martes, septiembre 08, 2020

La deuda después del megacanje Fernández-Guzmán

Después de la rendición financiera ante los nuevos Fondos Buitre (FB) del 4.8 y de la rendición jurídica del 17.8, a través del Decreto 676, el gobierno Fernández-Fernández (FF) “logró” una adhesión del 99 % de los bonistas a su Oferta de Canje de Títulos de la Deuda Pública Argentina bajo Ley Extranjera.
Este nuevo Megacanje va a ser completado por un acuerdo similar para la Deuda en Moneda Extranjera – esencialmente en dólares – bajo Ley local Argentina por otros 42.500 MD, por un nuevo Arreglo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por otros 49.000 MD (44.000 de Capital y 5.000 de Intereses acumulados), por una previsible nueva negociación con el Club de París (por un piso remanente de 2.100 MD) y por el arreglo del consolidado de Deudas Externas Provinciales, correspondientes a 12 jurisdicciones, por un total de 13.200 MD, con la Provincia de Buenos Aires a la cabeza con 7.200 MD).

Los términos básicos del arreglo

El Acuerdo con los Acreedores Privados Externos comprende la reestructuración de 21 Bonos Elegibles por unos 65-66.000 MD (2), realizado en términos muy desfavorables para nuestro país, contra emisión de nuevos bonos que sumarían más de 72.000 MD (llegarían a 72.300 en caso de adhesión total): es decir, que la Argentina, después de este Megacanje no sólo no obtiene quita total neta, sino que, por el contrario, sale debiendo un 13 % (12.7) más que la Deuda Actual.
a) El gobierno Fernández reestructuró un quantum de Bonos que fueron reconocidos a Valor Nominal (VN) o Facial, del 100 %, con sólo una mínima o casi simbólica quita de Capital de hasta el 1.9 % sobre ese valor – la que en promedio resultaría del 1.3 % - conforme al acuerdo del 4.8 llevado a cabo, a su vez, con FB que habían comprado muy baratos esos títulos argentinos, hasta al 30 % de su Valor.
Es decir, Fondos que por su maniobra de FB – al comprar Bonos Argentinos que a raíz de la cesación de pagos Macri cotizaban como Bonos Basura – lograron no sólo ganar el triple de su valor de cotización en Bolsa, sino que además se beneficiaron con la Capitalización de Intereses por Anatocismo sobre dichos bonos.
b) Esto ocurrió porque la administración Fernández – a contrario sensu de lo que pasa en todas las tratativas concursales – no suspendió los pagos de capital ni el devengamiento de los Intereses, que así le siguieron cayendo a la Argentina “como el reloj de un taxi”, porque adoptó el criterio funcional a los acreedores de “pagar mientras se negocia”; lo que durante los 8 meses de negociación transcurridos entre Diciembre de 2019 y Agosto de este año le implicó a nuestro país pagos de servicios financieros por Capital e Intereses de unos 3.000 MD más el reconocimiento de Intereses Corridos por otros 2.800 MD y otros conceptos, que elevaron el importe del nuevo monto a pagar en 6.400 MD por reconocimiento de esos Intereses.
Intereses que fueron así admitidos y acordados de pagar con nuevos bonos con vencimiento al 2029.
c) De esta manera, la exigua quita de menos del 2 % del VN sobre los Bonos canjeados implicó el allanamiento del gobierno Fernández a las principales exigencias de los Acreedores, configurando así la “rendición” ante la primera de las tres variables básicas y clásicas en todo Canje de Deuda – que es la Quita - siendo las otras dos el Plazo y la Tasa de Interés.
d) En materia de Tiempos, la Quinta y última Oferta Guzmán – la del 4.8, que cambiaba los términos de la supuestamente “máxima, final e inflexible” Cuarta Oferta del 6.7 – también alteró los plazos de vencimiento de los Nuevos Bonos a favor de los Acreedores concentrando el perfil de vencimientos futuros a un promedio de 10 años de plazo medio, con rápido y fuerte aumento de los pagos comprometidos por Intereses (que ya empiezan gradualmente a partir del 2021) y fundamentalmente por Amortizaciones de Capital, lo que determina que el grueso de la nueva Deuda a emitir pese en forma creciente sobre los Servicios de la Deuda a Pagar desde el 2024 en adelante.
De esta manera, el presidente Fernández compromete aquello que precisamente había dicho que no iba a hacer, dado que la esencia del Arreglo con los FB es “patearle al y a los futuros gobiernos” la mayor parte de la Deuda que debía afrontar él durante su mandato, hasta el 2023, derivando dicha carga de pagos a las administraciones siguientes.
