Mick Brooks
Una vez más los fondos de cobertura son noticia. No les gusta demasiado estar ante la mirada de la opinión pública. Nos preguntaremos por qué. ¿Su especulación provoca las subidas de precios? ¿Llevan a las empresas a la bancarrota y por tanto los trabajadores pierden sus empleos? Son preguntas que deben tener una respuesta. Vamos a ver en qué consisten.
¿De dónde viene el nombre de "fondo de cobertura"? Parecen tener un sentido bucólico y así es como quieren que pensemos en ellos. "Cubrirse" significa intentar minimizar el riesgo. Si un agricultor quiere saber cómo funciona puede vender su cosecha de 2009, que no ha plantado todavía, en el mercado de futuros. Esta acción le reportará el dinero necesario para comprar la semilla de maíz por adelantado y tendrá un sentimiento de seguridad ante el futuro. Conocerá el precio ya sea buena o mala la cosecha, pero no elimina el riesgo, sólo se lo traslada a otra persona. Si has enviado un talón para comprar la edición inglesa del libro Reformismo o revolución (que todavía está en imprenta) ¡estás jugando en el mercado de futuros! Los futuros son la forma más simple de derivado. El mercado de derivados se llama así porque el instrumento se deriva de otra transacción. Contrasta con el mercado al contado, donde los bienes y el dinero cambian de mano al mismo tiempo.
Esta "historia cotidiana popular" está muy lejos de la realidad de lo que son los fondos de cobertura modernos. Algunos de los derivados que se comercian son tan complicados que necesitan un banco de ordenadores para funcionar. Han arrastrado a un ganador del premio Nobel de matemáticas a la ciudad para alimentar esta marea de "innovación financiera". Y las sumas de dinero que se mueven son imponentes. Los fondos de cobertura juegan con 2 billones de dólares del dinero de otras personas. Hay 600 billones de dólares en derivados flotando alrededor del planeta. Forman lo que Marx denominó capital ficticio. En comparación, el mundo produce menos de 50 billones de dólares en nuevas mercancías y servicios cada año.
El alcance de la operación es más grande pero el principio es el mismo que antes. El campesino no quiere apostar con el clima y si la cosecha de 2009 será buena o mala. Eso significa que otra persona tiene que apostar: el fondo de cobertura. Eso es lo que hacen los fondos de cobertura, apostar con el dinero de otras personas, y las apuestas son cada vez más y más complicadas. ¿Nunca ha oído hablar de pronósticos, premio gordo o trifecta [1]? Son formas de apostar a los caballos. Normalmente es posible ganar más dinero con una apuesta más pequeña (es lo que se denomina apalancamiento en los mercados financieros). Siempre que el caballo que has elegido corra un poco más rápido que los demás. Y, como veremos, el apalancamiento hace posible aumentar de la misma manera las pérdidas.
La atracción de los ricos por "invertir" en fondos de cobertura es que éstos prometen, y lo consigue, beneficios de un 30 por ciento al año. ¿Cómo es posible? Es una historia horrible. Recientemente, los fondos de cobertura se han convertido en bancos de apuestas. Después de todo puedes ganar dinero apostando tanto a un caballo que llega el último como al que llega primero. Todo el mundo sabe que los bancos desde la crisis del crédito del año pasado han estado sufriendo fugas de beneficios.
Bradford y Bingley, por ejemplo, declararon unas pérdidas de 8 millones de libras en los primeros cuatro meses de 2008, comparados con los 108 millones de libras de beneficios en el mismo período del año pasado. La razón principal fue que habían anotado 89 millones de libras en activos y resulta que realmente era deuda incobrable. B&B decidió que necesitaba más dinero en la cámara acorazada. Eligieron recapitalizar el banco con una emisión de derechos preferentes. Eso significa que pidieron a los accionistas más dinero para acciones extras. B&B quiere 400 millones de libras (¿no los queremos todos?). A los accionistas no les gustan las emisiones de derechos preferentes, quieren que les dejen en paz con su dinero. Así que B&B tuvo que bajar el precio.
