viernes, agosto 29, 2008

Como poblar el desierto espiritual



"Yo tuve un hermano No nos vimos nunca, pero no importaba, Mi hermano despierto, Mientras yo dormía, mi hermano mostrándome, detrás de la noche su estrella elegida". "Che" Julio Cortázar. (IX-1967).

La última dictadura ejercida por Pérez Jiménez en Venezuela 1952-1958, o la sucesión de juntas genocidas durante la dictadura militar de Argentina 1976-1983, y los posteriores años neoliberales de Carlos Andrés Pérez allá o Carlos Saúl Ménem acá, como iconos de la década del '90 en que la transferencia de riqueza de América latina a los Estados Unidos y Europa hacen que , producto de las mismos designios imperiales a escala latinoamericana proyectiva, se traduzca como secuela, en lo comunicacional que nos compete en "desierto espiritual " al decir del escritor Julio Cortázar.
En tiempos en que las dictaduras avanzaban en América Latina y ni Cuba ni Nicaragua eran suficientes para frenar tanto avance imperialista .Cortázar tenía ya 62 años cuando en el 76 se instaura en Argentina la noche mas negra, Cortazar hacia bastante tiempo, que se había ido, pero ese golpe, lo convierte, entonces verdaderamente en un exiliado, porque como el mismo explicaba: "El exilio físico es mi problema personal, yo lo puedo tomar bien o lo puedo tomar mal. Lo que es terrible es el exilio cultural, el hecho de que la junta de Videla en la Argentina haya prohibido la publicación de mi último libro de cuentos (….) Ese corte, ese exilio, es terrible; porque en unos pocos años, el hecho de que esos países, Chile, Argentina o Uruguay, estén separados de la producción científica, artística e intelectual de sus mejores creadores, va a dar en esos países una especie de desierto espiritual en donde es perfectamente fácil lavar los cerebros y condicionar a los jóvenes, y crear lo que los regímenes de esos países buscan, que es crear robots, crear gente incapaz de pensar por sí misma". Fin de la cita de Cortázar .Más que cita diagnostico. Que es si no, un disociado hoy? Por mas que exhiba su "academia" como blasón. La profecía se cumplió.
Julio Cortázar condenaba públicamente las dictaduras del continente. Mientras tanto no cesaba de escribir por su tarea de escritor, pero además de redactar informes, recoger testimonios, insistir con la toma de conciencia. Reiteraba en Madrid su defensa de los pueblos latinoamericanos y del socialismo "como vía de progreso".El escritor argentino hacia escala en su nuevo viaje a Nicaragua (enero de 1983) y no había querido pasar por la entrada de autoridades, prefería llegar de incógnito, lo más en privado posible. Pero, por asalto algunos periodistas lo interceptan y declara:"… este sexto viaje mío a Nicaragua es con la situación de este pequeño país, una situación cada vez más grave, por razones que no tengo que explicarles a ustedes ni a sus lectores porque son de sobra conocidas".
"Creo", continuaba Julio Cortázar, "que en este momento hace más falta que nunca la solidaridad con el pueblo nicaragüense. Yo sólo tengo una máquina de escribir, pero la uso por esa causa: voy, veo y escribo artículos y notas para poner en claro cosas que otra Prensa silencia y oculta".
Julio Cortázar llevaba pasaporte francés. Y eso suscita en el aeropuerto la reacción de unos argentinos de los que un periodista se hace portavoz. "Dicen que no le quieren mucho, porque usted ha renunciado a ser argentino". Y es el único momento en que Cortázar, que recibe pacientemente, con aire tal vez un poco fatigado tras sus gafas oscuras, todas las preguntas, se altera un poco. '"Esto es el nacionalismo, el chauvinismo elemental... Yo llevo 32 años viviendo en Francia. En ese tiempo he escrito doce o trece libros. Yo desafío a estos señores a que encuentren alguien que escriba de manera más argentina... El pasaporte se lleva en el bolsillo pero el corazón está más adentro".
Pregunta al lector: ¿Acaso aquella realidad dista de la realidad mediática de hoy?
El escritor y periodista argentino Haroldo Conti, escribió bastante antes de ser desaparecido por la dictadura argentina (1.976-1983): "Yo aprecio esto en Cortázar y se lo agradezco, y creo que es bueno que se quede allá aunque sea nada más que para eso. Porque cuando enmudezcan todas las voces, habrá todavía una, salvada por la distancia, que señale y condene, que denuncie y ayude, que movilice y congregue".
Ya poco quedaba de la vida de Cortázar cuando Argentina volvió a la democracia. Pudo viajar a Buenos Aires pocos días antes del inicio del nuevo periodo democrático (10 dic.1983). Julio salía de un cine de la calle Corrientes cuando una manifestación que pasaba lo distinguió. "Ahí está Cortázar", gritaron. En un segundo estaban junto a él. Madres de Plaza de Mayo, periodistas, estudiantes, transeúntes, pueblo, todos lo rodeaban y otros teníamos el privilegio no audible de vibrar a pocas cuadras más. Desde entonces hasta hoy.
Pues Cortázar es relato de la resistencia constante al "desierto espiritual" que deviene del silenciamiento y la manipulación del saqueo cultural. Cortazar es una presencia que no duda en decir y pronunciar en el propio acto de su compromiso hoy: "Yo sólo tengo una máquina de escribir, pero la uso por esa causa: voy, veo y escribo artículos y notas para poner en claro cosas que otra Prensa silencia y oculta". Entonces era periodista, cuando solo era escritor. El era un revolucionario.

Matilde Sosa

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