Socialist Appeal
Si trabajas para vivir las noticias cada vez son peores. Los precios del petróleo han alcanzado un nivel récord superando los 140 dólares por barril, catorce veces más que hace sólo diez años. La OPEC prevé que podría subir hasta los 170 dólares antes de finales del verano. Elegir entre la comida, las medicinas y la nafta es ahora algo normal para millones de familias trabajadoras. En el otro lado tenemos los megabeneficios de ExxonMobil, que se dispararon hasta 40.600 millones de dólares en 2007 y otros 10.900 millones de dólares sólo en los primeros tres meses de 2008. Mientras miles de iraquíes y soldados norteamericanos continúan sufriendo y muriendo, las grandes petroleras se mueven para garantizar contratos para explotar los pozos petroleros más grandes de Iraq.
EEUU está sufriendo la peor crisis inmobiliaria desde la Gran Depresión, los precios de las viviendas han caído un 15,3 por ciento desde principios de este año La morosidad hipotecaria y los desahucios se han disparado porque muchos trabajadores ya no pueden cubrir sus necesidades básicas.
Durante seis meses seguidos, las empresas norteamericanas han eliminado más empleo del que han creado; sólo en junio se perdieron 62.000 empleos. La tasa oficial de desempleo es de un 5,5%, según las propias estimaciones del Departamento de Trabajo si se incluyera el subempleo, la tasa real sería del 9,7 por ciento, en mayo de 2007 era del 8,3 por ciento. Aquellos que tienen empleo están trabajando menos horas y sus salarios no pueden mantener el ritmo de la inflación.
Andrew Tilton, economista de Goldman Sachs, dijo recientemente: "El mercado laboral se está deteriorando claramente, es probable que este deterioro continúe. Es evidente que la crisis inmobiliaria y la contracción del crédito aún se dejan sentir mucho. Es evidente, que se están perdiendo más empleos en el sector inmobiliario, financiero y en la construcción, cientos de miles más se han perdido colectivamente".
El boom fue posible gracias al aumento de la explotación de la clase obrera y al incremento de los niveles de deuda, la gente gastaba mucho más de lo que ganaba gracias a las tarjetas de crédito y a los préstamos respaldados por la subida de los precios inmobiliarios. En junio, el índice de expectativa de consumo cayó a su nivel más bajo desde mayo de 1980. Al mismo tiempo, el índice de financias personales corrientes cayó a 69, inferior al 80 del mes de mayo.
El 70 por ciento de la actividad económica estadounidense se basa en el consumo. Ahora el castillo de naipes ha caído y tiene repercusiones en el resto de la economía. Según Ian Shepherdson, economista jefe estadounidense del High Frquency Economics: "Un crecimiento salarial lento y la caída del empleo es algo absolutamente toxico si las empresas dependen de las ventas a los consumidores".
Starbuscks ha anunciado que cerrará locales y eliminará 12.000 empleos. Las ventas de automóviles cayeron en junio, un 28 por ciento para Ford, un 21 por ciento para Toyota y un 28 por ciento para General Motors. GM también se ha hundido a su nivel más bajo desde 1995 y los inversores de deshacen de una inversión antes "segura" que era la columna vertebral de la economía norteamericana.
En Wall Street la burbuja especulativa continúa desinflándose, los precios de las acciones han caído un 20 por ciento desde octubre. Citigroup y Merrill Lynch es probable que tengan que hacer frente a masivas cancelaciones de deuda incobrable. American Express y Discover informaron que sus clientes están cayendo, UPS y Federal Express también avisaron de una caída de la actividad. United Airlines ha reducido costos y capacidad despidiendo a 950 pilotos y puede que deba retrasar los pedidos de nuevos aviones a Boeing y Airbus.
En otras palabras, existe una violenta espiral descendente de despidos y recortes, encabezada por una caída abrupta del consumo y aún más despidos. Lo que antes eran buenas fábricas están reduciendo costos y despidiendo a miles de personas. Además está el rápido aumento de los costos de la energía y los alimentos. Como siempre, los ricos son los que se benefician en los tiempos de boom mientras que los trabajadores son los que sufren las recesiones.
Esta es la situación en la que nos encontramos antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2008, faltan sólo unos meses. No es de extrañar que los estadounidenses estén sedientos y entusiasmados con el cambio. "Obama, Obama", es el grito que recorre la nación en la boca de millones de personas, incluso en antiguos seguidores de Bush, y que todavía creen que el sistema bipartidista puede ofrecer alguna salida. ¿Pero Obama y los Demócratas realmente pueden ofrecer una alternativa a los trabajadores? Ahora que ya está garantizada la nominación del Partido Demócrata, Obama está mostrando sus verdaderos colores. Está trabajando duro para demostrar a los que verdaderamente gobiernan, las grandes empresas, que él es un hombre adecuado para el cargo A pesar de esta o aquella diferencia secundaria o de estilo con su oponente John McCain, él es un enérgico defensor del sistema capitalista.
¿Está Obama a favor de la retirada inmediata e incondicional de las tropas de Iraq y Afganistán? No. ¿Rechaza la guerra contra Irán? En absoluto. Mientras que se declara a favor de la diplomacia, califica a Irán como una amenaza y dice que está dispuesto a utilizar la fuerza militar si es necesario. ¿Defiende un sistema sanitario gratuito y universal que acabe con las aseguradoras privadas ineficaces y sedientas de beneficios? No. Lo que quiere es "regular" la industria sanitaria privada mientras da miles de millones de dólares para subvencionar las primas de seguros. ¿Defiende la retirada de la ley Taft-Harley y otras leyes antisindicales? ¿Apoya la amnistía inmediata e incondicional de los trabajadores inmigrantes y sus familias? No. Pero la gente ya está harta de Bush y lo que quieren es ver a Obama.
El movimiento obrero todavía continúa dedicando su energía y dinero al Partido Demócrata. Tanto la central sindical el AFL-CIO como su escisión, Change to Win, han apoyado a Obama. Entre las dos coaliciones sindicales se han gastado 300 millones de dólares, cinco veces más de lo que se gastaron en 2004, además de incontables horas de trabajo electoral en esta campaña para elegir a un presidente que no representa a la clase obrera. Hay 15 millones de trabajadores organizados en los dos sindicatos, eso es apenas uno de cada cuatro de los que irán a votar en noviembre. Imaginad si todos esos recursos se movilizaran para construir un partido obrero de masas que presentara candidatos que luchasen realmente por los intereses de la clase obrera. ¡El movimiento obrero debe romper con los Demócratas!
Mientras tanto, hay candidatos que están luchando por los intereses de los trabajadores, para acabar con la guerra, por la sanidad y educación universales, por reconstruir las ciudades del interior del país y la arruinada infraestructura. El Poder para el Pueblo, de Cynthia McKinney, está haciendo una campaña para la presidencia, y Cindy Shehan (madre de un soldado fallecido en Iraq que adquirió una gran popularidad por su oposición a la guerra) se presenta frente a Nancy Pelosi (actual presidenta del Congreso) para ocupar un puesto en el Parlamento, estos dos ejemplos demuestran que hay opciones fuera de los dos partidos.
Hay muchas ilusiones en Obama y los Demócratas en general, pero la mayoría de la población debe pasar por la experiencia de una Administración demócrata antes de darse cuenta de que necesitamos romper totalmente con los partidos de las grandes empresas. La experiencia enseña, en ese sentido, el verano caliente de 2008, junto al aumento del desempleo, la inflación, la guerra interminable, todo seguirá transformando la conciencia de la clase obrera norteamericana.
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