Por Nuria Barbosa León
Periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba
En la segunda semana del mes de julio sesionó el Parlamento cubano, y una vez más, vimos en los debates preocupación de la máxima dirección del país en cómo enfrentar tres problemas globales de la actualidad con efecto dominó para el resto del mundo: la crisis financiera, la subida de precio del combustible y el encarecimiento de los alimentos.
Si bien los cubanos queremos un socialismo participativo y pedimos más democracia y mayor representatividad dentro del estado, no es menos cierto que los análisis y reflexiones dentro del Parlamento son muy cercanos a los problemas reales de la vida cotidiana en la Isla.
Primero se reunieron las doce comisiones permanentes quienes debatieron acerca de la producción de alimentos; el ahorro del combustible; la construcción de viviendas y obras sociales; la eficacia del transporte publico y el parque automotor; los ajustes del presupuesto; la ejecución de las inversiones, logros y deficiencias del abasto de agua; el almacenamiento y distribución de la canasta básica; el proceder en caso de ciclones y desastres. Sin dejar de mencionar el cierre del curso escolar, la calidad en los servicios de salud pública, la preparación de los atletas con vistas a las olimpiadas y la preparación de las actividades culturales para los meses de julio y agosto.
En este período de sesiones rindió cuentas los Ministerios de la Industria Sidero Mecánica, y, el de Trabajo y Seguridad Social. Fue menester y procedimiento de esta reunión, --como lo hemos visto anteriormente-- el esclarecimiento de dudas, la confrontación de opiniones, la divulgación de iniciativas, e incluso, la diversidad de criterios cuando no hubo consenso.
La prensa escrita, la radio y la televisión emitieron la mayor información acerca de la reunión, no quedó una comisión sin cobertura periodística y la plenaria final fue íntegramente televisada incluyendo el discurso de Raúl Castro.
Hermoso fue escuchar a un artista (Kcho, el pintor) clamando por sillas de ruedas para los limitados físicos y motores, y, a los ministros y dirigentes brindando información al pueblo acerca de su gestión.
El meollo del arroz con pollo, estuvo en el proyecto de ley para la seguridad social con reformas para la edad de jubilación, la doble contratación laboral y la reincorporación de los jubilados a la vida activa. Como toda ley, tiene beneficios y defectos.
Este proyecto de ley no fue aprobado por la Asamblea Nacional (que tiene facultades para ello) sino que pasó a un proceso de consultas con las masas para ajustarlo, lo más posible, a las condiciones reales del país. Muestra del ejercicio de la democracia
Algo importante son los acuerdos, entre ellos están: la venta de tierras ociosas a quienes la quieran cultivar, la flexibilización de los trámites burocráticos, la exhortación al ahorro, así como la alerta constante a la situación internacional de la que Cuba no se puede aislar.
Dos Declaraciones dieron al traste en ello. Una referida a la inconformidad con el veredicto impartido por los jueces de Atlanta en el caso de Los Cinco, y otra, que condena la Directiva de Retorno de la Unión Europea contra los inmigrantes.
La alerta roja del discurso de Raúl se resume en la siguiente frase: “…mientras menos recursos existan, mayor disciplina se requiere y más hay que prever, planificar, organizar, exigir y ahorrar…”
Los cubanos se proponen construir el socialismo en un país con economía subdesarrollada, con particularidades étnicas, y amenazado por un férreo bloqueo, dentro de un mundo irracional, globalizado y unipolar. Su propósito es mantener la soberanía y su ideal es la supervivencia humana. Cabe la pregunta: ¿Cómo se construye el socialismo?
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