viernes, julio 11, 2008

Perú : un paro masivo, un gobierno soberbio y una perspectiva explosiva

César Zelada

Después del 9 de Julio existe un punto de inflexión. Aunque no se paralizó la producción (minería, agroindustria, textiles), el Paro tuvo un carácter masivo y popular. Participaron obreros de Construcción Civil, 500 textiles (en Lima), de los Puertos, Frentes Regionales, Comedores populares, SUTEP (docentes), Universidades, etc. que confluyó con el Paro campesino de 48hrs.
Pero este Paro no es como un rayo que cae del cielo. Es, por un lado, producto de la pobreza (que sigue bordeando el 50% de la población), y el continuismo neoliberal. Y por otro, la continuidad de la Marcha de "los 4 sullos", el Arequipazo, Ilave, las polarizadas elecciones del 2006, y el Moqueguazo, que exigen una transformación radical de la sociedad. Por este motivo, el 9-J, manifestó, una vez más, la profunda polarización social entre ricos y pobres.
Aunque en Lima, por el carácter conservador del sector transporte, hubo sólo una importante movilización de 20 mil trabajadores, en el resto del país fue contundente. En la Selva, 3 días de paro (hubo un "desborde" en Puerto Maldonado). En el Sur y Centro (donde el gobierno tiene solo 8% y 12% de aprobación respectivamente), el paro también fue masivo. En el Norte, especialmente Ancash, las movilizaciones fueron de miles. Todo este movimiento expresa que la correlación de fuerzas está del lado de nuestro pueblo. Pero también en Piura y Trujillo los manifestantes fueron decenas de miles. De esta manera, el 9-J expresó la unidad clasista de todos los trabajadores sin distinción de credo, raza o ideología. Desenmascaró al gobierno derechista y hambreador de García. Demostró que los únicos "perros del hortelano" son ellos.
El 09-J volvió a manifestar, concretamente, que las masas hacen la historia. Es por esta razón que García declaró que, "...no es necesario quemar llantas para que los escuchemos..." (Conferencia de prensa en Palacio de Gobierno, 9-07-08).
Esto demuestra, por un lado, que el Paro se ha hecho sentir. Pero, por otro, manifiesta que el gobierno, en verdad, no escucha el clamor de las masas que le demandan ¡cambio! Y si es que el gobierno minimiza el éxito del Paro es porque, además de su soberbia, las direcciones sindicales del Paro, como Mario Huamán (quién junto con el PC-unidad capitalizó la medida de lucha,) se han limitado a plantear una Asamblea Nacional de los Pueblos como parte de un "nuevo proyecto de izquierda", que tiene más un carácter político electoral que de enfrentamiento decidido contra el enemigo.
Algunos esperaban el discurso de Ollanta Humala para cubrir este vacío, pero este nunca llegó. Sólo Miguel Palacín, dirigente de la Cumbre de los Pueblos, llamó al pueblo a organizarse para la huelga general indefinida a partir del 9 de agosto bajo la perspectiva de un gobierno "plurinacional". Esto último refleja también la pelea política de las direcciones para canalizar todo el movimiento "antineoliberal".
Lo que parece seguro es que las masas no esperarán a que los dirigentes se pongan de acuerdo para combatir contra el alza del costo de vida o la pobreza. La situación actual solo necesita un "accidente" para que, como en Moquegua, todas las contradicciones exploten. Hay mucho "material explosivo" en el ambiente.

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