Los fondos de cobertura han sido como chacales vigilando a una fiera enferma. En un momento controlaron el 10 por ciento de las acciones de B&B. Un empresa llamada GLG todavía tiene el 4,1 por ciento de las acciones de B&B. Pero TPG Capital, con base en Texas, ha salido de la cacería. Ahora las acciones de B&B han caído tan bajo que se dice que "no tienen valor".
Otros bancos aún están siendo acechados. Los fondos de cobertura han estado comprando acciones de Northern Rock desde su colapso del año pasado. En realidad primero pusieron al banco de rodillas, vendiendo sus acciones. Ahora tienen en perspectiva que Gordon Brown y su gobierno lanzará más dinero a los accionistas, pensando que eso le reportará votos.
En EEUU, el banco Lehman Brothers es víctima de rumores maliciosamente difundidos de que está prácticamente en bancarrota y que pronto será dividido en pedazos como Bear Stearns hace unos meses. La caída del banco Bearn Stearns fue como una profecía que se cumple. ¿La amenaza a Lehman realmente un caso de administradores incompetentes culpándose unos a otros por la mala fortuna de la empresa? ¿O los fondos de cobertura realmente tienen algo que ver? Es una buena pregunta.
¿Son tan malos los fondos de cobertura? Hay diferentes puntos de vista, por ejemplo se ve en titulares como: "Los fondos de cobertura sacan de apuros al mundo empresarial" (Financial Times. 2/7/2008). El artículo demuestra como los fondos de cobertura rondan al Barclays en su búsqueda de fondos y suscriben, no sabotean, la emisión de derechos preferentes del HBOS. ¿Ángeles o asesinos? Los fondos de cobertura sólo son capitalistas. Dividirán en pedazos una empresa si eso supone dinero y después los juntarán de nuevo si eso representa más dinero.
Pero los fondos de cobertura funcionan en la oscuridad. Son tan poderosos que, si gritaran "fuego" en un teatro abarrotado, ellos pueden provocar pánico y divertirse más tarde saqueando los cadáveres de los que murieron aplastados.
¿Y qué? Bear Stearns cayó debido a la crisis financiera, no a las maquinaciones de los fondos de cobertura. Las acciones del banco están bajando por la crisis financiera, no por la manipulación. La crisis financiera es parte de la crisis del capitalismo, no es el producto de mentes malvadas. Pero, ¡vaya!, el capitalismo ciertamente produce muchas mentes malignas. El capitalismo es un mundo muy competitivo donde sólo sobrevive el más cruel y despiadado. Así es como funciona.
La Financial Services Authority recientemente ha pedido que se pueda identificar a las personas en la sombra que practican la "venta corta" [2] de acciones de las empresas. Son los fondos de cobertura. La venta corta es una práctica donde un capitalista vende diez acciones que valen 100 libras, por ejemplo, con la perspectiva de que van a bajar, así que si tiene razón puede volver a comprarlas por 80 libras y mantener un beneficio de 20 libras. Es lo contrario de la "venta larga", cuando un capitalista compra un activo con la expectativa de que su precio subirá y si tiene razón conseguirá un beneficio extra.
Will Hutton señala a los fondos de cobertura y hace la siguiente queja en un artículo titulado: "Cuando nosotros sufrimos, los especuladores de la City se disponen a entrar a matar" (The Observer. 29/06/08). "Los fondos de cobertura ni siquiera se dedicaron a comprar nuevas acciones, cogieron ‘prestado' de los fondos de pensiones para manipular el mercado".
Y continúa: "El foco se ha dirigido hacia algunos rincones más oscuros de los mercados financieros. Ocurren prácticas que desafían la concepción misma de lo que consideramos es una empresa y las obligaciones que acompañan a la propiedad. Ha surgido una empresa multimillonaria donde los accionistas prestan sus acciones a los fondos de cobertura para que jueguen con ellas. Por unos minúsculos honorarios, un fondo de cobertura se dispondrá a tomar prestadas acciones de una gran aseguradora o fondo de pensiones que está dispuesto a vender. Se cree que los préstamos compartidos superan la asombrosa cantidad de 7,5 billones de dólares.
