El avión bimotor tiene un valor de $7.195.214 USD, equivalentes a $760.893.880,50 si se tiene en cuenta la cotización del dólar oficial al 24 de noviembre del año pasado. Lo escandaloso, por supuesto, pasa por el colosal gasto para una provincia que estuvo en las puertas del default -del cual solo salió cuando el gobierno provincial se rindió a las exigencias de los acreedores- y que se encuentra aplicando un enorme ajuste fiscal. Pero también porque, según el Blue Book, una publicación estadounidense que difunde los precios de los aviones, lo pagado está por encima del precio del mercado para un avión 0Km. En efecto, este es de $5.500.000 USD, $1.645.000 USD menos que lo que pagará la provincia.
La adquisición se hizo a la empresa RSLINK LLC de Rodolfo López Hower, exmiembro de las Fuerzas Armadas Argentinas y único oferente de la venta. Según lo difundido, su empresa también habría brindado servicios a las Fuerzas Armadas de Brasil. Berni -quien bautizó la aeronave como “el Ford Falcón de los aviones”, toda una alusión a su política represiva- ya aclaró que “no es un avión de uso policial, no es un avión que se use para patrullaje. Este avión no es para la Policía. Es para que viajen los funcionarios”. Dicho y hecho, los especialistas califican al avión como uno “de lujo y para negocios” más que de uso oficial.
Beechcraft King Air B200GT/250 es de último modelo, alta gama y de poco uso -aunque usado, lo que hace aún más alusiva la diferencia con el precio de mercado. Cuenta con espacio para ocho personas, asientos de cuero y agregados de lujo y confort. También ofrece aislamiento acústico para aumentar la comodidad de los pasajeros y la posibilidad de incluir un toilette. Es un avión que se ofrece comúnmente en páginas de alquiler de vuelos privados, más que en el universo de la función pública estatal.
En otras palabras, es un avión caro, un regalo para las altas cabezas de la provincia que mientras adquieren un transporte de lujo y confort condenan a la clase trabajadora de Buenos Aires a pagar una deuda usuraria y fraudulenta a través de mayor ajuste y precarización laboral. Lo pagan con lo que se ahorran en salud, educación y ayuda social, de la mano nada más y nada menos que de Sergio Berni, responsable de los crímenes de la maldita Bonaerense de los últimos dos años. Si algo demuestra es, nuevamente, la profunda alianza entre nacionales y populares y el ministro de Seguridad de la provincia y la “Bernidependencia” de Kicillof.
Lucía Cope
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