sábado, julio 20, 2024

Sobre los cánticos de la Selección y las imposturas oficiales


Una nueva polémica asociada a la Copa América ha tomado carácter público en las últimas horas, con motivo de una celebración con una alta connotación discriminatoria entonada por la parcialidad argentina, aludiendo a la procedencia étnica de los jugadores franceses, que incluía un agravio dirigido a Kylian Mbappé. Esta canción, entonada por los bicampeones de América en el micro que los trasladaba en pleno festejo del estadio al hotel, fue transmitida —aparentemente por error— por el mediocampista Enzo Fernández mediante un vivo de Instagram.
 La circulación del video desató el rechazo de varios jugadores franceses que son compañeros de Enzo en el Chelsea de Inglaterra. A estos rechazos se sumó la Federación de Fútbol Francesa (FFF), cuyo presidente, Phillippe Diallo, aseguró que se iban a tomar medidas ante la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), reservándose la posibilidad de otras instancias judiciales extradeportivas. El Chelsea, equipo del jugador argentino, ya anticipó que empezará una investigación interna con posibles sanciones para el jugador, aunque valoró positivamente las disculpas públicas de Fernández en redes sociales. La FIFA, por su parte, ha dicho que se encuentra investigando el video y que pronto anunciará pasos a seguir. Fernández, por su parte, no tardó en disculparse por el “lenguaje muy ofensivo” de la canción y se pronunció “en contra de la discriminación en todas sus formas”. 
 La ola de reacciones, sin embargo, no se ha detenido. El secretario de Deportes argentino, Julio Garro, propuso unas disculpas públicas de Lionel Messi, capitán del equipo, y de “Chiqui” Tapia, presidente de AFA. Garro, vale recordar, en sus dos mandatos al frente de la Ciudad de La Plata mantuvo una persecución exacerbada contra los vendedores ambulantes, siendo en la mayoría de los casos detenidos aquellos de procedencia senegalesa. 
 La ministra de Deportes francesa, Amélie Oudéa-Castéra, reprochó a la FIFA por su pasividad ante el tema. El gobierno francés cuenta con un largo expediente de persecución a los inmigrantes musulmanes y africanos que viven en Francia, además de haber estado a cargo de la feroz represión en Nueva Caledonia y en todas las movilizaciones ocurridas en las colonias que Francia mantiene hasta el día de hoy. Como es sabido, en Francia es prácticamente imposible obtener la nacionalidad para quien no haya nacido en dichas tierras. El señalamiento de los inmigrantes como ciudadanos de segunda está no solo instalado, sino legislado. Las últimas campañas electorales han sido una rivalidad creciente entre Macron, Le Pen y otros ultraderechistas por quién llevaba más a fondo el ataque a los derechos de los migrantes. Jordan Bardella, candidato de Le Pen a Primer Ministro en las últimas elecciones legislativas, llegó a plantear que un gobierno de Agrupación Nacional terminaría con el derecho de los hijos de migrantes a tener el documento francés, a pesar de que él mismo es hijo de inmigrantes.
 La FIFA, por su parte, hace la vista gorda a las expresiones de violencia cotidiana que se viven en el deporte. La organización de torneos en países donde se violan todos los derechos humanos, como Qatar, se encuentra no sólo tolerada, sino también justificada.
 El cántico que entonó la selección, deplorable, se encuentra envuelto en estas exacerbadas reacciones de verdaderos impostores de la “tolerancia” y la “diversidad”. Cualquier acción reparadora (y superadora) es la educación en la hermandad de la humanidad, solo posible con un fútbol que pertenezca a la clase social que le dio vida: la clase obrera internacional.

 Joaquín Antúnez 
 17/07/2024

No hay comentarios.: