene una deuda externa que se eleva a 115.000 millones de dólares, mientras que las reservas liquidas no cubren la totalidad de los pagos del año. El intento de buscar financiamiento a partir de créditos de China y de los países de la Opep fracasó por completo. Para cubrir los pagos de deuda y el déficit fiscal -que ronda el 13% del PBI-, el gobierno prepara una nueva devaluación del bolívar. El intervencionismo económico improvisado del gobierno -mediante la ley de abastecimiento o la reciente estatización (con indemnización) de cadenas de supermercados se encuentra al servicio de la preservación del régimen económico y social vigente.
La derecha busca explotar el descontento social contra el gobierno. Los sectores reaccionarios apoyados por los republicanos de Estados Unidos, el uribismo colombiano y la burguesía financiera, apuestan a la caída de Maduro. Mientras que el sector encabezado por Capriles promueve las movilizaciones de cara las próximas elecciones legislativas, la llamada "derecha endógena", alojada en el propio chavismo, con fuertes lazos con la burguesía venezolana, realiza un socavamiento del gobierno de Maduro.
En este cuadro, el gobierno decretó el uso de armas de fuego, por parte de los cuerpos de seguridad, para reprimir las manifestaciones. El 24 de febrero fue asesinado un estudiante de 14 años en una protesta antichavista en la ciudad de San Cristóbal, Táchira. En la ciudad estudiantil de Mérida las protestas ya van dejando al menos cinco estudiantes heridos.
El FA, la oposición y los sindicatos
En Uruguay, el Partido Nacional y Colorado, en conjunto con los medios de prensa, han lanzado una fuerte campaña de apoyo a la derecha en Venezuela, denunciando el régimen chavista y la falta de garantías democráticas. Sin embargo, no emitieron ninguna declaración tras los asesinatos de los estudiantes mexicanos, encubriendo al gobierno de Peña Nieto. Por su parte, el Frente Amplio ha declarado su apoyo al gobierno de Maduro, encuadrado en el respeto al régimen político vigente -es decir, en los marcos capitalistas. El apoyo a Maduro ha generado el rechazo de Tabaré Vázquez, cuya agenda política internacional se orienta a fortalecer los vínculos con Estados Unidos.
El PIT-CNT, lejos de plantear una salida de izquierda, en su denuncia al intento de golpe por parte de la derecha asumió una defensa incondicional al gobierno venezolano, sin cuestionar los diversos mecanismos de represión que ha establecido Maduro para estatizar los sindicatos y regimentar a la clase obrera.
El movimiento popular debe luchar fuertemente contra la derecha, pero con independencia política del gobierno de turno; de lo contrario, quedará preso de los límites de éste. La crisis económica plantea el no pago de la deuda, nacionalizando la banca y el comercio exterior, evitando así la fuga de capitales y atacando a los grandes monopolios responsables de la inflación. Maduro; por el contrario, descarga la crisis sobre las espaldas de los trabajadores con nuevas devaluaciones, aceptando los despidos y cierre de empresas.
El desafío de la clase obrera latinoamericana es derrotar a la reacción, luchando de forma independiente. El horizonte de esta lucha es ampliar su capacidad de acción independiente para superar a los gobiernos nacionalistas en la perspectiva de desenvolver un gobierno de trabajadores y la unidad socialista de América Latina.
Sofía Siola (La Clase, Uruguay)
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