domingo, enero 12, 2014

Cincuenta millones de pobres, asignatura pendiente en Estados Unidos

Las casi 50 millones de personas atenazadas por la pobreza en Estados Unidos, incluyendo 13,4 millones de niños, desmienten hoy a quienes califican a la gran potencia económica como tierra de oportunidades para todos.
Para uno de cada seis estadounidenses el llamado Sueño Americano sigue siendo una quimera, medio siglo después de que el entonces presidente Lyndon B. Johnson (1963-1969) iniciara lo que denominó la guerra contra la pobreza.
El 8 de enero de 1964, Johnson anunció una lucha sin cuartel para acabar con la penuria durante su primer discurso sobre el estado de la Unión ante el Congreso, dos meses después de reemplazar en el cargo al asesinado John F. Kennedy.
El plan de Johnson contenía 15 programas sociales que sus sucesores, tanto demócratas como republicanos, han pretendido consolidar o reformar.
Este jueves, el presidente Barack Obama planea anunciar las primeras cinco "Zonas Promesa", para su reactivación económica y social, ubicadas en San Antonio (Texas), Filadelfia (Pensilvania), Los Ángeles (California), el sureste de Kentucky y Oklahoma, según informó la Casa Blanca.
La iniciativa fue anunciada por primera vez en enero pasado, durante el discurso sobre el estado de la Unión, como forma de colaborar con las comunidades locales y empresas para crear puestos de trabajo, aumentar la seguridad económica, ampliar el acceso a las oportunidades educativas y de vivienda asequible y mejorar la seguridad pública, sobre todo de los menores.
La administración Obama, que pulsea con la oposición republicana la permanencia de programas sociales, pretende aprovechar la ocasión del aniversario para impulsar algunos programas clave para la seguridad económica del país.
Hace dos días, el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca reconoció en un informe de 53 páginas que si bien el índice de pobreza cayó del 26 por ciento en 1967 al 16 por ciento en 2012, ese tópico sigue siendo una asignatura pendiente.
El texto alabó los beneficios de la reforma de salud de 2010, la cuestionada ObamaCare, que busca asegurar los servicios de seguro médico para los más de 45 millones de ciudadanos carentes de cobertura médica mediante la compra obligatoria de las pólizas
También advierte el documento sobre la necesidad de incentivar el crecimiento económico y el aumento del salario mínimo federal de 7,25 a 10 dólares la hora, pero sin recortar programas de apoyo al desempleo, como exigen los republicanos.
El martes, el Senado aprobó un proyecto de ley que extiende por tres meses los beneficios por desempleo, lo cual favorece a 1,3 millones de estadounidenses.
La Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, adelantó que rechazarán la medida por su alto costo.

PL

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