"Lo que ocurre es lo contrario a una burbuja, una especie de agujero negro financiero. Los fondos de cobertura venden simultáneamente las acciones y el movimiento descendente se convierte en auto-refuerzo, donde son particularmente vulnerables las empresas que pretenden recoger dinero con la emisión de derechos preferentes. Por eso el gobierno tuvo que sacarlos a la luz. Los fondos de cobertura reaccionaron como si fuera la Rusia de Stalin; estaban desafiando su libertad de acabar con una empresa se iba al traste. No tengamos pelos en la lengua, ese es el objetivo (...) Un funcionario veterano me dijo que en algún caso los fondos de cobertura supuestamente habían avisado a los bancos suscribiendo uno de los derechos preferentes para abandonarlo o enfrentarse a un ataque especulativo, una práctica mafiosa".
Will Hutton es un comentarista inteligente y su artículo apocalíptico plantea cuestiones importantes. El error básico de Hutton en sus artículos es la búsqueda de una forma de capitalismo decente y a largo plazo humano, frente al rapaz ramillete de granujas que realmente dominante nuestra economía. Debemos preguntarnos, ¿por qué los fondos de pensiones prestan sus acciones a los fondos de cobertura y quién después pone en práctica la venta corta de las acciones para hacer que los fondos de pensiones valgan menos? Y, ¿los gestores de los fondos de pensiones son realmente así de estúpidos entonces los fondos no deberían ser nacionalizados para salvaguardar las pensiones de la población?
¿Qué tiene de malo la venta corta? ¿No es ética? Bajo el capitalismo los precios suben y bajan. Lo hacen porque la gente compra y vende, con frecuencia con el objetivo de conseguir dinero en la transacción. ¿Si Hutton consigue la prohibición de la venta corta, entonces los precios sólo subirán y nunca bajarán?
El punto central de la argumentación de Hutton, y también planteada por otros, es que el muro de dinero movido por los fondos de cobertura realmente puede conseguir que las cosas ocurran. Los precios de las acciones bajan porque los fondos de cobertura venden y no por ninguna otra razón, según dice Hutton. En ese caso ellos sólo son parásitos saqueadores. Pero los marxistas creen que la inestabilidad del capitalismo es inherente, y las operaciones de los fondos de cobertura y otros especuladores son simplemente los ejecutores de las fuerzas del mercado a través de los cuales operan las leyes de la anarquía capitalista.
Este punto es el núcleo de la controversia entre los capitalistas y los economistas capitalistas. Milton Friedman decía que la especulación desestabilizadora era imposible. Se suponía que era así porque los especuladores si "estaban equivocados" entonces comprarían caro y venderían barato. Ellos perderían dinero y pronto desaparecerían. Friedman, un destacado defensor del capitalismo cuyos discípulos aconsejaron al régimen del general Pinochet en Chile, asumía que el capitalismo es un sistema estable. En ese caso el mercado sólo da codazos a las personas y las cosas van en la dirección "correcta". ¿Pero cuál es la dirección "correcta"?
Friedman ignora totalmente el hecho de que los mercados se pueden mover de manera sistemática en la dirección "equivocada", las direcciones opuestas a los "fundamentos" económicos". Esto quedó demostrado por la existencia de las burbujas financieras. Las burbujas han sido una de las características del capitalismo desde su nacimiento. Por ejemplo, en la década de 1630 Holanda fue víctima de la fiebre del tulipán. Los tulipanes pasaban de mano en mano y cada vez sus precios eran más elevados. Un tulipán raro podía valer mucho más que una granja. ¿Por qué? Porque cada especulador asumía que, como los precios estaban subiendo, ellos serían capaces de conseguir mucho más por el bulbo de lo que habían pagado originalmente. ¿Por qué subían los precios? Porque la gente compraba bulbos. Era una burbuja clásica basada no en los "fundamentos del mercado" sino en la fiebre especulativa.
