sábado, septiembre 10, 2022

Europa: primera movilización de masas contra la guerra imperialista


70 mil checos en la calle.

 El sábado pasado más de 70 mil manifestantes salieron a las calles de Praga y coparon la Plaza Wenceslao para exigir la dimisión del gobierno conservador que encabeza el primer ministro Petr Fiala, rechazando la política de sumisión a la OTAN y a la Unión Europea. Bajo el lema “Chequia primero”, la populosa movilización exigió el fin de las sanciones económicas contra Moscú, la neutralidad en la guerra retirando el apoyo a Ucrania y la reanudación del funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2 permitiendo el suministro de gas barato desde Rusia, frente a los precios elevadísimos de la energía.
 Fiala, que actualmente ostenta la presidencia pro témpore de la UE, calificó a la movilización de “prorrusa” y denunció la participación de grupos “extremistas” en su organización. Sin embargo, para algunos observadores, “la movilización parece responder a un cambio de sensibilidad o una elección: nosotros antes que ellos. La sombra de un frío invierno aterra a muchos” (20minutos, 6/9). En la República Checa y en toda Europa la guerra contra Rusia se ha convertido en un búmeran, con el colapso del mercado energético y un desborde inflacionario que afecta a todo el continente. 

 Escenario general 

Tras la invasión de Ucrania y luego con el inicio de las sanciones a Rusia, el valor del gas se sextuplicó. Pero la semana pasada el precio del gas descendió, luego de que la UE anunciara que había alcanzado el objetivo de reservas de gas al 80% de la demanda normal para afrontar el invierno. A su vez, España y Portugal habían declarado la “excepción ibérica”, para contener el precio de las facturas de luz, poniéndole un límite al costo del gas que se utiliza para generar electricidad, y se discutía la posibilidad de extender esta medida a toda la UE. 
 La reacción de Moscú, entonces, fue cortar por tiempo indefinido el suministro de gas a través del Nord Stream 1, aduciendo una avería en una turbina. El precio del gas volvió a elevarse por las nubes, aumentando los contratos de futuros en un 30%. La respuesta de Alemania fue el anuncio de un paquete de 65 mil millones de euros en subsidios al transporte, exenciones impositivas para las empresas dependientes de la energía y ayudas directas a los hogares vulnerables, estudiantes y jubilados. Suecia y Finlandia también definieron ayudas financieras de emergencia. 
 El malestar popular frente a la estampida de los precios de las facturas de los servicios recorre a Europa. Con una inflación que alcanzó un máximo histórico del 9,1% promedio en la zona euro, crecen las manifestaciones y huelgas por aumentos y compensaciones salariales. En el Reino Unido, una huelga de trabajadores ferroviarios fue acompañada con una campaña organizada bajo el eslogan “Don’t pay UK”, que llama a no pagar las boletas de luz y de gas cuando vengan los aumentos a partir del próximo 1 de octubre. En Nápoles, cientos de desocupados hicieron una fogata con las facturas de gas, luz y agua. Una protesta similar había ocurrido antes en Escocia. En París también hubo manifestaciones contra Macron y la OTAN. 
 El cierre del Nord Stream 1 acentuó las disputas inter-imperialistas entre los países de la UE. El gobierno alemán y el español impulsan como alternativa retomar la construcción del gasoducto MidCat, que permitiría transportar gas licuado desde la Península Ibérica al norte de Europa. Una mayor influencia alemana en esa región la acercaría estratégicamente al norte de África. El gobierno francés, que actualmente representa la entrada al norte de Europa desde el sur, rechazó tajantemente la iniciativa, aduciendo su elevado costo ambiental, y trabaja por fortalecer sus vínculos con Marruecos y Argelia. 
 Entretanto, los paquetes de rescate amenazan con agravar aún más el dislocamiento económico, cuando el euro ha caído a la paridad con el dólar. La guerra contra Rusia sigue empantanada, a pesar de los recursos millonarios volcados al gobierno ucraniano. La excepción ibérica apenas logró contener el aumento del precio de la luz, que de todas formas se incrementó un 41%. Los observadores financieros declaran que los subsidios a consumidores no podrán evitar una recesión. En este escenario, y cuando el frío invierno todavía está por delante, las masas han comenzado a tomar la palabra en Europa. 

 Julián Asiner 
 10/09/2022

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