Cuando el presidente Fernández dijo - en la Conferencia de Prensa del 1.9 – que con este acuerdo se ahorraban 48.000 MD de compromisos a pagar que el país heredara a Diciembre pasado omitió continuar la frase explicando que, en realidad, no es el país sino su gobierno el que se “ahorra” pagar dicha suma porque la misma no es una rebaja sino un diferimiento de las obligaciones a futuro.
De la misma manera que cuando dijo que al año 2030 la Argentina tendrá una Deuda de unos 38.000 MD (37.700) menos que al 2019.
Habida cuenta de lo explicado en los puntos anteriores, habrá que esperar los datos definitivos y sobre todo los números para poder determinar cuánto, cómo y cuándo nuestro país obtendría las proclamadas ventajas que se están declarando de manera genérica en materia de endeudamiento para el futuro.
e) La Tasa de Interés pactada con los FB es también comparativamente muy discutible: el gobierno dice que la tasa promedio de los Bonos Viejos – o Bonos Elegibles – es actualmente del 7 % mientras que las de los Bonos Nuevos a emitir en Canje será del 3.07 %, aunque creciendo rápidamente al 5 % (4.87) en poco tiempo.
El problema es que hoy las Tasas Internacionales están entre el 0 y el 1 %, de modo que – en el mundo de la Deuda bajo Pandemia y Post-pandemia que vivimos - la Argentina quedará endeudada a una tasa 5 veces mayor que la media mundial de los Países Desarrollados, lo que mantiene así el Principio de Desigualdad Financiera en desfavor de los llamados Países (o “Mercados”) Emergentes, que tienen baja o nula capacidad demostrada de repago frente a sus obligaciones fiscales, como es nuestro caso.
f) Por último, está el Valor Actual o Valor Presente Neto (VPN) – que no es el valor de quita del Capital sino una medida de rentabilidad financiera comparativa desde el punto de vista del Acreedor acerca de la conveniencia del paquete de los bonos actuales (que no se pueden pagar) frente al de los nuevos bonos (que hipotéticamente se podrían pagar en el futuro pero que todavía carecen de demostración alguna al respecto, como no sea retornar al Mercado de Capitales para volver a endeudarse).
Cálculo éste que carece de sentido práctico en una situación de Default – como la de la Argentina – en que no hay patrón de comparación entre bonos que ya no se pueden pagar (porque en la práctica están en default) y nuevos bonos a emitirse bajo condiciones de improbable cumplimiento.
Pero que, sin embargo, por presión de los FB, se les aceptó calcular el VPN con una Tasa de Descuento del 10 % anual, que es irreal y altísima; y que para peor indica el nivel futuro de Tasa de Salida (Exit Yield) al Mercado para colocar nueva Deuda, para poder pagar con ella la que se está acordando ahora más la Deuda Nueva que se determine en el próximo Presupuesto al Congreso.
El gobierno Fernández comenzó pidiendo – según su primera Oferta de Canje, del 21.4 - un VPN de 39.7 centavos por Dólar, pero terminó aceptando uno de 54.8 (ó 55.1, según como se lo calcule) mientras que los FB arrancaron pidiendo 60.6.
Es decir, que en el curso de las negociaciones los acreedores se bajaron unos 6 dólares en VPN mientras que la Argentina terminó declinándoles en su favor 16 dólares, que es el triple.
Y al conjunto de estas variables que muestran la “rendición financiera” del Megacanje Fernández-Guzmán – cerrado el 28.8 - se suma la “rendición jurídica”, a través del Decreto 676 (cuyos términos fueron analizados en profundidad en los trabajos citados en la Nota 1 del presente) y que se resume concretamente diciendo que ante cualquier reestructuración futura (que ya se da por descontada, dada la falta de demostración de capacidad de pago del país) las condiciones de negociación de nuestro país van a ser mucho más restrictivas y condicionadas ante los acreedores.
Una forma de adelantarse a la idea cierta de una nueva reestructuración necesaria en que caería la Argentina – que algunos ya estiman posiblemente a partir del 2026 – cayéndole por tanto al próximo gobierno, concretamente durante el decenio 2025-2035.
El presidente Fernández ratificó así su postura fáctica de que el mayor peso del arreglo de Canje que hoy compromete no va a estar a su cargo sino a cargo de las administraciones de gobierno que lo sucedan.

El momento de la verdad

El autor de esta nota viene repitiendo desde hace meses que frente a tantas especulaciones o conjeturas acerca de lo que pueda pasar con las condicionalidades financieras y jurídicas del Arreglo con los Tenedores de Bonos bajo Ley Extranjera – que acaba de cerrarse – y los acuerdos conexos todavía faltantes por la Deuda Ley Argentina, la Deuda con el FMI, la Deuda de las Provincias y también la del Banco Central (BCRA) - que tampoco es ajena a este cuadro de situación de nuevo re-endeudamiento - que frente a todo este paquete de nuevas obligaciones de Deuda Pública en curso, el “momento de la verdad” va a llegar próximamente cuando las autoridades tengan que mostrar los números del Arreglo, en valores absolutos, para ver en concreto los resultados fácticos y tener idea de lo que va a tener que pagar el país, cómo, cuándo y a quién.
Y ello no sólo para el Ejercicio del año que viene sino también para el Presupuesto Pluri-anual pertinente de los próximos años.
Porque la administración Fernández-Guzmán tiene la obligación de explicar – en forma clara, concreta y completa – cómo se va a pagar este nuevo Megacanje después de la Crisis de Deuda Macri del 2018-2019.
Porque – en relación a esto último – el gobierno Fernández (lo mismo que el de Macri y todos los gobiernos que lo precedieron) – en complicidad con los Acreedores financieros del Estado, se niega a identificarlos, protegiendo así el anonimato de los mismos, el conocimiento de la cuantía exacta de los pagos a realizar y la transparencia de los actos de Gobierno en materia de Deuda Pública.
La administración Fernández debiera dar a conocer un listado completo – acreedor por acreedor (con el FB BlackRock a la cabeza) – que muestre claramente el detalle de las acreencias actuales en manos de cada uno de los tenedores de bonos y, correlativamente, el detalle de los nuevos bonos que les son acreditados, de modo que la Opinión Pública pueda conocer con quienes realmente ha estado negociando en secreto el gobierno Fernández, por qué montos y tipo de títulos del Estado y de esta manera dar inicio a la publicidad de las informaciones de base de la Deuda Pública y de una Base de Datos nominativa de los Acreedores financieros del Estado.
Sería la forma transparente y honesta en que un gobierno, que deja así pateada para adelante - otra vez más en la Historia Contemporánea del Endeudamiento Público Argentino – un nuevo Megacanje sin demostración alguna de capacidad de repago, se hace por lo menos responsable de dar a conocer el resultado completo de sus tratativas secretas con los Acreedores; en este caso, en el contexto agravado de una conspiración de mega-.endeudamiento Macri-FMI-FB, con la que la administración Fernández termina trabajando en tándem.
Esto es algo muy importante de destacar porque además del Presidente y su Ministro de Economía, las responsabilidades por el Arreglo alcanzan también directamente al Kirchnerismo, que dio plena y total adhesión a los acuerdos del Megacanje Fernández-Guzman así como prácticamente la totalidad de la partidocracia con representación parlamentaria – oficialismo y oposición – y con la aprobación satisfactoria de los Economistas del Establishment y los grandes Medios de Difusión que les sirven de voceros.
Es la tríada clásica Oficialismo-Partidocracia-Medios que sirve tradicionalmente para engañar a la Opinión Pública instalando las claudicaciones gubernamentales en materia de Deuda como supuestos “éxitos de negociación”.
Toda una constante en la Historia del Endeudamiento Argentino.
Con el agravante adicional que este nuevo Arreglo – como todos los que lo precedieron – no sólo no tiene capacidad demostrada de repago, sino que además sienta un muy mal precedente a nivel internacional como “modelo de base” tomado como referencia para aplicarse también al resto de los Países en Desarrollo más endeudados del Mundo.

Héctor Giuliano

El autor es Licenciado en Administración y Finanzas y experto en Deuda Pública y Externa. Publicamos este trabajo (1), fechado 4 de septiembre, difundido en las redes sociales.

Notas

. Este trabajo del autor tiene por base y referencias recientes no sólo artículos anteriores propios sino fundamentalmente tres importantes escritos conjuntos suscriptos con Javier Llorens y Alejandro Olmos Gaona y titulados: 1. Deuda: un arreglo a satisfacción de los acreedores, especialmente el FMI (29.8.2020),
(1).Deuda: breve informe respecto el deplorable Acuerdo 4/8: Un acuerdo secreto, incompleto y contrario a los intereses financieros del Estado Argentino (14.8), y 3. Carta al Presidente Alberto Fernández sobre negociación con los bonistas extranjeros proponiendo soluciones alternativas (29.7).
(2). Las abreviaturas MD/M$ y B$ significan Millones de Dólares/Pesos y Billones de Pesos respectivamente y se expresan siempre con redondeo, por lo que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos. En algunos casos, las cifras se expresan con equivalencia (≡).
Las abreviaturas MD/M$ y B$ significan Millones de Dólares/Pesos y Billones de Pesos respectivamente y se expresan siempre con redondeo, por lo que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos. En algunos casos, las cifras se expresan con equivalencia (≡).

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