Charles Kindleberger definde la siguiente manera una burbuja: "Un aumento abrupto del precio de un activo o de una serie de activos en un proceso continuo, el aumento inicial genera expectativas de nuevos aumentos y atrae a nuevos compradores, en general, a los especuladores les interesan los beneficios de la transacción con activo más que su uso o capacidad de ingresos". Su libro: Manías, pánicos y cracs, es una buena lectura y demuestra la locura y vilezas de los capitalistas durante cientos de años. Las manías, los pánicos y los cracs han sido una de las características constantes del capitalismo desde su nacimiento, desde la burbuja de los Mares del Sur que estalló en 1720 a la burbuja inmobiliaria de EEUU, Gran Bretaña, España e Irlanda que acaba de pinchar el año pasado.
En 1953 Friedman escribía un artículo titulado: Un ensayo sobre la metodología de la economía positiva, en él negaba que detrás de las teorías económicas tuviese que haber supuestos realistas. En realidad, aplaudía aquellas teorías construidas conscientemente sobre supuestos irreales. "Una teoría tiene que ser juzgada por su poder predictivo", afirma Friedman. Los marxistas niegan esta idea. Creemos que una teoría debe ser juzgada por su poder aclaratorio, aunque observamos que la economía política marxista tiene un poder predictivo muy superior a las majaderías de Milton Friedman.
Y continúa: "Para ser importante... una hipótesis debe ser descriptivamente falsa en su suposición". ¡Y él sigue su propio consejo! Postura un capitalismo estable libre de crisis, lo "abstrae", es decir, ignora la existencia de las burbujas, los pánicos, las manías y las crisis. Friedman tiene una capacidad infinita de "olvidar" los desórdenes del capitalismo real y en su lugar nos canta canciones de cuna sobre la "racionalidad" del mercado.
Pero esto en absoluto es el Mercado real. Friedman conjura la "mano invisible" de Adam Smith, la mano de un hombre sabio en el cielo con una barba de dios. Realmente, lo que llamamos fuerzas del mercado es el resultado inconsciente de las decisiones tomadas por millones de individuos. Estos procesos del mercado no son fruto de la voluntad ni están planificadas por ninguno de los participantes. Naturalmente los mercados son anárquicos y pueden parecer caóticos.
¿Pueden los especuladores hacer dinero subiendo las acciones o destruyendo el sustento de las empresas? Algunos dicen que todo esto sólo es un cero en la suma. Si un especulador compra un pedazo de papel y hace dinero, entonces alguien más debe haber vendido y perdido dinero. Ciertamente, la sociedad en general no se hace un penique más rica a través de la especulación, es una actividad parasitaria que quema riqueza. Pero si un grupo de personas dispone de información por ejemplo de los fondos de cobertura, entonces ellos pueden conseguir beneficios a costa de los ahorros de las viudas, huérfanos y otros a quienes no conocen.
En segundo lugar, los fondos de cobertura no sólo son jugadores. También son los corredores de apuestas. Además de compartir las ganancias (hechas con el dinero de otros) ellos cobran gastos de administración. Por lo que sabemos, cualquiera que sea el caballo que llegue primero, los corredores de apuestas siempre se llevan su parte.
George Soros cree que los mercados pueden estar equivocados y que las burbujas pueden estallar debido a la actividad especulativa. Cree que un muro de dinero especulativo es en parte responsable del aumento constante del precio del petróleo. Hay una diferencia entre Soros y Friedman. Soros ha jugado en los mercados y ha ganado, mucho. No es sólo alguien que ha pasado su vida contando historias de hadas sobre las delicias del capitalismo, él sabe realmente cómo funciona.
