Pero entonces, ¿por qué corren las elecciones? El único propósito es postergar la necesaria deliberación política que debería tener lugar acerca de la responsabilidad que les cabe a unos y otros -oficialistas y macristas- en el desastre sanitario y social que atraviesa la Argentina. Además de continuar con la política aperturista, esperan que el paso del tiempo -y la incierta llegada de vacunas- diluya la actual conmoción política y sanitaria que recorre al país. En función de estas especulaciones, kirchneristas y macristas han coincidido en manipular el cronograma electoral.
Esta manipulación se lleva adelante bajo la consigna de que la emergencia de la pandemia debe apartar a “la política”. Pero la cuestión de la pandemia es esencialmente política, es decir, involucra a la gestión política del Estado y a su orientación social, que pasa por el rescate del capital a costa de las masas. Tomemos un ejemplo: a sabiendas de que se venía la “segunda ola”, el presupuesto 2021 –votado por este mismo Congreso que maniobra con las elecciones- no contempló recursos para atender la emergencia sanitaria.
La política oficial no está dictada por las necesidades de la pandemia, sino por el FMI y los fondos internacionales.
De cara a esta realidad, ¿no resulta un acto “esencial” el pronunciamiento de los trabajadores y la ciudadanía frente a la crisis social y sanitaria?
Al tiempo que denunciamos estas manipulaciones políticas, llamamos a deliberar y organizar una lucha por las reivindicaciones sociales y sanitarias urgentes de la hora.
Marcelo Ramal
04/06/2021
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