La empresa de aeronaves Boeing, la más grande del mundo, ha llegado a un acuerdo con el Departamento de Justicia estadounidense (DOJ, por sus siglas en inglés) por el cual se declara culpable por dos accidentes fatales protagonizados por su modelo 737 Max, ocurridos en 2018 y 2019, en los que murieron 346 personas. El acuerdo incluye el pago de una multa por 482 millones de dólares -el tope legal- y una inversión durante los próximos 3 años de 500 millones de dólares en seguridad y otros protocolos. La supervisión estará a cargo de un observador externo independiente que presentará informes anuales a la justicia de Texas, donde se procesa la denuncia, y a la Administración Federal de Aviación (FAA).
El acuerdo, bien mirado, es una tentativa de rescate de la compañía. Aquellas catástrofes hicieron que la empresa ingrese en una espiral de contratos caídos o cancelados relacionados al modelo Boeing 737 MAX 8. La denuncia principal, realizada por los fiscales en 2021, incluye el cargo de conspiración por la presentación de información incompleta sobre fallas presentadas por el sistema de vuelo MCAS, implicado en ambos accidentes. Ahora, la firma del acuerdo de culpabilidad la exime de enfrentar juicios orales a la empresa, aunque no inhibe causas particulares contra los directivos y CEO de la compañía.
Durante los últimos años de la gestión Trump, Boeing había alcanzado otro acuerdo con la FAA para evitar ser judicializada. Debía evitar cumplir con diversos protocolos y contemplaciones de seguridad así como estándares en cualquier avión dependiente de la empresa. Este convenio se vino a pique cuando, en enero, un avión de la empresa Boeing sufrió un accidente a los pocos minutos de despegar que casi ocasiona otro caso fatal. El avión, con bandera de Alaska Airlines, había despegado del aeropuerto de Oregon cuando explotó parte de la puerta del mismo.
Las familias han rechazado el acuerdo, sosteniendo que no fueron consultadas sobre su redacción, ni siquiera sobre las negociaciones entabladas. Paul Cassell, abogado de más de una decena de familias, señala que el acuerdo alcanzado no responsabiliza a la empresa sobre las 346 muertes. “A través de la astuta abogacía entre Boeing y el Departamento de Justicia, se están ocultando las consecuencias mortales del crimen de Boeing” (The New York Times, 8/7). En un documento presentado al juzgado, familiares anticiparon su intención de “argumentar que el acuerdo con Boeing hace concesiones injustas a Boeing que otros acusados criminales nunca recibirían y no responsabiliza a Boeing por la muerte de 346 personas”. Cassell pidió al juez que evalúa el acuerdo que "rechace esta declaración de culpabilidad inapropiada y simplemente convoque un juicio público, para que todos los hechos que rodean el caso se expongan en un foro justo y abierto ante un jurado" (BBC, 8/7). En el pasado mes de junio, le exigió a la administración Biden que imponga a la compañía sanciones por 24.000 millones de dólares en reconocimiento de lo que describió como "el delito empresarial más mortífero de la historia de Estados Unidos".
Boeing se encuentra íntimamente ligada a la Defensa estadounidense. Sólo en 2022 firmó contratos por 14.000 millones de dólares. El 40 % de sus contratos e ingresos se encontraron, en 2023, ligados al aparato militar estadounidense. Un senador republicano, Ron Johnson, expuso su preocupación en una audiencia pública sobre sanciones tan bruscas a una empresa vital para la economía y la defensa del país: "No queremos pensar que hay condiciones en estos aviones que realmente deberían obligar a los entes reguladores a dejarlos en tierra, con lo que eso haría a nuestra economía, lo que eso haría a la vida de las personas" (idem).
Las causas e irregularidades de Boeing no se terminan en este juicio. La FAA decretó en los últimos días que 2.600 unidades de la empresa deben ser revisadas inmediatamente por fallas en las máscaras de oxígeno. Otro de los abogados de las familias, Robert A. Clifford, asegura que en “los últimos cinco años se ha presentado mucha más evidencia que demuestra que la cultura de Boeing de poner el lucro por encima de la seguridad no ha cambiado. Este acuerdo de culpabilidad no hace sino fomentar ese objetivo corporativo” (Clarín, 9/7).
La profunda relación entre Boeing y el Estado norteamericano quedó expuesto en cada paso de la investigación. Un juicio público y oral hubiera expuesto hasta qué punto el responsable directo de todas las irregularidades han sido las diversas administraciones republicanas y demócratas. Las apelaciones a la centralidad de Boeing en la economía norteamericana debe entenderse como un punto neurálgico de la estructura aeroespacial de los Estados Unidos, en momentos en que se intensifican los escenarios bélicos en diversos puntos del globo. Boeing ha sido de las empresas más predispuestas en ponerse al servicio de la provisión de aviones a Ucrania en su combate contra Rusia.
En el país de la libertad, florece la impunidad del capital contra los trabajadores.
Joaquín Antúnez
10/07/2024
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