Esto es lo que Soros tiene que decir sobre la fantasía de un capitalismo estable y autocorrector: "Desgraciadamente, tenemos una idea del fundamentalismo de mercado, que ahora es la ideología dominante, esta teoría sostiene que los mercados son autocorrectores; y esta idea es falsa porque en general es la intervención de las autoridades la que salva a los mercados cuando están en problemas. Desde 1980, hemos tenido aproximadamente cinco o seis crisis: la crisis bancaria internacional de 1982, la bancarrota del Continental Illinois en 1984 y el fracaso del Long Term Capital Management en 1998, por citar sólo tres. Cada vez, las autoridades han rescatado al mercado o han organizado empresas para que lo hagan. Así los reguladores tienen precedentes de los que debemos ser conscientes. Pero esa idea de que los mercados tienden al equilibrio y que las desviaciones son aleatorias ha ganado terreno y alrededor de ella se han construido toda una serie de instrumentos caprichosos para la inversión".
El gran golpe de Soros fue cuando, como gestor de un fondo de cobertura, en 1992 apostó contra que la libra se mantuviese dentro del European Exhange Rate Mechanism. Cuando la libra esterlina fue marginada del ERM, el gobierno tory gastó miles de millones de nuestro dinero, en realidad, lo sacó de las escuelas y hospitales para destinarlos a los mercados de divisas. En vano. Se cree que Soros consiguió mil millones de dólares en pocos días. Muchos economistas dicen que Soros nos hizo un favor. Los tories habían introducido la libra esterlina sobrevalorada en el ERM. La libra en realidad estaba suspendida en el aire sin ningún medio visible de apoyo y las exportaciones estaban lastimadas. Sólo gracias al error de los tories especuladores como Soros pudieron hacer dinero.
Soros dice que se está acumulando un muro de dinero (200.000 millones de dólares según las últimas cuentas) en el precio futuro del petróleo en particular. "Las instituciones están lanzándose al ataque a solo un lado del mercado y es un peso más que suficiente como para desequilibrarlo. Si la tendencia fuera la contraria y las instituciones como grupo salieran como hicieron en 1987, entonces habría un crack", esta es su advertencia ante el Senado estadounidense.
Como hemos dicho en otras ocasiones, para los marxistas la especulación no es la causa de la escasez, aunque la escasez puede llevar a la especulación, que hace empeorar la escasez. Ted Grant en cierta ocasión comparó el papel de la especulación a soltar lastre de la bodega de un barco. Si el mar estaba en calma no habría problema. La tormenta es la causa del problema. Pero en la tormenta el lastre puede hacer un agujero en el casco del barco y provocar un desastre. Un muro de dinero puede empeorar las cosas, pero sólo cuando se es propenso al desastre.
Por decirlo de alguna forma, los especuladores tienen que ir al grado de los procesos económicos. Hutton dice lo siguiente sobre los precios del petróleo: "Un testigo, gestor de un fondo de cobertura, Michael Masters, dice que existían dos fuentes identificables de nueva en los últimos cinco años: China y la especulación, las dos aproximadamente en la misma escala. Sin la especulación, el precio del petróleo aún estaría por debajo de los 100 dólares el barril". Los capitanes saben que, si el capitalismo no nos da escasez de petróleo entonces no podrían hacer dinero de él.
Pero la especulación en petróleo es rentable porque la demanda supera a la oferta. Hace diez años el petróleo estaba a 10 dólares el barril. Las empresas petroleras no se molestaron en buscar nuevas fuentes de suministro y el mundo occidental tragaba petróleo a gran escala. Nadie sabía cuándo petróleo se necesitaría para 2008, ahora hay pánico.
Así que el problema es el capitalismo, no la especulación. Los precios suben igualmente porque el capitalismo no está planificado. El capitalismo crea inevitablemente escasez en algunos sectores y superabundancia en otros. Las empresas quiebran y los trabajadores pierden sus empleos porque así es como funciona la "competencia" capitalista. Debemos acabar con él.
[1] Trifecta: Acierto en el hipódromo a los tres primeros caballos en una carrera en el orden de llegada de los mismos.
[2] Originalmente en inglés short-selling. Designa la venta de una acción que más tarde pretende ser comprada a un precio inferior al que originalmente fue vendida.
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