jueves, julio 18, 2024

CFK: la escasez de dólares es producto del saqueo capitalista para pagar la deuda


Sobre el tuit de la expresidenta respecto a los anuncios económicos del gobierno y el cruce con Redrado.
 CFK opinó sobre los anuncios de Caputo. 

Cristina Kirchner se refirió en su cuenta de X a la decisión del gobierno de salir a vender dólares del Banco Central para achicar la brecha cambiaria. Señaló que Milei debería admitir que el problema central de la Argentina no es el déficit fiscal sino la “escasez de dólares”. Quien le salió al cruce fue Martín Redrado planteando que la “desacumulación de divisas comenzó en 2010” durante su mandato. Ninguno menciona la causa de ese drenaje, que es la constante fuga de capitales bajo todos los gobiernos.
 CFK exhortó al gobierno diciendo que “Deje de volver locos a sus seguidores liberales libertarios que están haciendo análisis interpretativos esotéricos y dígales la verdad de la milanesa: que va a UTILIZAR LAS RESERVAS DEL BCRA para INTERVENIR EN EL MERCADO de dólares financieros, porque la brecha con el dólar oficial se le está yendo a la… usted ya sabe. Y esto finalmente le impacta en los precios (…) Se da cuenta ahora que por más superávit fiscal que tenga (aunque sea trucho e insostenible) el problema central de la Argentina y su economía bi-monetaria, con hiper endeudamiento en moneda dura, es la escasez de dólares”. 
 Redrado, quien fuera presidente del BCRA entre 2004 y 2010, se metió en la polémica, recriminándole a la exmandataria que “en lugar de querer dar lecciones de política económica al presidente Milei, Cristina Kirchner debiera reconocer que la ´desacumulacion´ de reservas, comenzó en 2010, al manotear dólares del Banco Central de la República Argentina, como si le pertenecieran. El resultado fue #sinreservas y creadora del cepo”. Lo cierto es que si manotearon esas divisas fue para garantizar el pago de la deuda externa fraudulenta que fue renegociada durante los gobiernos kirchneristas. 2010 fue el año del segundo canje de los bonos defaulteados del 2001 y cuando comenzaron a pesar los “cupones PBI” ofrecidos como zanahoria a esos acreedores.
 En suma, la crisis de reservas que afrontaron los sucesivos gobiernos no se debió a una escasez en la generación de dólares, sino a la utilización de los mismos en financiar la fuga de capitales bajo diferentes formas, entre ellas, el pago de la deuda externa usuraria. Ante la sangría provocada, cada uno de ellos fue apelando a distintos mecanismos de intervención estatal sobre el mercado de cambios. Inclusive Milei ahora, contrariando sus promesas de “libre mercado”.
 El kirchnerismo vació las arcas del Central pagándole U$S 145 mil millones a los tenedores de títulos privados y organismos multilaterales de crédito (agravando el pasivo de la entidad), lo cual condujo a la aplicación del cepo cambiario en 2011. Macri, además de pagarle U$S 6.200 millones a los fondos buitre, permitió que un reducido grupo de capitalistas fugara al exterior más de U$S 86 mil millones durante su gestión. Alberto Fernández, por su parte, desembolsó U$S 7.394 millones en concepto de intereses al FMI (con sobretasa) y dilapidó reservas en incontables oportunidades para contener las cotizaciones paralelas del dólar. Esto último viene a replicar el gobierno Milei con sus recientes anuncios, lo cual no es otra cosa que financiar la corrida cambiaria de los bancos con el patrimonio del BCRA. 
 Entonces, “la verdad de la milanesa” como le gusta decir a CFK, es que, gobierno tras gobierno, prospera el saqueo de la clase capitalista a los recursos nacionales, y luego es el pueblo el que paga los costos de esa bancarrota. Que esta vez sea distinto y por medio de la huelga general los trabajadores derrotemos al gobierno y logremos imponer nuestra propia salida a esta crisis. La misma implica la nacionalización bajo control obrero de la banca y el comercio exterior, el repudio de la deuda externa y la ruptura con el FMI, única forma de terminar con la fuga de capitales, conservar el ahorro nacional y ponerlo en función del desarrollo del país y la satisfacción de las necesidades sociales.

 Sofía Hart

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